Declaraciones de Michelle Bachelet en el seminario “Mujeres y toma de decisiones políticas” en Irlanda

Fecha:

Declaraciones de Michelle Bachelet en el seminario “Mujeres y toma de decisiones políticas”, organizado durante un almuerzo por el Consejo Nacional de Mujeres de Irlanda y por el Grupo 50/50. Dublín, Irlanda. 21 de febrero de 2013.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Es estupendo estar aquí con todas y todos ustedes hoy. Agradezco al Consejo Nacional de Mujeres y al Grupo 50/50 por haberme invitado. Les aplaudo por ser una fuerza unificadora en Irlanda a favor de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres.

En Irlanda y en todo el mundo las mujeres se están uniendo para hacerse oír y exigir los mismos derechos, las mismas oportunidades y la misma participación. En ONU Mujeres les aplaudimos por sus esfuerzos por dejar claro que la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres no son negociables. Su mensaje es fuerte y les quiero decir que se les oye. Hay cada vez más reconocimiento de que sólo se puede lograr sociedades más sostenibles, más democráticas y más pacíficas con la plena y equitativa participación de las mujeres.

Sabemos que las mujeres han avanzado mucho, pero estos avances todavía no se han notado en la participación de las mujeres en la vida política ni en la pública. Las mujeres representan el 51 por ciento de la población del mundo y, sin embargo, están muy mal representadas en las instituciones que toman las principales decisiones que afectan sus vidas. Diecisiete Jefes de Estado son mujeres y, en promedio, 1 de cada 5 parlamentarios del mundo es una mujer.

Las opiniones de demasiadas mujeres y niñas siguen siendo ignoradas debido a la exclusión, la discriminación y la violencia. Es una realidad a la que se enfrentan las mujeres de todo el mundo, y es una realidad que está impidiendo los progresos de las mujeres y de todos los miembros de la sociedad.

Como quizá sepan, soy una acérrima defensora de las medidas especiales temporales como las cuotas para brindar las mismas oportunidades a todas y todos y aumentar la participación política y la toma de decisiones de las mujeres. Algunos creen que a las mujeres no les interesan los puestos de liderazgo o que ellas no aspiran a posiciones de poder. Los datos obtenidos de las cuotas invalidan ese argumento; la realidad es que las cuotas han aumentado exitosamente la cantidad de mujeres líderes y representantes en todo el mundo.

Las “cinco C” que a menudo se mencionan como los impedimentos para la participación de las mujeres (cuidados infantiles, dinero en efectivo o cash, cultura, confianza y candidatura) no incluyen la “competencia” o aptitud. Por ello la pregunta no es si las mujeres tienen una opinión y una voz política fuerte, sino si serán escuchadas.

A menudo se nos ha preguntado si las cifras en sí cuentan y si no cometemos un error apoyándonos en las cifras. Puedo decir que sí, que las cifras cuentan. En los principales procesos y decisiones, tiene que haber una masa crítica de mujeres. Es aquí donde las cifras entran a tallar y es la razón por la que aquellas/os valientes defensoras/es en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing identificaron la masa crítica como en por lo menos un 30 por ciento.

La mitad de todos los países del mundo ha implementado algún tipo de cuota electoral en los últimos 20 años, y de los 33 países que han alcanzado la masa crítica del 30 por ciento, 28 lo han hecho implementando cuotas de género. Ésa es la razón por la que es tan alentador seguir el debate público en Irlanda sobre la participación política de las mujeres, y oír a los hombres y a las mujeres como ustedes decir que una representación del 15 por ciento no es suficiente. Irlanda ha priorizado el equilibro entre los sexos con una enmienda electoral que estipula que los partidos políticos que no logren elegir un mínimo del 30 por ciento de candidatas en las próximas elecciones generales tendrán que sufrir las consecuencias: la pérdida del 50 porciento del financiamiento del Estado.

Es un paso importante en la política irlandesa. Sé que muchas y muchos de los que están aquí hoy respaldaron esta ley y lucharon por el éxito de las cuotas de género desde los primeros días del debate. Esta enmienda está dirigida a los partidos políticos porque son ellos de quien depende la participación política de las mujeres, donde se crean las redes y donde se hace la selección de candidatas y candidatos.

Las mujeres constituyen entre un 40 y un 50 por ciento de los miembros de los partidos, pero ocupan sólo alrededor del 10 por ciento de los puestos directivos. Si somos serios cuando decimos que queremos aumentar la participación política de las mujeres, los partidos políticos deben ser responsables a la hora de incluir a las mujeres en sus estructuras directivas.

Con todo, no es sólo en las capas superiores de los partidos políticos donde la participación de las mujeres debe ser equitativa. Las mujeres deben estar en puestos de liderazgo y de toma de decisiones en todos los sectores de la sociedad. En efecto, aumentar la cantidad de mujeres representantes es dar a las mujeres lo que les corresponde, pero también es una forma de crear una sociedad democrática con procesos e instituciones políticas más inclusivas.

No podemos hablar de derechos humanos, igualdad, representación e inclusión y por otra parte seguir excluyendo a grupos enteros de la población. Los estudios muestran que la presencia de las mujeres en las instituciones políticas cambia cualitativamente a la política. Cuando las mujeres y los hombres lideran juntos, las decisiones reflejan y responden mejor a la diversidad y a las diferentes necesidades de la sociedad.

Las mujeres líderes marcan el camino de la igualdad dando el ejemplo en sus sociedades, especialmente para las jóvenes. Las mujeres líderes desafían las percepciones de género del público y demuestran que “el trabajo propio de las mujeres” es el trabajo de legisladoras, juezas y Jefas de Estado.

La igualdad en la participación política es importante porque la raza, la religión, la riqueza o el género no tendrían por qué tener que ver en el derecho humano que tienen todas las personas de participar en sus sociedades. La igualdad es importante para garantizar que las personas que corren el riesgo de ser marginadas y de que sus derechos sean ignorados —inclusive el derecho de las mujeres a la salud sexual y reproductiva— gocen de la misma protección.

Desde que se creara ONU Mujeres hace poco más de dos años, hemos trabajado con unos 28 países para eliminar las barreras a la participación política de las mujeres a través de medidas especiales temporales y de las cuotas. Por ejemplo, en El Salvador, ONU Mujeres trabajó con una coalición de grupos de mujeres, con la Suprema Corte de Justicia y con el parlamento abogando por una reforma que llevase a la adopción de la Ley de igualdad, equidad y erradicación de la discriminación contra las mujeres en 2011.

ONU Mujeres apoya a las candidatas en sus campañas electorales en Túnez, donde se adoptó en 2011 la ley de paridad más progresista de la región, haciendo obligatorio la misma cantidad de hombres y de mujeres en las listas de candidatas/os de los partidos. Todas y todos sabemos que las cuotas son sólo un primer paso. Más allá de las cifras, ONU Mujeres cree firmemente en trabajar con las mujeres líderes para compartir conocimientos e ideas y para crear redes de modo que puedan votar y ser electas mujeres más calificadas. En este sentido, esperamos ver muchos cambios positivos en Irlanda en las próximas elecciones generales.

Es nuestro compromiso colectivo con la igualdad de género y con los derechos de las mujeres lo que hace posible eliminar los muchos obstáculos que existen para la participación de las mujeres sobre un pie de igualdad. ONU Mujeres espera poder trabajar con ustedes para que sus democracias sean más fuertes y sus sociedades más equitativas en beneficio de todas y todos.

Muchas gracias.