Mujeres mayas construyen ruta de atención integral para las sobrevivientes de violencia en México

En palabras de Fatima Leonor Gamboa, de 28 años, indígena Maya y abogada defensora de mujeres que viven violencia de género. Ella trabaja para asegurar una mayor igualdad de género entre los hermanos y las hermanas de las comunidades Mayas de Yucatán, México.

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Todas y todos comenzamos al iniciar un escrito mencionando las cosas que nos caracterizan. Yo puedo mencionar que soy mujer, aunque no debería ser algo que tuviera que ser importante al ser solo uno de los sexos de la humanidad. Sin embargo, debido a la situación de desigualdad y exclusión en la que estamos inmersas, la conciencia de sexo, se dice es importante para cambiar a una forma más igualitaria de relacionarnos con otros hombres y otras mujeres.

voces de los participantes CSW, México
Foto cortesía de Fatima Leonor Gamboa

Además de ser mujer, soy descendiente, heredera e integrante del pueblo indígena Maya, algo que en un mundo en donde todas y todos somos minorías, tan diversas y plurales, tampoco debería cobrar relevancia. Empero, dada mi situación personal y el contexto urbano en el que crecí, sí es algo que tengo que mencionar, primero, porque como integrante de una población indígena atiendo a otra manera de concebir mi existencia y mis relaciones con las energías, la naturaleza y mis propias hermanas y hermanos indígenas, quienes desde hace más de 500 años, seguimos haciendo un llamado al resto de la humanidad para invitarla a sumar esfuerzos para hacer de este mundo uno mejor, sin discriminación, sin injusticia, un mundo más humano e incluyente donde ninguna persona valga más que la otra, porque todas y todos tenemos un mismo corazón.

En segundo lugar, porque dada mi situación familiar nací en un espacio urbano y crecí bajo una educación formal, la cual lejos de fortalecer desde niña mi identidad Maya, la fue invisibilizando, me fue “occidentalizando”, fue acotando los espacios socioculturales para que pueda encontrarme conmigo misma y con los míos, lo cual ya con más conciencia, trabajo comunitario y espacios de educación indígena he ido recuperando y fortaleciendo. Sin embargo, al igual que muchas juventudes indígenas que crecen en las ciudades, somos víctimas de los estereotipos negativos que la sociedad ha asignado a los nuestros, tales como indígena igual a ignorante, indígena igual a una vida sin “progreso”, igual a  retraso social, etc.

Trabajo para que en las comunidades Mayas de Yucatán, exista una mayor igualdad de género entre los hermanos y las hermanas de nuestros pueblos. Soy abogada defensora de mujeres que viven violencia de género, aunque en mi caminar me di cuenta que la mayoría de las violencias a las que estamos expuestas las mujeres y hombres mayas, es la violencia Estatal, la cual es multifactorial: desde el despojo de nuestras tierras, la desarticulación y prohibición del ejercicio de nuestras propias ciencias en la salud, la imposición de sus sistemas educativos descontextualizados y orientados a formas de vida ajenas a las nuestras, el desdén con el que miran a nuestras autoridades y la sobre-regulación de nuestros sistemas jurídicos para lograr su extinción.

Todas estas violencias son mucho más estructurales que la misma violencia que existe entre los hombres y mujeres mayas; y son justamente las cuales en este momento me ocupan; por ello, actualmente me encuentro construyendo una ruta de atención integral a las violencias (de género y estatales) en las cuales involucro tanto a las autoridades indígenas como no indígenas, para que en conjunto nos reconozcamos como seres humanos y atendamos una de las mayores problemáticas de las mujeres –la violencia de género. Así, estamos creando estrategias desde nuestro contexto, desde nuestra realidad, no solo para erradicar la violencia de género, si no para comenzar a entablar diálogos interculturales entre autoridades indígenas mayas y autoridades estatales en busca de un buen vivir, de un vivir con identidad y libre de violencias.

Lo que espero lograr en la CSW es llevar las voces de mis hermanas indígenas de México y Centroamérica, para que nuestras formas de vida ancestral sean consideradas en las tomas de decisiones internacionales, a través de la generación de diálogos interculturales, en donde lo occidental y lo indígena logren puntos de acuerdo, para lograr un mundo de respeto e inclusión social.

Fatima Leonor Gamboa asiste a CSW58 gracias a una beca Yvonne Hebert. Estos blogs de  participantes de la CSW están escritos en sus propias palabras y las opiniones expresadas en ellas no reflejan necesariamente las opiniones de ONU Mujeres.

Para ver una entrevista en video con Fatima (en español), haga clic aquí.