Conversaciones comunitarias en Etiopía previenen la migración con fines de explotación

La falta de oportunidades y recursos económicos están empujando a las mujeres jóvenes de Etiopía a migrar, en general con ayuda de intermediarios ilegales, como el caso de las trabajadoras domésticas en los países del Golfo. Corren riesgo de ser sometidas a explotación, trata de personas, condiciones laborales precarias y a acoso sexual en los países de destino. Un programa de ONU Mujeres y la OIT ha inaugurado las “Conversaciones Comunitarias” para garantizar una migración segura y generar conciencia respecto del Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos.

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Hace cinco años, cuando las dos hijas de Meliya Gumi, Gifty* y Chaltu*, de 16 y 18 años de edad, migraron respectivamente a Dubái y a Qatar como trabajadoras domésticas, todas las personas a su alrededor pensaron que las jóvenes se encaminaban a un futuro mejor. Como viuda y madre de ocho hijas e hijos, con escasos recursos y en una aldea de Haro Kunta en la región de Oromia en Etiopía, Meliya Gumi pasaba muchas dificultades para llegar a fin de mes.

Las hijas de Meliya Gumi llegaron a los países de destino con ayuda de intermediarios ilegales, pero terminaron trabajando bajo condiciones laborales precarias sin prestaciones ni protección. De vez en cuando, las jóvenes envían algún dinero a Meliya Gumi, con el que ella complementa sus exiguos ingresos.

Meliya Gumi (primera a la izquierda) aporta ideas sobre cómo prevenir la migración irregular en una de las sesiones de las Conversaciones Comunitarias en su aldea. Foto: ONU Mujeres/Fikerte Abebe.
Meliya Gumi (primera a la izquierda) aporta ideas sobre cómo prevenir la migración irregular en una de las sesiones de las Conversaciones Comunitarias en su aldea. Foto: ONU Mujeres/Fikerte Abebe.

“Mi deseo es ver a mis hijas regresar a salvo a casa y no querría que se fueran nunca más, siempre que tengan algún ingreso para sobrevivir”, comenta Meliya Gumi, una de las 22 participantes activas de la iniciativa “Conversaciones Comunitarias” en su aldea. La iniciativa está respaldada por ONU Mujeres y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las Conversaciones Comunitarias buscan prevenir la “migración irregular” —migración ilegal o con fines de explotación, incluido el tráfico ilegal y la trata de personas, en especial hacia los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) [1]— brindando información y sensibilizando sobre los riesgos entre la comunidad. La iniciativa además sensibiliza acerca del Convenio 189 de la OIT, el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, que entró en vigor en el mundo en 2013 y que a la fecha cuenta con 22 ratificaciones. Etiopía todavía tiene que ratificar el Convenio y la sensibilización sobre la protección de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores domésticos es un paso crucial en ese sentido.

Entre los nueve estados regionales administrativos de Etiopía, la región de Oromia, donde se asienta la aldea de Meliya Gumi, es la más propensa a la migración y una fuente de migrantes muy conocida entre los intermediarios ilegales. Unas 161.490 trabajadoras y trabajadores domésticos de esa región han migrado al extranjero entre 2009 y 2014, y se estima que, de esa cantidad, 155.860, es decir, el 96 por ciento, eran mujeres [2].

“Una de las intervenciones clave del proyecto gira en torno a la migración segura para las mujeres”, dice la Representante adjunta de ONU Mujeres en Etiopía, Funmi Balogun. “ONU Mujeres reconoce los derechos de las mujeres a una migración en condiciones de seguridad al momento de buscar mejores oportunidades y mejorar sus medios de vida. Para ello, el proyecto fortalece las capacidades del Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales y sus filiales para brindar información sensible al género como parte de una capacitación previa a la partida, destinada a potenciales trabajadoras domésticas migrantes. La finalidad es que ellas comprendan sus derechos, conozcan cómo acceder a los medios de apoyo y cómo ahorrar y proteger sus ingresos. Esta capacitación y apoyo se diseñaron para ayudar a las potenciales migrantes a comprender sus derechos, ya sea en Etiopía o en los países de acogida, conocer dónde se encuentran los sistemas de apoyo para ellas y fortalecer sus capacidades para ahorrar y proteger sus ingresos de forma efectiva. Las instituciones también recibieron apoyo para comprender los derechos de las mujeres migrantes conforme a lo establecido en el Convenio 189 de la OIT y para institucionalizar procesos y sistemas para la reintegración a sus comunidades de las trabajadoras domésticas repatriadas”.

Con la coordinación de facilitadoras, las Conversaciones Comunitarias se celebran dos veces al mes con la participación de mujeres y hombres de distintos grupos de edad, trabajadoras y trabajadores migrantes repatriados, familiares de trabajadoras y trabajadores migrantes y potenciales migrantes, líderes religiosos y personas influyentes de la comunidad. La iniciativa opera en tres regiones de Etiopía —Amhara, Oromia y Tigray— y en la administración de la ciudad de Addis Ababa desde 2015. Gracias a la iniciativa se logró modificar actitudes y prácticas de las comunidades referidas a la migración irregular. Por ejemplo, en el distrito de Adaba únicamente, tras cuatro meses de implementación, las conversaciones generaron una reducción considerable de la migración irregular. El Gobierno de Etiopía se encuentra ahora abocado a institucionalizar la práctica de las Conversaciones Comunitarias en distintas aldeas de todo el país.

Kebede Tolcha, titular de la Oficina de Trabajo y Asuntos Sociales del distrito de Adaba (izquierda) explica los resultados de las Conversaciones Comunitarias, mientras el presidente de la aldea, Amano Aliya (derecha), repasa las agendas que fueron documentadas y debatidas por las y los participantes. Foto: ONU Mujeres/Fikerte Abebe.
Kebede Tolcha, titular de la Oficina de Trabajo y Asuntos Sociales del distrito de Adaba (izquierda) explica los resultados de las Conversaciones Comunitarias, mientras el presidente de la aldea, Amano Aliya (derecha), repasa las agendas que fueron documentadas y debatidas por las y los participantes. Foto: ONU Mujeres/Fikerte Abebe.

Kebede Tolcha, titular de la Oficina de Trabajo y Asuntos Sociales del distrito de Adaba, señala que la iniciativa no sólo está ayudando a las y los habitantes de las aldeas a tomar decisiones basadas en información fidedigna sobre la migración, sino que además contribuye a su empoderamiento para determinar las causas fundamentales de la migración y trasladar sus ideas sobre posibles soluciones a quienes tienen a su cargo el diseño de las políticas. “En los últimos cuatro meses, hemos evitado que 19 individuos —13 mujeres y 6 hombres— optaran por una migración irregular y permitió que 31 jóvenes, que habían abandonado los estudios y que se estaban preparando para migrar en condiciones de ilegalidad, retornaran a la escuela de esta comunidad”, agregó.

Mientras Meliya Gumi comparte las experiencias de sus hijas como una suerte de moraleja para otras personas, enfatiza: “Si se destinaran los recursos suficientes, entre ellos tierras y empleo, para la juventud, no tendrían necesidad de migrar”. Producto de las discusiones y con el apoyo del Gobierno, algunas madres y padres han comenzado a invertir en la educación de sus hijas e hijos y en actividades de generación de ingresos, en lugar de financiar una migración irregular.

Como resultado de la iniciativa Conversaciones Comunitarias en el distrito de Oromia, Ashewal Kemal, de 17 años, cambió de opinión sobre emprender una migración como trabajadora doméstica por medios inseguros. Regresó a la escuela, completó el 10° grado de estudios y ahora trabaja como asistente en una oficina de la administración de su aldea. Foto: ONU Mujeres/Fikerte Abebe.
Como resultado de la iniciativa Conversaciones Comunitarias en el distrito de Oromia, Ashewal Kemal, de 17 años, cambió de opinión sobre emprender una migración como trabajadora doméstica por medios inseguros. Regresó a la escuela, completó el 10° grado de estudios y ahora trabaja como asistente en una oficina de la administración de su aldea. Foto: ONU Mujeres/Fikerte Abebe.

Las Conversaciones Comunitarias celebradas en el distrito de Adaba forman parte del proyecto conjunto ‘Desarrollo de un marco tripartito para el apoyo y la protección de las trabajadoras domésticas migrantes de Etiopía y Somalia en los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Líbano y Sudán’ ejecutado por la OIT y ONU Mujeres con fondos de la Unión Europea. Más de 140.000 mujeres y 85.000 hombres han participado en la iniciativa Conversaciones Comunitarias en el marco de este proyecto.

Notas

* Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de las personas.

[1] Los Estados que conforman el CCG son Arabia Saudita, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar.

[2] ONU Mujeres (2015). Estudio no publicado sobre la naturaleza, las tendencias y la magnitud de la migración de las trabajadoras domésticas migrantes de Etiopía a los Estados del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo), Líbano y Sudán. Addis Ababa, Etiopía.