Pasamos el micrófono a: Aida Nour ElDin, Egipto

Abogada, activista y líder comunitaria

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En el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, pasamos el micrófono a mujeres que trabajan en primera línea, combatiendo la COVID-19 y la pandemia de violencia contra las mujeres y niñas, un problema que aumenta sin cesar. Son las voces de sobrevivientes, trabajadoras esenciales y mujeres líderes que nos indican los problemas urgentes y cómo podemos detener la escalada de violencia, recuperarnos tras la COVID-19 y rehacer nuestras vidas.

Aida Nour ElDin speaks to a group. Photo courtesy of Women and Development Association
Aida Nour ElDin. Foto cortesía de Women and Development Association
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En los barrios de Alejandría en los que estamos ejecutando el programa Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros en colaboración con ONU Mujeres y con el Gobierno viven algunas de las comunidades más marginadas de la ciudad. Debido a las normas sociales [predominantes], a menudo se les dice a las mujeres pertenecientes a esas comunidades que sus esposos tienen derecho a golpearlas; hasta sus propias familias se lo dicen cuando ellas se quejan. Se espera que las mujeres permanezcan en silencio y acepten la violencia.

Estamos intentando cambiar esta situación a través de actividades de concienciación comunitaria y mediante la mejora de las capacidades de las abogadas y los abogados, así como del personal sanitario [para combatir la violencia contra las mujeres]. Nuestro trabajo es muy complicado porque estos barrios suelen presentar altos índices de delincuencia y nuestro personal y las personas voluntarias de la comunidad no siempre pueden trabajar sobre el terreno de manera segura.

Cuando se impuso un confinamiento parcial en Alejandría, muchos hombres que trabajaban en el sector informal perdieron sus medios de vida de la noche a la mañana y las niñas y los niños dejaron de ir a la escuela. Esto significó que las mujeres de esas comunidades tuvieron que asumir responsabilidades adicionales de cuidados no remunerados y, en algunos casos, experimentaron una mayor violencia en el ámbito privado. También fueron tiempos difíciles para los hogares encabezados por mujeres que trabajaban en el sector informal.

Al comienzo de la pandemia teníamos dificultades para llegar a las sobrevivientes. Sentíamos frustración y estrés, pero rápidamente nos reagrupamos y unimos nuestras fuerzas con la comunidad y el Gobierno para continuar trabajando.

Con el apoyo de ONU Mujeres, recibimos equipos de protección y desinfectantes, lo que nos permitió seguir desarrollando algunas actividades [presenciales]. Conducíamos por los barrios con coches equipados con megafonía para proporcionar información relacionada con la violencia contra las mujeres y con las medidas de prevención de la COVID-19.

Además, empezamos a utilizar las plataformas en línea para nuestras actividades de concienciación. Esta transición no siempre resultó fácil; tuvimos que formar rápidamente a nuestro personal, a las personas voluntarias y a las y los líderes comunitarios para que aprendieran a utilizar este tipo de plataformas. Afortunadamente, contamos para ello con el apoyo de ONU Mujeres. Incluso conseguimos llegar a un mayor número de miembros de la comunidad a través de Internet que con las actividades presenciales que solíamos llevar a cabo con anterioridad.

Con la pandemia he aprendido que todas las personas deberíamos estar preparadas para responder a cualquier crisis en cualquier momento. Creo que todas y todos tenemos un papel que desempeñar en la defensa de los derechos de las sobrevivientes y para que estas puedan disponer de la ayuda que necesitan”.

A través de sus programas, ONU Mujeres lucha contra la violencia de género y ayuda a las sobrevivientes

Aida Nour ElDin preside la Asociación pro Mujeres y Desarrollo, una organización de la sociedad civil de base comunitaria especializada en la prestación de diversos servicios a las personas sobrevivientes de la violencia, así como en la concienciación de la comunidad en la ciudad egipcia de Alejandría, a orillas del Mediterráneo. Cuando la COVID-19 comenzó a golpear a los países de todo el mundo, ONU Mujeres colaboró con esta asociación de marzo a septiembre de 2020 para ofrecer capacitación a más de 75 personas encargadas de la respuesta inicial (como abogadas y abogados o asesoras y asesores psicosociales) y distribuir más de 400 paquetes de desinfectantes y equipos de protección en los barrios de Mandara Qebly y Ezbet ElHagana de Alejandría.

Esta colaboración se enmarca en el programa “Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros” de ONU Mujeres en Egipto, que se ejecuta en asociación con el Consejo Nacional de Mujeres y con la Gobernación de Alejandría, contando además con la cooperación de la sociedad civil. El programa cuenta con la generosa financiación del Reino de los Países Bajos.