Cómo contrarrestar la discriminación de género y los estereotipos negativos sobre el género: respuestas de políticas eficaces

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La Directora Adjunta de ONU Mujeres y Subsecretaria General, Lakshmi Puri, fue la moderadora en un panel sobre “Cómo contrarrestar la discriminación de género y los estereotipos negativos sobre el género: respuestas de políticas eficaces, durante el segmento de coordinación de la Sesión Substantiva del ECOSOC en Ginebra, el 13 de julio de 2011. A continuación reproducimos su discurso de apertura.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

La Declaración Ministerial de 2010 sobre la “Aplicación de los objetivos y compromisos convenidos internacionalmente con respecto a la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer identificó las actitudes discriminatorias y los estereotipos en materia de género como un asunto persistente y generalizado al que hay que atender si se quiere acelerar los progresos en el logro de los objetivos de igualdad de género y en otros objetivos y compromisos convenidos internacionalmente, incluyendo los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La Declaración también hizo un llamamiento para encontrar respuestas eficaces de políticas, incluyendo en el área de la educación y de los medios de comunicación.

¿Qué es un estereotipo? 
Los estereotipos existen en todas las sociedades: el modo en que percibimos a los demás puede verse determinado por suposiciones simplistas sobre las personas, basadas en caracteres particulares como la raza, el sexo, la edad, etc.

Los estereotipos se basan en normas, prácticas y creencias sociales. Muchas veces son de orden cultural, y basados o promovidos por la religión, y reflejan las relaciones de poder subyacentes. Las creencias estereotipadas pueden ser rígidas, pero pueden cambiar y lo han hecho a lo largo del tiempo, lo que representa un desafío y una oportunidad.

¿Cuál es su impacto? 
Los estereotipos no siempre son inherentemente negativos, pero dado que son conjeturas que hacen caso omiso de las habilidades, oportunidades y entorno individuales e inherentes a la persona, casi siempre son perjudiciales.

Los estereotipos negativos entorpecen la habilidad de las personas de alcanzar su potencial ya que limita sus elecciones y oportunidades. Están detrás de la discriminación de género declarada y encubierta, directa e indirecta, y recurrente que afecta de modo negativo la igualdad substantiva de jure y de facto que habría que garantizar a las mujeres. Se traducen en políticas, leyes y prácticas que causan daños a las mujeres sobre el terreno.

El efecto de “este fenómeno sobre la integridad mental y física de las mujeres es de privarlas de iguales conocimientos, y del ejercicio y el goce de los derechos y las libertades fundamentales (recomendación del Comité de la CEDAW).

Algunos ejemplos de estereotipo son la diferencia de las remuneraciones según el sexo, la segregación ocupacional, la denegación de ascensos a puestos de liderazgo, el techo de cristal en diferentes profesiones, la precarización de las mujeres trabajadoras y la feminización de la pobreza, el tráfico de personas, los casamientos forzados, la mutilación genital femenina, los asesinatos por honor, la violencia de género en el ámbito familiar, laboral y los espacios públicos, y los niveles más bajos en la ecuación y las oportunidades laborales. Los estereotipos justifican la discriminación entre los géneros de manera amplia, y refuerzan y perpetúan los modelos históricos y estructurales de la discriminación.

Los hombres sufren también porque el tener que adaptase a los roles masculinos de intereses competitivos y ambiciosos puede hacer presión sobre ellos y quitarles la alegría que da el ser padre o el tener relaciones íntimas respetuosas. Los estereotipos y las discriminaciones de género se nutren en esos roles y tienen un costo alto en lo que respecta al desarrollo, a la obstrucción de la democracia, a la denegación de los derechos humanos y al poner la paz y la seguridad en peligro. Por el contrario, los beneficios de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres en todas estas áreas son conocidos y no se ponen en duda.

¿Qué hay que hacer para contrarrestar los estereotipos? 
El fenómeno de los estereotipos de género tiene que ser contrarrestado y combatido en múltiples frentes: en el idioma y el vocabulario, en las leyes y las prácticas, en la mentalidad de las personas, en los sistemas de justicia, en los medios de comunicación y en la educación, en las diversas organizaciones y autoridades públicas, en las empresas y con las mismas personas.

Es necesario lograr un esfuerzo concertado para cambiar lo que un defensor de la igualdad de género, el Profesor Ling White de los Estados Unidos, ha llamado la cosmografía de la desigualdad entre los géneros. El Profesor White ha destacado que el “hábito del lenguaje implica que la personalidad es sobre todo un atributo masculino y que las mujeres son sub-humanas… sub-especies… los hombres son líderes y las mujeres son seguidoras, los hombres son productores y las mujeres consumidoras, los hombres son fuertes y las mujeres son débiles… ésta es una cosmografía que nos ha hecho a los hombres agresores y a la humanidad víctima.

En el contexto de la familia, la comunidad, la sociedad y el nivel nacional e incluso global, tenemos que crear en entorno favorable, e instituciones y sistemas específicos, y es necesario tener defensores individuales y crear modelos.

En el ámbito del país, las siguientes políticas y medidas pueden ser eficaces:

  • Adopción de medidas especiales temporarias, incluyendo las cuotas en los parlamentos y los partidos políticos, en el sistema judicial, en las agencias de mantenimiento del orden y en el sector ejecutivo y corporativo (aplicando los Principios de Empoderamiento de las Mujeres).
  • Representación correcta de las mujeres en los medios y de su rol proactivo como representantes en los medios que pueden cambiar las percepciones. Uso del poder y el alcance generalizado de los medios sociales y de las TIC.
  • Participación y liderazgo de las mujeres en los grupos religiosos y comunitarios basados en la fe, y en los sistemas jurídicos, que será esencial para propiciar una interpretación justa y sensible a los asuntos de género de los textos, y de las costumbres y normas religiosos y culturales.
  • Desarrollo riguroso y correctivo de los planes de estudio, dando educación desde la primera infancia a todos los niveles y para los niños y las niñas por igual, acompañado de campañas de educación para adultos. Creación de herramientas educativas especiales para todos los niveles, incluyendo el uso de la educación virtual.
  • Dar aliento a las mujeres y a las niñas para que entren en campos educativos y profesionales tradicionalmente dominados por los hombres como las fuerzas armadas, la aviación, las ciencias, la ingeniería, etc.
  • Promulgación de leyes que cambien la mentalidad, como las leyes contra la violencia doméstica y la violencia de género de todo tipo, incluyendo el acoso sexual en el lugar del trabajo y las violaciones. Las leyes deben tipificar esas actividades como delito y conseguir un nivel alto de condenas, y deberán cambiar la percepción de lo que significa la masculinidad y de lo que se permite y lo que no.
  • Promover el compartir las responsabilidades domésticas entre las mujeres y los hombres, por ejemplo en el cuidado de los hijos, de otros familiares, etc.
  • Promoción del derecho a la propiedad, incluyendo el derecho a la tierra y el control de los bienes financieros y económicos, el acceso al crédito y el apoyo al desarrollo empresarial.
  • Asignación de recursos adecuados para los programas dedicados a la eliminación de los estereotipos de género, por ejemplo a través de campañas de promoción y de concientización y del desarrollo de planes educativos.
  • Incentivos impositivos y de otra índole para mejorar la autonomía de las mujeres, incluyendo su participación en el sector privado, etc. Algunos ejemplos son Nepal en lo relativo a los derechos a la propiedad y Noruega en lo que respecta a la paridad entre los géneros en el empleo.

Fortalecimiento y aplicación del marco y la acción normativa y de políticas internacionales 
Los estereotipos de género han sido claramente identificados en la CEDAW como algo que impide el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. La CEDAW hace valer que todas las personas, independientemente de su sexo, están amparadas por este principio que les permitirá desarrollar sus habilidades, seguir una carrera profesional y hacer sus propias elecciones sin limitaciones debidas a los estereotipos de género, a rígidos roles de género o a prejuicios.

La Plataforma de Acción de Beijing hace un llamamiento a los países y a otros actores relevantes para luchar contra los estereotipos de género en la vida pública y privada. La Asamblea General ha destacado consistentemente que los estereotipos persistentes de género limitan los progresos en la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing, y ha hecho un llamamiento a la acción para eliminar los estereotipos de género en todas sus formas.

En el examen de los 15 años de implementación de la Plataforma de Acción de Beijing que se hizo en 2010, se discutió la persistencia de los estereotipos de género en la participación política y la toma de decisiones de las mujeres, en la autonomía económica de las mujeres y en su función en la reducción de la pobreza, en la educación y la capacitación de las mujeres, en la salud de las mujeres, en las mujeres y los medios de comunicación, en la violencia contra las mujeres y en los derechos humanos de las mujeres. Los Estados Miembros señalaron la necesidad de adoptar una serie de estrategias para luchar contra los estereotipos.

La recomendación del Comité de la CEDAW es reveladora. Las actitudes tradicionales por las que las mujeres siguen estando subordinadas a los hombres, o tienen menos valor que ellos, o tienen funciones estereotipadas perpetúan la violencia y la coacción generalizadas, como la violencia y el abuso, los casamientos forzados, los asesinatos por honor y la mutilación genital femenina. El resultado es mantener a las mujeres en funciones subordinadas y contribuir a niveles bajos de liderazgo político, de voz y voto en el mundo laboral, de niveles más bajos de dirección, educación y oportunidades de empleo.

La Asamblea General de la ONU, el Consejo Económico y Social y la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer han estado tratando ese asunto y necesitan continuar manteniéndose vigilantes y fortalecer las normas si se quiere cambiar el panorama de los estereotipos de género.

En el nivel regional e internacional, es necesario seguir estableciendo las normas y los estándares que luchen contra los estereotipos, prácticas y creencias en materia de género y garantizar que se traduzcan, en los países, en políticas y programas y en su debida implementación.

Los organismos del sistema de la ONU deben atender el problema de los estereotipos en sus áreas de competencia y de actividad y en lo respectivo a sus políticas y programas, incluyendo en el contexto de la incorporación de los asuntos de género.

ONU Mujeres se ha comprometido a apoyar los esfuerzos de los Estados Miembros a través de actividades de promoción, facilitando los intercambios de conocimientos, las alianzas estratégicas incluso con las organizaciones de la sociedad civil, los medios y el sector privado, y el suministro de servicios técnicos y de asesoría para ejecutar, monitorear y evaluar los programas sobre el terreno y alentar que existan modelos, defensores y las mejores prácticas en todo el mundo.

El panel de hoy tiene el propósito de:

  1. Examinar cómo los estereotipos de género tienen un impacto sobre el logro de la igualdad de género en diversas áreas.
  2. Presentar y compartir las experiencias exitosas y las buenas prácticas para luchar contra los estereotipos de género y la discriminación resultante, y aprovechar los resultados positivos.
  3. Identificar políticas y normas eficaces en los ámbitos nacional, regional e internacional.