Cinco preguntas para Muluken Arefaine sobre la lucha contra el matrimonio infantil en Etiopía

Fecha:

Muluken Arefaine from ActionAid Ethiopia

Muluken Arefaine, de ActionAid Etiopía, afirma que a pesar de la aprobación de un nuevo Código de la Familia en 2011, sólo el 50 per cent de los etíopes saben que la edad mínima para casarse es de 18 años para ambos sexos, y en algunas regiones se sigue celebrando muchos matrimonios infantiles, algo que afecta especialmente a las niñas. Crédito de la foto: ActionAid Etiopía/ Mekdes Teklemichael

¿Cuál es la situación del matrimonio infantil en Etiopía y, más concretamente, en los distritos en que ActionAid está implementando el proyecto “Promoción de la protección jurídica de las mujeres y niñas ante la violencia de género?

El matrimonio precoz es una de las tradiciones dañinas que están muy extendidas en la sociedad etíope. Esta práctica consiste en el matrimonio de niñas que no han alcanzado su plena madurez y que no tienen la capacidad para controlar su sexualidad. Etiopía dispone de un nuevo Código de la Familia, promulgado en 2011, que garantiza la igualdad de las mujeres en el matrimonio y establece la edad legal para el matrimonio en 18 años para ambos sexos, a diferencia de los 15 años aceptados anteriormente. Sin embargo, dicha práctica sigue existiendo principalmente por el cumplimiento deficiente de la ley y la falta de información; de hecho, sólo el 50 per cent de la población sabe que existe una edad mínima para casarse. Por poner un ejemplo, en la zona de Gondar Norte (región de Amhara), donde ActionAid desarrolla uno de sus Programas locales de derechos, la Encuesta Nacional de Seguimiento sobre prácticas tradicionales nocivas de 2011 mostraba que el 44,2 per cent de las niñas se casan antes de los 15 años de edad.

El procedimiento y las prácticas rituales varían mucho entre culturas y regiones. Una niña se puede prometer a una edad muy temprana, de entre 4 y 5 años, o incluso durante su gestación. Aunque la ceremonia del matrimonio podría celebrarse poco después, la novia no se va a casa del novio hasta que tiene entre 10 y 13 años de edad, a veces menos. En algunas partes del país, esta práctica cada vez se oculta y disimula más con otro tipo de celebraciones, por miedo a las consecuencias legales. Actualmente, hacer regalos fastuosos o atraer a la niña y a sus padres con promesas de oportunidades varias se están convirtiendo en vías comunes de persuasión.

¿Cómo afecta concretamente este tipo de violencia a las vidas de las niñas de estas comunidades?

Las niñas víctimas de un matrimonio precoz sufren multitud de daños físicos, psicológicos, económicos y sociales. Como no han llegado a su plena madurez, no están preparadas psicológica ni físicamente para ser esposas y madres. Su primera experiencia sexual a menudo es forzada y traumática, mientras que el embarazo y el parto tienen complicaciones que perjudican su salud.

La mayoría de las niñas prometidas en matrimonio a una edad temprana o bien son privadas del derecho a asistir a la escuela o son obligadas a abandonarla. La falta de educación y la enorme diferencia de edad entre las niñas y sus maridos las pone en desventaja a la hora de negociar y llegar a acuerdos con sus maridos. Como resultado, a menudo no son capaces de tomar decisiones sobre su hogar o sobre las propiedades y los activos comunes de la pareja. La mayoría de niñas casadas prematuramente también carece de información y acceso a los servicios de planificación familiar, y a menudo sus maridos les prohíben utilizarlos. Todos estos factores las hacen especialmente vulnerables a la violencia doméstica.

La mayor parte de las niñas que acaban divorciándose y son obligadas a volver con sus padres, especialmente las que tienen algún hijo, a menudo se ven aisladas y degradadas por su familia y por su comunidad. Algunas se ven forzadas a huir a ciudades donde acaban trabajando como empleadas domésticas o como trabajadoras del sexo, lo que las hace vulnerables a diferentes formas de violencia y maltrato y a la consiguiente exposición a varias infecciones de transmisión sexual, incluidos el VIH y el SIDA.

Según su experiencia, ¿cuáles son las principales causas del matrimonio infantil y cómo se deberían abordar?

El patriarcado y las normas y prácticas tradicionales de discriminación constituyen uno de los principales factores. En la mayoría de las regiones y culturas de la sociedad etíope, las niñas que superan la edad de 15 años y permanecen solteras sufren el desprecio social y se las apoda “Komo Ler, un término amhara que significa “persona que no vale para nada y a la que nadie quiere. Por miedo a esta estigmatización social, a menudo los padres dan a su hija en matrimonio a una edad muy precoz.

Muchos padres organizan el matrimonio infantil para evitar que sus hijas tengan relaciones sexuales prematrimoniales y pierdan la virginidad, ya que una niña que haya perdido su virginidad antes del matrimonio queda gravemente deshonrada y es una vergüenza para su familia. La peor de las vergüenzas ocurre si la chica que tuvo relaciones sexuales antes del matrimonio alumbra un hijo. Los hijos nacidos en dicha situación son apodados “Diqala, que significa niño sin raíces o sin padre. Por tanto, la mayoría de los padres no desea vivir bajo un estigma social tan humillante y, en lugar de ello, prefiere dar a su hija en matrimonio lo antes posible.

Muchas familias pobres deciden casar a sus hijas menores con el fin de beneficiarse económicamente por los regalos llevados por familiares, vecinos y amigos a la ceremonia del matrimonio y de la dote. Esta práctica también sirve para la ampliación y la continuación de la familia y para el prestigio social, ya que muchos padres quieren que sus descendientes se casen a una edad muy temprana y tener nietos antes de morir. Asimismo, el deseo de los padres de tener fama y prestigio social mediante la organización de una boda ostentosa para poder invitar a mucha gente a la celebración se considera un factor clave que fomenta el matrimonio infantil. En algunas partes del país, los padres obligan a sus hijas a casarse precozmente con el propósito de reforzar lazos con familias consideradas influyentes, ya sea en términos de riqueza o de estatus social.

¿Qué mensaje principal desearía transmitir ActionAid Etiopía en este Día Internacional de la Niña de 2012?

La eliminación del matrimonio infantil no solamente es esencial para el respeto de los derechos humanos de las niñas, sino también fundamental para garantizar unos resultados de desarrollo positivos en otros ámbitos diversos, ya que tiene efectos multiplicadores. Poner fin al matrimonio infantil permite a las niñas ir a la escuela durante más años para formarse, lo que conlleva mejores oportunidades de conseguir un empleo e ingresos.

El acceso de las mujeres a un mayor nivel de educación y de ingresos tiene resultados de desarrollo positivos para la generación posterior. Si tienen formación, las madres mejoran el bienestar de sus hijos en términos de educación, salud y nutrición, y además suelen tener menos hijos.
La erradicación del matrimonio infantil también es clave para reducir la mortalidad materna y disminuir los costos de salud pública asociados con problemas resultantes de complicaciones como las fístulas obstétricas.

Por consiguiente, la comunidad internacional debe invertir más recursos en la eliminación de los matrimonios infantiles y diseñar marcos internacionales para hacer que los gobiernos asuman su responsabilidad.

¿Qué está haciendo ActionAid en Etiopía para luchar contra el matrimonio infantil mediante el proyecto respaldado por el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la eliminación de la violencia contra la mujer? ¿Cuáles han sido las experiencias más exitosas hasta el momento?

Con el apoyo del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas, desde 2009 ActionAid Etiopía ha trabajado para tratar de resolver el problema del matrimonio infantil y otras formas de violencia contra las mujeres y niñas en 10 distritos del país.

Hemos movilizado y organizado a las mujeres para que se opongan al matrimonio precoz y para que conozcan mejor sus derechos, las causas y consecuencias de la violencia y las disposiciones legales que ayudan a luchar contra este tipo de violencia. Esto ha llevado a la creación de grupos de vigilancia formados por mujeres en pueblos y distritos, para que emprendan acciones colectivas de sensibilización de la población y tengan un papel vigilante para identificar matrimonios infantiles concertados y facilitar su reparación legal en colaboración con líderes tradicionales y religiosos, asociaciones escolares e instituciones locales. Desde que empezamos en 2009, 655 mujeres han recibido formación y se han integrado en 78 grupos de vigilancia en 10 distritos con ese objetivo.

Fomentar el rol de los hombres y niños ha sido crucial en nuestro trabajo, para ayudarles a cuestionar las creencias religiosas y tradicionales que se emplean para justificar el matrimonio precoz. Para nuestra sorpresa, muchos líderes no solamente mostraron un cambio de actitud, sino que también empezaron a desempeñar un papel fundamental como agentes de cambio al afrontar esta cuestión en colaboración con los grupos de vigilancia femeninos. Desde la creación del proyecto del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas, los líderes formados no solamente están implicados en sensibilizar a la población para proscribir el matrimonio infantil, sino que también desempeñan un rol de vigilancia, consistente en verificar que las niñas que se prometen hayan alcanzado la edad adecuada antes de dar su bendición religiosa y su aprobación.

También hemos organizado eventos de sensibilización escolar para promover el papel de los niños varones como agentes clave del cambio en la lucha contra el matrimonio infantil. Las asociaciones escolares colaboran y se implican junto con la administración escolar, los grupos de vigilancia y la policía local para identificar matrimonios infantiles concertados, especialmente de niñas que estaban escolarizadas, y hacen labores de sensibilización sobre la cuestión mediante juegos de rol, poesías y el uso de la capacidad de difusión de sus medios de comunicación a pequeña escala.
Además, con el proyecto hemos reforzado la capacidad de los servicios policiales para formar unidades de mujeres y de protección infantil en comisarías de 10 distritos y para establecer, en cuatro tribunales de distrito, salas especiales que se ocupen de los casos de matrimonio precoz.