En Dominica, un programa de prevención de violencia ayuda a varones jóvenes a superar los estereotipos de género

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Como estrategia preventiva para reducir la prevalencia de la violencia contra las mujeres y la violencia social en general, en una región con uno de los índices más altos de violación en el mundo,* la Oficina de ONU Mujeres en el Caribe y sus asociados desarrollaron un programa de intervención comunitaria para varones de entre 13 y 16 años de edad que pone en cuestión los estereotipos sociales y de género y a la vez les enseña a forjar relaciones saludables.

“El programa me enseñó cómo debo reaccionar no sólo ante mis sentimientos, sino también ante las situaciones que se pueden presentar en la vida, dijo uno de los jóvenes participantes de Roseau, Dominica. “También me enseñó cómo debo comportarme con los diferentes sexos, ya que algo que a un muchacho puede gustarle, a una muchacha quizás no… Me enseñó a ser una mejor persona. También me ayuda a tener autocontrol, tanto físico como mental.

Varones de entre 13 y 16 años de edad participaron en un ejercicio como parte del Programa de Intervención Comunitaria en Roseau, Dominica.
Foto: Asociaciones para la Paz/Annie St. Luce

El Programa de Intervención Comunitaria para varones jóvenes fue desarrollado a partir del proyecto emblema de ONU Mujeres Asociaciones para la Paz (ApP), ejecutado en diversos países del Caribe. Con énfasis en la prevención, el Programa de Intervención Comunitaria consiste en un curso de 10 módulos puesto a prueba en marzo de 2012 en dos países del Caribe: Dominica y Antigua & Barbuda.

El psicólogo y trabajador social, Alex P. Vega, consultor del programa de ONU Mujeres, explicó: “El programa les brinda a los muchachos un espacio donde expresar las creencias sociales y culturales tradicionalmente asociadas a la masculinidad/feminidad —los estereotipos y prejuicios negativos sobre las mujeres y las niñas, la sexualidad y las relaciones que han aprendido durante toda la vida— para luego trabajar con ellos y arrancar de raíz esos mitos y creencias inculcadas sobre los roles de género.

“Queremos trabajar con los varones jóvenes en un espacio seguro para examinar por qué esas creencias son discriminatorias y perjudiciales para las mujeres y cualquier persona que no se ajuste al rol tradicional de género, añadió Vega.

Los jóvenes enrolados en el programa provienen de distintas estratos socioeconómicos y escuelas. La mayoría fueron criados principalmente por sus madres y/o abuelas, ya que los padres están ausentes del hogar. Forman un grupo mixto; algunos jóvenes son enviados reiteradamente a la oficina del director; otros tienen un buen comportamiento, adolescentes típicos.

“Si bien algunos pueden parecer muy serenos, es mucho lo que les sucede por dentro y a lo que debemos estar atentos, explicó Annie St. Luce, docente de Formación para la Vida Familiar de Planned Parenthood Federation Dominica y facilitadora del Proyecto Asociaciones para la Paz.

“Puede tomarte un día completo desenmascarar determinado mito. Pero tan pronto regresan a ese entorno en particular, se vuelven a encontrar de frente con ese mito y tú esperas que el trabajo que hiciste con ellos sea efectivo y que las bases que sentaste sean firmes para que cuando vean esas cosas, puedan comenzar a cuestionarlas y preguntarse por qué se comportan de tal o cual manera, agregó St. Luce.
St. Luce dijo que los jóvenes eran muy críticos de las muchachas de su sociedad, la forma en la que se visten y en cómo se comportan.

“Ellos ven a la mayoría de las jóvenes como ‘piltrafas' —así lo dijeron literalmente— y una de las razones sería que ‘ellas mismas se vuelven así', agregó Philip Carlisle, otro facilitador del Proyecto ApP y pastor de una organización confesional.

Haciendo una analogía con pelar una cebolla, Vega explica que el objetivo es lograr una transformación de las ideas, creencias y prácticas tradicionales de género: “Para que eso suceda, debemos pelar todas las capas, una por una… La intención es que los jóvenes salgan del programa con un conjunto de herramientas de pensamiento crítico para forjar mejores relaciones con ellos mismos, sus compañeros y demás personas y contribuir a crear una sociedad más igualitaria y equitativa.

“El programa me ha dado una forma mejor para acercarme a las muchachas, dijo uno de los estudiantes. “No las llamo de una forma que las haga sentir mal, sino [reconozco] que cada mujer tiene sus propios derechos, así como los hombres tenemos los nuestros.

Como grupo, los varones de Dominica coinciden en que el programa piloto les ayudó a ser menos sentenciosos y más reflexivos.

“Siempre que me encuentro ante una situación donde se supone que debo enojarme, hago un esfuerzo y me controlo. Generalmente pienso en todo lo que me perjudicaría si me involucro en esa situación, expresó otro de los jóvenes. “Después de este programa espero poder ayudar a otros que vea en la misma situación en la que yo estaba antes del programa.

* Según un estudio de la UNODC y el Banco Mundial, tres países del Caribe se encuentran entre los primeros diez del mundo en cuanto a denuncias de incidentes de violación. Asimismo, todos los países del Caribe (donde existen datos comparables disponibles) tienen una tasa de violación más alta que la mundial.