Mensaje de Michelle Bachelet Directora Ejecutiva de ONU Mujeres en ocasión del Día Mundial del SIDA

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Mensaje de Michelle Bachelet Directora Ejecutiva de ONU Mujeres en ocasión del Día Mundial del SIDA, 1 de diciembre de 2012.

La impresionante disminución en la cantidad de nuevas infecciones con VIH anunciada por ONUSIDA constituye un mensaje de esperanza al conmemorar el Día Mundial del SIDA. Ante esta reducción de las nuevas infecciones con VIH y las muertes relacionadas con el SIDA, tenemos un motivo para celebrar.

Gracias a los sostenidos esfuerzos mundiales para prevenir la transmisión de madre a hijo, se ha incrementado el número de mujeres que reciben tratamiento y son muchos menos los bebés que nacen con VIH. Y ésta es una gran noticia.

Ahora debemos apoyarnos en este logro para garantizar que todas las mujeres obtengan la información, los servicios y el apoyo que necesitan para mantenerse saludables a lo largo de toda su vida. En 2011, sólo el 30 por ciento de las mujeres embarazadas aptas para obtenerlo recibieron tratamiento antirretroviral para su propia salud.

De las 30,7 millones de personas adultas que viven con VIH, el 54 por ciento, o lo que sería unos 16,7 millones, son mujeres. Esto significa un aumento de casi cuatro por ciento desde 2010. Es necesario prestar atención especial a las mujeres jóvenes, las que tienen edades comprendidas entre los 15 y 24 años, que siguen registrando tasas de infección con VIH dos veces más altas que los varones jóvenes.

Esta situación es especialmente apremiante en África subsahariana, el epicentro de la epidemia, donde las mujeres constituyen el 58 por ciento de las personas que viven con VIH y existe apenas un condón femenino disponible por cada 10 mujeres de entre 15 y 49 años de edad.

En este Día Mundial del SIDA, mientras celebramos los avances en esta lucha, renovemos los esfuerzos para proteger los derechos de las mujeres, incluyendo los derechos reproductivos y el derecho a vivir libre de violencia y discriminación. Las acciones para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres nos acercan a la meta de cero infecciones nuevas, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el SIDA. Mancomunadamente podemos llegar a cero.