Las mujeres rurales de Viet Nam se capacitan para los desastres naturales
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El edificio de la Unión de Mujeres en la provincia Binh Dinh de Viet Nam se ha llenado de música y las canciones tradicionales sobre la provincia, las estaciones, la pesca y la agricultura invaden sus salas. Sin embargo, los que cantan saben que la vida que celebran corre riesgos: se han reunido aquí para discutir acerca de los planes y acciones para hacer frente a los desastres naturales.
Viet Nam se ha visto muy afectado por el cambio climático y las inundaciones y otros desastres naturales se han vuelto frecuentes con el paso de los años. Son especialmente devastadores en el medio rural de las provincias del centro y del sur, como Binh Dinh y Phu Yen. La pobreza que sufren estas dos provincias hace a sus habitantes particularmente vulnerables.
Los proyectos de formación en Binh Dinh han estado a cargo de la Unión de Mujeres de Viet Nam desde 2010 con el apoyo de ONU Mujeres. Hoy, 50 participantes - mujeres y hombres - planean cómo preparar mejor sus aldeas y caseríos cara a las inundaciones. Se dividen en grupos para discutir, y el instructor pide a cada uno que estudie el modo en que los diferentes grupos son afectados según sean hombres o mujeres, jóvenes o ancianos, o los que tienen menos movilidad porque están enfermos o son mujeres con un embarazo avanzado.
Es el primer programa del país que atiende y alienta la participación de las mujeres en la reducción de riesgos por desastres. Como reconocen los participantes, las mujeres han quedado relegadas durante mucho tiempo de la toma de decisiones en esta área de la vida comunitaria, aunque es posible que sean las más afectadas por las condiciones medioambientales extremas, en comparación a los hombres. Por ejemplo, aunque las mujeres a menudo se ocupan de pequeñas parcelas de tierra agrícola en cada familia para obtener algún ingreso y sustento, los títulos de propiedad por lo general se dan a los hombres. Esto quiere decir que después de un desastre muchas mujeres no pueden solicitar de manera independiente fondos de reconstrucción del Estado. También corren más riesgos que los hombres en las inundaciones porque, mientras se enseña a los niños a nadar desde temprana edad, no se hace lo mismo con las niñas.
Tanh, 48 años, es la directora del grupo de la Unión de Mujeres en su aldea y es agricultora; es madre de cuatro niños y teje para ganar algo más. Originaria de una aldea de 2.000 habitantes, asegura que los desastres naturales matan entre una y tres personas por año allí. “Esta formación me es muy útil. Tengo algunos conocimientos de preparación para los desastres, pero no es sistemático, dice.
Esta formación se ha llevado a cabo en talleres de un día en el seno de las comunidades. El año pasado hubo 40 talleres que se centraron en la preparación para las inundaciones y los tifones. También ha habido sesiones más largas en los distritos y las provincias. El proyecto introdujo igualmente temas de gestión de desastres antes de los talleres, usando otras técnicas creativas para llegar al público. Adaptando un modelo que tuvo éxito en América Latina, creado por la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, el proyecto presentaba a aldeanos los temas relacionados con la reducción de desastres en historias encargadas especialmente para las radionovelas. En Viet nam, aproximadamente el 80 por ciento de las familias tiene radios, y las radionovelas son muy populares entre las mujeres.
Tanh dice que la formación, al hacer oír las voces de las mujeres locales, ya ha cambiado a su comunidad para mejor. Gracias a este proyecto, por ejemplo, el Comité del Pueblo de la ciudad Tuy Hoa en Phu Yen ha nombrado a la Unión de Mujeres como miembro del Comité Central para el control de las inundaciones y tormentas, que es la primera entidad de toma de decisiones sobre los desastres naturales. El proyecto piloto puede ser ampliado en los próximos cuatro años a Binh Dinh, Quang Binh, y Quang Tri, y a otras partes de la región central y sur.
Con tiempo y formación, las mujeres como Tanh adquieren confianza sobre los conocimientos y las perspectivas que pueden aportar a nivel local y de las políticas. Esto puede tener como consecuencia el que sus comunidades estén más seguras cuando llegue la estación de lluvias.