Mujeres indígenas trabajan juntas y amplifican sus voces
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Martha Sánchez nació en una casa de adobe en el estado montañoso de Guerrero en México y fue criada por su abuela, una mujer indígena Amuzgo experta en medicina tradicional. Al crecer, Martha iba absorbiendo la cultura de sus ancestros y decidió que dedicaría su vida a trabajar para preservarla.
En ese camino conoció a otras mujeres de diversas comunidades y juntas comenzaron a tejer una red global. El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) es actualmente una vasta red que abarca las Américas, África y Asia promoviendo los derechos de las mujeres indígenas en la escena internacional.
Desde 2010, el Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres viene trabajando para ayudar a amplificar las voces de las integrantes del Foro en espacios internacionales de adopción de decisiones, como parte de un programa para robustecer las redes de activismo y los sistemas de gobierno de las mujeres indígenas.
Por medio de talleres, ONU Mujeres está ayudando a reforzar las destrezas que permitirán a las líderes fortalecer su influencia en eventos y foros, desde oratoria hasta habilidades de negociación. Los talleres han servido como centros de trabajo en red, permitiendo a las mujeres de todo el mundo intercambiar conocimientos y experiencias y elaborar una agenda en común.
Es posible observar los frutos de esos talleres en la mayor visibilidad del FIMI en las últimas conferencias internacionales como la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, la Revisión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y lo que es más importante, en el Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas, el cual establece las prioridades comunes y pone de relieve las inquietudes y demandas de los pueblos indígenas del mundo. Aquí, las integrantes realizaron una firme tarea de cabildeo enfocadas en volcar las preocupaciones de sus miembros en los debates y la agenda internacional.
La capacitación y su empleo en el circuito global de redes también han afianzado el papel de las mujeres indígenas en sus comunidades, como apuntó Martha Sánchez. “Estas alianzas han hecho que las mujeres reconozcan sus capacidades y autoestima, aumentando así su liderazgo, señala.
Mariana López, coordinadora de programa del FIMI, admite que no es fácil generar impacto a través de la Red, “pues el mandato es global y cubre diferentes realidades, idiomas y áreas geográficas. Sin embargo pese a la heterogeneidad, las mujeres han podido identificar y bregar por numerosas preocupaciones que les son comunes, desde la prevalencia de la violencia contra las mujeres en las comunidades indígenas hasta los escasos índices de participación política de las mujeres.
También ha sido un punto fuerte de unión la promoción de un principio o ley de ‘consentimiento previo informado'. Una vez que sean capaces de exigir su aprobación para todo desarrollo o actividad que afecte al territorio indígena, estarán en condiciones, por ejemplo, de reducir la violencia de género que por lo general acompaña al desarrollo militar, y recuperar el control de la comunidad sobre sus derechos a la salud y la tierra.
El Fondo para la Igualdad de Género trabaja para dotar de poder a mujeres y niñas de todo el mundo a través de subsidios y subvenciones plurianuales de alto impacto de hasta un millón de dólares, que son otorgados directamente a las organizaciones de mujeres y organismos de gobierno comprometidos con la igualdad de género.