En Viet Nam, un nuevo estudio revela que la violencia doméstica cuesta el 1,78 por ciento del PIB

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“Me quitaba cada dong que ganaba. Me decía ‘¿Cuánto ganaste hoy? Dámelo todo o te mataré a palos.’”, cuenta DTN [i], una vietnamita de 44 años, sobreviviente de violencia doméstica. “Si tenía VND 500.000 [dong vietnamita], por ejemplo, le mentía: ‘Tengo sólo VND 300.000. Te los daré todos. Tendrás que comprar arroz para nuestros hijos y no pegarles. Si les pegas, no te daré dinero’”, le decía a su marido.

Estimating the costDTN es una de las más de mil mujeres encuestadas para un estudio de costos, sin precedentes, realizado por ONU Mujeres Viet Nam y publicado en diciembre de 2012. Dicho estudio calcula el enorme precio económico, psicológico y social de la violencia de género para las sobrevivientes, sus familias y comunidades, así como del país en general.

El estudio “Estimando el costo de la violencia doméstica contra las mujeres en Viet Nam” concluye que tanto los gastos directos reales como la pérdida de ingresos representaron casi el 1,41 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Viet Nam en 2010. Además, estima que las mujeres víctimas de violencia ganan un 35 por ciento menos que las que no lo son, lo que representa una pérdida considerable en la economía nacional. Se estima entonces que la pérdida total de productividad equivale al 1,78 por ciento del PIB.

Los costos directos de incidentes de violencia a manos de un compañero íntimo incluyen el costo de la atención médica (física y mental), de un refugio, de mediación, de asesoramiento y de servicios jurídicos, de un juicio y de la devolución de propiedades. También hay costos indirectos como pérdida de ingresos debida a días no trabajados, pérdidas de trabajo reproductivo, impactos sobre la salud y el desempeño escolar de las niñas y los niños y ausencias escolares.

“Decidí divorciarme porque no podía soportar más la violencia en la casa… Tuve que faltar unos 10 días al trabajo para ir al tribunal a consultar a un abogado. Yo gano unos VND 70.000 – 100.000 por día (US$ 3-5)”, dice ATL*, de 38 años, sobreviviente de violencia doméstica. “Di al secretario del tribunal 1 millón de VND (US$ 50) y 6 millones de VND al abogado (US$ 300). Fui a ver al abogado unas 10 veces en bicitaxi, que me costó 60.000 VND (US$ 2,5) por vez. También gasté varios cientos de dong llamando al abogado por teléfono.”

El estudio encuestó a 541 mujeres rurales y a 512 mujeres urbanas acerca de sus experiencias con la violencia doméstica y con los costos asociados con ella. Se observó que el índice de violencia sufrida por las mujeres y las niñas es alto y generalizado (afectando al 63,7 por ciento de las encuestadas), a través de todos los grupos socioeconómicos, los niveles de educación y las regiones.

 

Una serie de países como Australia, Brasil, Chile, Marruecos, Nicaragua, Uganda y el Reino Unido han realizado investigaciones o estudios de costos que muestran que una enorme cantidad de recursos se gastó en dar respuesta a la violencia doméstica, lo que resulta en menos productividad, mayor ausentismo y ganancias inferiores.

Algunos de estos estudios también destacan las serias consecuencias que tiene la violencia doméstica sobre el bienestar y la salud de las víctimas, de sus hijas e hijos, amigas y amigos y familiares, y demuestran cómo la relación íntima entre las mujeres y los hombres es un asunto de dominio público con amplias consecuencias.

“El acto más salvaje fue cuando di luz a mi segunda hija. Me dijo que sólo podía dar a luz a patos (hijas). Cuando volvía del arrozal me pidió dinero para ir a beber. Le dije que no tenía suficiente dinero para que fuese a beber, y entonces me tiró del pelo y me golpeó con un martillo. Se me debilitó la columna vertebral y no me pude escapar, no podía respirar, pensé que iba a morir”, cuenta DTX, que tiene 46 años y que sigue casada.

Este estudio pone en evidencia la necesidad urgente de atender, de manera exhaustiva, la violencia doméstica. Ha sido presentado al Gobierno y a otros involucrados que actualmente promueven la adopción de una respuesta multisectorial coordinada que garantice que los casos de violencia doméstica sean mejor atendidos y, en última instancia, prevenidos.