Las sobrevivientes quemadas en actos de violencia rehacen sus vidas en Nepal

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Burns violence survivor
Gudiya fue acusada de ser bruja y su familia política la quemó cuando tenía 16 años de edad. (Foto: Laetitia Vanderstichelen)

Con un resplandor de orgullo en sus ojos, Gudiya habla con la determinación de una sobreviviente que ha pasado página en su vida. “Sentía que las mujeres nacen sólo para servir a los hombres, pero ahora sé que no tenemos que ser serviles. Podemos elegir.”

Hoy Gudiya tiene 19 años, pero cuenta que la forzaron a casarse a los 14 y que su vida estuvo marcada desde entonces por los abusos verbales y físicos de la familia de su esposo. Poco después de casarse la familia perdió un búfalo y como Gudiya no quedaba embarazada su familia política comenzó a creer que ella era de mal augurio.

El esposo de Gudiya, a quien también se le forzó a casarse, nunca la quiso. Los abusos culminaron una noche cuando la cuñada de Gudiya la acusó de ser una bruja y usó un madero en brasa para quemar gravemente a Gudiya en todo el cuerpo.

A pesar del dolor indescriptible que le causaron las quemaduras y del riesgo que corría su vida, la familia de su esposo se negó a llevarla al hospital, hasta que intervinieron los vecinos y los amenazaron con tomar medidas.

Como el hospital local no tenía las instalaciones adecuadas para tratar a los pacientes con quemaduras graves, refirieron a Gudiya a la organización Sobrevivientes a la violencia por quemaduras de Nepal (BVSN), que es socia de la organización Acid Survivors Trust International (Fundación Internacional de Supervivientes al Ácido – ASTI). Por un programa apoyado porZonta International y por el Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres, ASTI y sus socios en Nepal, Uganda y Camboya previenen y responden a esta horrible forma de violencia, garantizando así que las víctimas tengan acceso a los servicios esenciales integrados que necesitan.

ASTI y sus socios como la organización Sobrevivientes a la violencia por quemaduras de Nepal ayudan a dar cuidados médicos y psicosociales de calidad, con un equipo especializado compuesto por consejeros, un fisioterapeuta y una nutricionista que dan apoyo médico, fisiológico y nutricional a las sobrevivientes de las quemaduras. También promueven las acciones legales, la formación vocacional y las estrategias de prevención a largo plazo, que tienen como objetivo aumentar los conocimientos de los ataques con ácido y de las quemaduras como formas de violencia contra las mujeres, mediante iniciativas de concientización como los teatros comunitarios y la investigación.

En Nepal, como en muchos otros países, faltan estadísticas nacionales relacionadas con la prevalencia de la violencia contra las mujeres o de datos sistemáticos sobre la violencia con ácido o por quemaduras. Sin embargo, un estudio reciente hecho por el Departamento de Servicios de Salud de Nepal mostró que el suicidio es la principal causa de muerte de mujeres de entre 15 y 49 años de edad en el país, y que el 50 por ciento de los suicidios son consecuencia de quemaduras en actos de violencia.[1]

La violencia con ácido y por quemaduras tiene un efecto devastador sobre el cuerpo humano. Deja graves secuelas físicas, psicológicas y sociales; las víctimas a menudo quedan sin recursos legales, con un acceso limitado a la asistencia médica o psicológica, y condenadas al ostracismo social. Gudiya, por ejemplo, carecía de los medios de pagar el tratamiento: sin el apoyo de la organización Sobrevivientes a la violencia por quemaduras de Nepal, no podría haber tenido acceso al mismo y a la asesoría y asistencia jurídica que necesitaba.

Después de sobrevivir a la tortura y al dolor y alentada por la ayuda recibida de esa organización, Gudiya se prometió no volver a la familia de su esposo. Con poca educación, sin nadie que la mantuviese y necesitando protección, se quedó en un refugio de mujeres llamado Saathi, que es una de las asociadas de BVSN. Durante el tiempo que pasó en Saathi, Gudiya aprendió a leer y escribir y se inscribió en un curso vocacional soñando con poder rehacer su vida.

Aunque cada vez que se mira al espejo se recuerda del ataque, cuenta cómo la ayuda recibida de BVSN la ha hecho más fuerte, lo que le garantiza que saldrá adelante y que podrá rehacer su vida con mayor libertad. “El apoyo que recibí me ayudó a ser la mujer que soy hoy, y estoy orgullosa de mí”, dice Gudiya.

Ya han pasado tres años desde la noche del ataque y Gudiya tiene un plan claro de futuro. “Después de volver a mi aldea quiero abrir un taller de costura, así no tengo que depender de mi padre o de mi familia. Al mismo tiempo trabajaré para crear conciencia en las personas de la violencia por quemadura y de sus consecuencias. Siento que voy a tener una vida nueva totalmente diferente a mi vida pasada”, concluye.

Si desea saber más acerca de cómo el Fondo Fiduciario de la ONU y Zonta International ayudan a las mujeres sobrevivientes de la violencia con ácido y por quemaduras, pulse aquí.

Si desea ver un vídeo sobre el trabajo de la organización Sobrevivientes a la violencia con quemaduras de Nepal:https://www.youtube.com/watch?v=0pzcCOHkxDw&feature=plcp


[1] Estudio de mortalidad y morbidez materna 2008/2009 hecho por la División de salud familiar del Departamento de Servicios de Salud; Alison Marston, BVS-Nepal, Análisis de la situación, octubre de 2010.

Gudiya de #Nepal fue acusada de ser #bruja y su familia la quemó cuando tenía 16 años. Lee su historia!owl.li/hQTKR

— ONU Mujeres/Mulheres (@ONUMujeres) February 19, 2013