Desde mi perspectiva: Abby Wambach
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Si crees que te tratan injustamente, no te quedes esperando por miedo a agitar las aguas. Es más: haz que el agua se mueva.
A veces, desde dentro, es difícil ver que te están tratando peor que a otras personas. Te sientes agradecida. Piensas, qué bien, estoy aquí. ¡Hay un lugar para mí!
Después de retirarme, me paré a mirar los resultados y me di cuenta de que había marcado más goles que cualquier hombre, pero que me habían pagado mucho menos. Muchas atletas profesionales tienen que tener otro trabajo cuando se retiran. Pensé que, vaya, debería haber dicho algo más. Debería haber alzado más la voz.
El futbol se ha de jugar sobre césped natural, no artificial. Hay más riesgos de lesionarse jugando en césped artificial, hay que ser más prudente y no hay las mismas oportunidades en la superficie rápida. La FIFA no puso césped natural en los estadios durante la Copa Mundial Femenina de 2015 y merecíamos algo mejor.
La FIFA nos pagaba a las mujeres 17 o 18 veces menos de lo que habían pagado al ganador del mundial de fútbol masculino en 2014.
No sólo se trata de la brecha salarial, también existe la brecha de oportunidades, y el mero hecho de conseguir ser vistas como iguales es todo un reto. Cuando abres la sección de deportes de prácticamente cualquier periódico o sitio web, siempre ves a hombres haciendo deporte. Así que me dirijo a los medios de comunicación: ¡Escriban más historias sobre el deporte femenino, asegúrense de que las mujeres sean visibles!”.
Abby Wambach, un icono deportivo y dos veces medalla de oro olímpica y campeona del mundial femenino de la FIFA, alzó la voz contra la desigualdad salarial en el evento de alto nivel de ONU Mujeres sobre igualdad de género y el Llamado mundial a la acción sobre la igualdad salarial en el 60º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer el 16 de marzo en Nueva York. Su historia está directamente relacionada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 sobre promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, así como con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 sobre promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todas las mujeres y todos los hombres, incluida la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
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