Desde mi perspectiva: Las sesiones de aprendizaje me dieron el coraje para aspirar a la carrera de agente de policía y terminar con el comportamiento ilegal ejercido contra las mujeres

Jesmin Aktar vive en una aldea de Cox’s Bazar, Bangladesh. Asiste con regularidad a las sesiones de aprendizaje que se dictan en el Centro Multifuncional de Mujeres (CMM) "Shanti Khana", de ONU Mujeres, y está comprometida a mejorar su vida mediante la búsqueda de un trabajo desafiante y su contribución a la sociedad.

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Jesmin Aktar.  Photo: UN Women/Mahmudul Karim
Jesmin Aktar. Foto: ONU Mujeres/Mahmudul Karim

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El grupo de voluntarias y voluntarios de la comunidad nos visitaron durante la pandemia para realizar una sesión de sensibilización puerta a puerta sobre la COVID-19 y nos comentaron sobre los servicios que presta el Centro Multifuncional de Mujeres (CMM). Me aseguraron de que si empezaba a ir al CMM, aprendería sobre las cuestiones referidas a la igualdad de género y otras habilidades para la vida. Mi madre es ama de casa, y mi padre es agricultor. Tengo cinco hermanas y un hermano. Mi comunidad cree que las mujeres con demasiada educación perjudican a la sociedad. Sin embargo, quería aprender más sobre los derechos de las mujeres.

Las mujeres y las niñas de mi sociedad son marginadas. Nuestra familia nos inculca la creencia de que, como los hombres trabajan más que las mujeres, deben alimentarse más que nosotras. Como resultado, los hombres reciben más comida que las mujeres en nuestros hogares. Cuando llegué al CMM por primera vez, me di cuenta de que las mujeres se encargan de un montón de tareas en el hogar, pero que sus esfuerzos no son valorados como es debido. Esto se debe a que la mayoría de los trabajos de las mujeres no son remunerados.

Las mujeres de nuestra aldea, por lo general, no desean ir al centro de protección contra ciclones cuando se emite una alerta temprana por desastres naturales. Las personas en nuestra sociedad sostienen que las mujeres deberían permanecer en sus hogares. En la sesión del CMM, aprendimos que, ante la advertencia de la llegada de un ciclón, las mujeres también deberían dirigirse al centro de protección contra ciclones. Encontramos un entorno de paz y armonía en el CMM, donde podemos intercambiar nuestros conocimientos y aprender cosas nuevas. Transmito estos mensajes de sensibilización al resto de las niñas de mi comunidad y las invito a asistir a las sesiones del CMM.

En el CMM, miramos algunos videos explicativos y nos dimos cuenta de que las mujeres trabajan más que los hombres. Las mujeres y los hombres deberían recibir el mismo trato. También aprendimos la diferencia entre género y sexo. Nos enseñaron que las mujeres son capaces de realizar las mismas tareas que los hombres. Avanzaremos más rápido si las mujeres pueden contribuir a la familia y la sociedad. Ahora entendemos que una mujer puede ser una agente de policía, una piloto o hasta una astronauta. Ser consciente de esto me dio la confianza de seguir la carrera de agente de policía en el futuro. Quiero servir a mi comunidad como agente de policía. Quiero que en mi sociedad no exista el acoso sexual, el matrimonio infantil ni la violencia de género".



ODS 5: Igualdad de género

Jesmin Aktar es una adolescente de 15 años que está en octavo grado y participa en el CMM de ONU Mujeres. Este centro fue creado por la sede de Oxfam en Bangladesh y la organización Mukti de Cox's Bazar, con el generoso apoyo del Gobierno de Suecia. Los CMM son lugares que prestan servicios integrales a las mujeres y las niñas, como acceso a la información y educación sobre temas relacionados con la igualdad de género, la protección, el liderazgo y los medios de vida.