Desde mi perspectiva: “Enseñarles a las niñas a leer y escribir es una de las maneras más importantes en que puedo marcar una diferencia”

Rimu Sultana Rimu sabe que la educación es poder. Como una joven activista rohinyá que vive en Cox’s Bazar, uno de los campos de personas refugiadas más grandes del mundo, ella ha hecho de la alfabetización su misión.

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Rimu Sultana Rimu. Photo: UN Women/Mahmudul Karim
Rimu Sultana Rimu. Foto: ONU Mujeres/Mahmudul Karim
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Cuando miro a mi alrededor, veo que a las mujeres y a las niñas se las trata como inferiores a los hombres y no se les dan los mismos derechos y oportunidades. Es una cultura muy tradicional y hemos tolerado y nos han afectado el conflicto, la violencia y el desplazamiento. Cuando a las niñas y a las mujeres no se las trata como iguales, no puede haber una verdadera posibilidad de lograr una sociedad fuerte y pacífica.

A diario, las niñas aquí se enfrentan a muchos problemas: el matrimonio infantil, el acoso en las calles y la violencia sexual. Siento que es mi deber hacer algo para intentar hacer más fácil la vida de las mujeres y las niñas, y tratar de crear una sociedad más pacífica e igualitaria.

Cuando comencé a expresar mi opinión sobre los derechos de las mujeres, a algunos miembros de mi familia no les gustó. Dijeron que estaba faltándole el respecto a mi religión y no me estaba comportando correctamente. Otras personas en mi comunidad también pueden ser muy desalentadoras, pero disfruto del desafío de tratar de cambiar su parecer. Por suerte, creo que nací una persona resuelta, lo que me ayuda a continuar haciendo mi trabajo.

La mayoría de las mujeres y niñas en mi comunidad no saben leer ni escribir, y entonces no pueden comprender completamente sus derechos. Muchas de ellas son forzadas a dejar la escuela a una muy temprana edad. Significa que se las puede desestimar por no estar educadas y, si se están enfrentando acoso o violencia, puede ser que sientan que no pueden denunciarlo o buscar justicia. Sin educación, a las niñas les cuesta empoderarse económicamente, lo que significa que nunca estarán en control de sus propios futuros. Enseñarles a las niñas a leer y escribir es una de las maneras más importantes en la que puedo marcar una diferencia.

El año pasado, me invitaron a ir a Daca a dar un discurso frente a una sala repleta de personas encargadas de formular políticas para compartir mi experiencia de ser una joven rohinyá activista en mi comunidad. Me sentí tan feliz y orgullosa. Fue el momento más importante de mi vida.

Este año, todos los problemas a los que las niñas y mujeres rohinyá se están enfrentando en los campos se han agravado a raíz de la pandemia de COVID-19. Muchas niñas no han ido a la escuela. Ha sido difícil desplazarme para hacer mis talleres. Ha habido un aumento en el matrimonio infantil en los campos, y lancé una campaña para crear conciencia de lo perjudicial que esto puede ser para las niñas. Le digo a la gente que todas las niñas tienen el derecho a estar seguras.

En este momento me siento muy positiva y fuerte. Me encanta este trabajo y tengo grandes planes para mí. Quiero estudiar historia y escribir un libro de poesía. Quizás algún día incluso sea la Primera Ministra de Bangladesh. ¿Por qué no? No me detendré hasta que cada mujer y niña conozca sus derechos y pueda vivir de forma segura y feliz como iguales.


ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas

Rima Sultana Rimu, una activista por la paz de 18 años, es parte de la red de Mujeres Jóvenes por el Liderazgo (YWL, por sus siglas en inglés) en Cox’s Bazar, un programa de la Red Global de Mujeres Constructoras de la Paz, organizado en conjunto con la organización local de derechos de la mujeres Jago Nari Unnayan Sangsta y con el apoyo de ONU Mujeres. Da talleres sobre la participación de las mujeres y la juventud en la construcción de la paz, y educa a las jóvenes sobre sus derechos mediante la utilización del teatro y transmisiones de radio. ONU Mujeres habló con Rimu en ocasión del vigésimo aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que sigue dando forma a la agenda de mujeres, paz y seguridad a fin de incluir a las mujeres y el análisis de género en todos los aspectos de la prevención de conflictos, la paz y la reconstrucción. Las líderes en favor de la paz están ganando y ejerciendo el poder de toma de decisiones, lo que es fundamental para esta agenda