Declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Michelle Bachelet en el diálogo del ECOSOC de Directores Ejecutivos sobre la revisión cuatrienal amplia de políticas

Fecha:

Declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, en el Diálogo del ECOSOC de Directores Ejecutivos sobre la revisión cuatrienal amplia de políticas, Nueva York, 16 de julio de 2012.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Su Excelencia Sr. Desra Percaya, Representante Permanente de Indonesia,
Estados Miembros, colegas Directores de los organismos de la ONU,
Excelencias, señoras y señores:

El contexto de nuestro debate sobre la revisión cuatrienal amplia de políticas (QCPR por sus siglas en inglés) es totalmente diferente de los anteriores por varias razones: ocurre en un momento de cambios importantes y de retos dominados por la persistente crisis financiera y económica, las crisis de alimentos y de energía, y sus consecuencias en el logro de los ODM para 2015. Al mismo tiempo, estamos siendo testigos de un número cada vez mayor de países que alcanzan el estatus de países de ingresos medios. Ésta es una muy buena noticia pero tenemos que reconocer que en dichos países vive el 70 por ciento de los pobres del mundo.

Remediar la pobreza en este siglo requerirá nuevos enfoques de reducción de la pobreza y la creación de un entorno que permita a todos -mujeres y hombres, niñas y niños- gozar de los derechos fundamentales consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. Cumplir con las promesas de la Carta, de los ODM y próximamente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, requerirá de un nuevo entorno mucho más complejo por los actores que lo animan en y para el desarrollo.

Las voces de todo el mundo exigiendo mayor justicia y equidad son fuertes y claras, como lo son las voces que reclaman rendición de cuentas para los resultados.

En Río+20, hace tres semanas, acordamos iniciar un proceso para determinar la agenda de desarrollo post 2015 con los objetivos de desarrollo sostenible que se apoyan en los ODM. Uno de los mayores retos de nuestro siglo consiste en remediar las desigualdades generalizadas y crecientes. No nos dejemos engañar por una prosperidad agregada que va en aumento.

Dado el contexto que cambia rápidamente, el asunto primordial y urgente para los Estados Miembros en sus discusiones acerca de la QCPR es determinar qué cambios realizar en la manera en que trabaja la ONU de modo que esté en una mejor posición para apoyar a los países a hacer frente a esos retos y maximizar su impacto allí donde es necesario, a nivel del país y en la vida real de las personas. Esto es la esencia de las deliberaciones que tienen lugar el día de hoy.

En la encuesta sobre programas en los países, los Estados Miembros reafirmaron rotundamente que la ONU sigue teniendo relevancia en todo el espectro del desarrollo de los países de ingresos bajos y medios y de los países en transición. El 82 por ciento de los países encuestados estimaron que las actividades operacionales de la ONU están estrechamente ligadas a las necesidades y prioridades nacionales.

Los Estados Miembros han apuntado a la imparcialidad de la ONU, a su poder de convocatoria, y a que nuestras operaciones están basadas en enfoques normativos y de derechos humanos como sus mayores virtudes. En el mundo actual caracterizado por la creciente desigualdad, estas virtudes parecen ser lo que requieren las circunstancias. “Lo que recetó el médico, como se dice comúnmente.

En momentos en que el concepto de multilateralismo está siendo cuestionado y transformado, este apoyo de los Estados Miembros nos alienta pero constituye también un desafío, ya que pone la responsabilidad una vez más sobre el Sistema de la ONU de obtener resultados y de mostrar cómo puede aumentar esas virtudes para mejorar su eficacia en materia de desarrollo en general, a medida que nos acercamos a la fecha límite de los ODM y que comenzamos las discusiones sobre el periodo posterior. Para ello, es fundamental mejorar la coherencia y la coordinación de todo el Sistema. Los diferentes instrumentos para esto incluyen el sistema de Coordinadores Residentes, el Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDAF) y los servicios y prácticas corporativas comunes. Claramente, todos estos ámbitos necesitan mejorar.

He notado los consistentes refranes en la encuesta: “unidos en la acción; “evitar la duplicación; “ajustarse a los objetivos y prioridades nacionales; “ser más transparentes en lo relativo a los procedimientos; “sincronizar los recursos con los planes fiscales nacionales; “emplear enfoques ascendentes en vez de descendentes y “tomar el contexto del país como punto de partida para brindar apoyo a las principales prioridades estratégicas, en vez de tratar de dar apoyo a todas las iniciativas globales de la ONU. “Centrarse en áreas donde la ONU tiene una clara ventaja comparativa; “hacer un mejor uso de los métodos basados en los resultados; y “mejorar el diseño de programas y proyectos.

Excelencias, su mensaje se deja oír bien claro.

Un área donde la ONU ha progresado más desde la última QCPR es en la creación de modelos exitosos que muestran que puede haber una mejor coherencia y funcionamiento del Sistema de la ONU.

En primer lugar, hablemos de la iniciativa Unidos en la Acción. Ya tenemos el informe de la Evaluación Independiente de Unidos en la Acción que destaca que este método de trabajo refuerza y fortalece el liderazgo y la autoría nacional. Hoy, unos 32 países han adoptado voluntariamente el modelo. Si bien no hay una solución única para todos, la iniciativa Unidos en la Acción es una reforma capaz de lograr una mayor coherencia, eficiencia y eficacia en las actividades operacionales de la ONU.

Debo mencionar aquí la creación de ONU Mujeres. Los Estados Miembros crearon ONU Mujeres para lograr un mayor progreso y coherencia en todo el Sistema en materia de empoderamiento de las mujeres y de igualdad de género. Nuestro mandato es el de centrarnos en los aspectos tanto normativos como operacionales. Es evidente que para tratar asuntos complejos y problemas emergentes, los Estados Miembros necesitan tener un mejor acceso a toda la gama de recursos y mandatos de todo el Sistema de la ONU, incluyendo aquéllos de los organismos no residentes de la ONU.

En ONU Mujeres hemos visto una mayor participación de los diversos organismos a través de la iniciativa Unidos en la Acción y de los Equipos de la ONU en los países en lo relativo a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Hemos visto estrategias nuevas e innovadoras y un mayor liderazgo de los socios nacionales, incluso de las estructuras nacionales de mujeres. En otras palabras, hemos sido testigos de un renovado compromiso y trabajo del Sistema de la ONU en lo relacionado con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, y veremos aún mayores progresos cuando se inicie el Plan de Acción de todo el Sistema que fuera aprobado en abril.

Por primera vez la ONU tiene medidas comunes con las que medir los progresos en su trabajo relacionado con los asuntos de género, que incluyen la incorporación de una perspectiva de género en todas sus operaciones. En 2012, los diferentes organismos de la ONU seguirán ajustando sus indicadores de desempeño en materia de igualdad de género junto con sus políticas y procesos de trabajo.

Otra cuestión es saber cómo podemos ser más efectivos en lo relativo a la vinculación de políticas al nivel de los países. Las evaluaciones nos dicen que los programas piloto de Unidos en la Acción tuvieron un éxito considerable en hacer avanzar los temas comunes a varios sectores y una mejor integración del trabajo normativo y operacional. Tenemos que estudiar esto mejor y aprender de ello. Reuniendo a especialistas de políticas de los programas con los grupos operacionales, los Equipos de la ONU en los países pudieron ofrecer consejos de políticas más integrados y desarrollar posiciones comunes de políticas para una promoción de políticas públicas más eficaces.

Permítanme decir algunas palabras acerca del Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDAF) en cuanto que herramienta. Si bien los países donde se ejecutan programas han indicado que los UNDAF les han ayudado a garantizar un mejor alineamiento con los planes y estrategias nacionales y un mejor diálogo con los organismos de la ONU en el país, queda claro que los UNDAF todavía no son las herramientas estratégicas que deberían ser. Los procesos del UNDAF tienen que ser examinados y, en algunos casos, racionalizados y simplificados para responder mejor a las realidades cambiantes sobre el terreno. Tenemos que tratar de ir más allá de los UNDAF hacia los Planes de Acción del UNDAF (UNDAP), los programas únicos y los marcos presupuestarios y de financiamiento únicos.

También tenemos que estudiar los procesos simplificados de revisión y aprobación de los documentos comunes de los programas de país. Investiguemos si los UNDAF y los Planes de Acción del UNDAF pueden ser aprobados en los países. ¿Podemos igualmente tener documentos comunes de los programas dentro de los países que reemplacen los documentos de programas individuales de los organismos, que sean aprobados en los países y quizá aprobados por todas las Juntas Ejecutivas? ¿O podría la Reunión Conjunta de las Juntas desempeñar esa tarea?

Finalmente, pero no por ello menos importante, queda claro que el sistema de Coordinadores Residentes es un motor esencial de la coherencia de todo el Sistema de la ONU. Los países donde se ejecutan programas han indicado la importancia que le atribuyen. Sin embargo, como indican los estudios y las encuestas, todavía existen algunas dificultades. Así como este siglo nos presenta desafíos nuevos y complejos, tenemos que examinar los diferentes modelos del sistema de Coordinadores Residentes. Tenemos que contar con un sistema que pueda responder a las necesidades de coordinación que sean necesarias en el contexto del país. Las decisiones acordadas por el Marco de Gestión y de Rendición de Cuentas tienen que ser ejecutadas por todos. Eso requiere, a su vez, que el Coordinador Residente y los Equipos de las Naciones Unidas en los países tengan las capacidades y el financiamiento adecuados con el fin de poder hacer lo necesario para llevar a cabo un trabajo en común y coordinado.

También finalmente, pero tampoco por ello menos importante, tenemos que examinar la eficiencia. En términos de eficiencia, hemos aprendido mucho. Debemos ajustar y armonizar las prácticas corporativas de nuestros organismos respectivos; tenemos que ir hacia operaciones corporativas conjuntas y acelerar la implementación de todos los acuerdos existentes en este sentido; debemos delegar más autoridad a las oficinas de país; y debemos avanzar hacia la simplificación de informes a nivel de los países que capten el trabajo de todo el Sistema de la ONU.

Cada organismo debe tener un sentimiento de responsabilidad colectiva en lo relativo a resultados de todo el Sistema y debe tener sistemas internos de recompensas e incentivos para ello. Como repito insistentemente a mi equipo en ONU Mujeres: la verdadera medida del éxito de ONU Mujeres dependerá del éxito que tenga todo el Equipo de la ONU en el país, ya que eso querrá decir que el país sentirá que la ONU está arrojando resultados.

Éstas son algunas de las direcciones del cambio que hay que tomar en consideración a la hora de definir las prioridades operacionales de la ONU para el próximo ciclo de revisión cuatrienal amplia de políticas. Debemos seguir las buenas prácticas y enfoques de coherencia que ya han innovado muchos Equipos de la ONU en los países.

Si queremos ser relevantes y estar en posibilidad de hacer frente a los complejos desafíos a los que nos enfrentamos, y que sin duda vendrán, el status quo no es una opción. Debemos avanzar si queremos lograr nuestra verdadera misión: tener un impacto real en los hombres y las mujeres, en las niñas y los niños, en su búsqueda de una vida mejor.