Espacios más seguros y mejores mercados en las islas del Pacífico

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El mercado principal de Honiara en las Islas Salomón era sucio, abarrotado y conocido por los rateros y el acoso, en especial de las mujeres que conforman la mayoría de los vendedores. Para muchos, hacer que el mercado fuese “favorable a las mujeres era una causa perdida.

Sin embargo, pese a sus críticos y detractores, una mujer líder -la Sra. Martha Horawipu- fue nombrada, por primera vez, gerente del mercado por recomendación de ONU Mujeres. Organizando a los comerciantes, que en su gran mayoría son mujeres, y ayudándolas a identificar sus problemas y necesidades, la Sra. Horawipu ha logrado ofrecer a los usuarios un lugar de trabajo más seguro, saludable y unido.

En los países más grandes cuya economía está basada en la agricultura, a saber Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón, Vanuatu y Fiji, las vendedoras del mercado son las que, desde hace mucho, mantienen a sus familias a flote. Vender alimentos frescos es a menudo el único modo de ganar dinero en efectivo y los vendedores, entre los cuales 80 a 90 por ciento son mujeres, alimentan una industria que tiene un gran flujo financiero.

Pese a lo anterior, esas mujeres luchan contra la invisibilidad y los riesgos personales en el trabajo. Los vendedores del mercado trabajan un promedio de 10 horas por día, y los que vienen de las áreas rurales pueden pasar dos o tres días en el mercado, durmiendo al aire libre y exponiéndose al acoso, la extorsión, la violencia sexual y las enfermedades.

Trabajan sin los servicios básicos como retretes, un techo, agua o lugar donde cocinar, a pesar de pagar un impuesto diario. Muchas de las vendedoras mantienen esta rutina de trabajo fatigante incluso frente a disturbios sociales y desastres naturales, y aunque estén embarazadas o amamantando. Hasta ahora, han tenido poco qué decir sobre cómo se administran estos mercados.

ONU Mujeres, en colaboración con los gobiernos y las organizaciones de vendedores de los mercados en los países del Pacífico, está trabajando para que los mercados sean espacios más seguros y mejor adaptados a las mujeres vendedoras. A través del proyecto Alianza para Mejorar los Mercados, ONU Mujeres ha estudiado, analizado y documentado la situación a la que están expuestas las vendedoras del mercado y ha recomendado cambios en el reglamento interno y en los presupuestos. A través de una asociación con los vendedores para ese fin, ha mejorado sus capacidades de promoción, empresariales y de liderazgo.

Vendedora de la Municipalidad de Ba en Fiji. (Foto: ONU Mujeres)

“Las vendedoras mantienen a sus comunidades, a sus gobiernos y a sus familias, y ellas tienen a su vez que ser apoyadas, dijo Elizabeth Cox, principal Asesora Técnica de la oficina subregional de ONU Mujeres en el Pacífico. “Los mercados son un espacio social y cultural especial; alimentan a las ciudades, aprovisionan a los restaurantes locales y, mediante los impuestos, son fuentes importantes de ingresos para los gobiernos locales.

En Honiara, por ejemplo, ONU Mujeres ayuda a la Sra. Horawipu, a sus colegas municipales y a varios miles de vendedoras a hacer cambios sensibles a los asuntos de género en la gestión de los principales mercados de la capital. Al demostrar el liderazgo y acción eficaces de las mujeres, se cambiará las creencias tradicionales acerca de la participación de las mujeres a medida que se desarrolla la ciudad.

Las autoridades de la provincia de Shefa, Vanuatu, también son pioneras en este ámbito desde que se comprometieron con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Parte del presupuesto provincial se ha destinado a desarrollar modelos de mercados que promuevan a las mujeres a los puestos de liderazgo y de gestión.

Gracias al apoyo de ONU Mujeres, estos modelos permiten a las vendedoras impulsar la diversificación de sus productos, clientes, lugares de establecimiento de los mercados y sus estructuras de gestión. Otras provincias han expresado interés en usar este modelo en sus mercados, y planean hacerlo gradualmente durante los próximos tres años.

Entre tanto, en Fiji, donde muchos mercados fueron devastados por las recientes inundaciones, ocho municipalidades están trabajando con mujeres vendedoras líderes, bajo la dirección de ONU Mujeres y del PNUD.

Viviendas recién construidas para los vendedores de los mercados rurales. La Municipalidad de la ciudad de Ba es la única autoridad cívica que da albergue nocturno a los vendedores rurales del mercado, quienes por lo general acampan alrededor de los mercados durante días. (Foto: ONU Mujeres)

Una ciudad, Ba, ha sido la primera en construir un mercado adaptado a las mujeres con cocinas, baños, duchas y lugares baratos donde las vendedoras y sus hijos pueden dormir. Un centro de aprendizaje y artesanías ayuda a formar a las vendedoras, a diversificar sus capacidades y a aumentar sus ingresos, junto con un programa de Dinero por Trabajo sensible al género.

Se está planeando otros proyectos de este tipo en toda la isla. Al proteger la dignidad, seguridad y bienestar que se ha negado hasta ahora a las vendedoras del mercado, estas iniciativas representan un punto de partida enriquecedora y un reconocimiento de que la salud y la seguridad de las mujeres en el trabajo son de la incumbencia de todos.