Las mujeres y la igualdad de género en el programa para aumentar la eficacia de la ayuda

Fecha:

Alocución de Michelle Bachelet Directora Ejecutiva de ONU Mujeres al cuarto foro de alto nivel sobre la eficacia de la ayuda sesión especial sobre el género 30 Noviembre de 2011. Busan, República de Corea.

Excelencias, distinguidos delegados, colegas de la ONU y amigos:

Es un gran placer para mí estar aquí con ustedes en este Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda. Agradezco a la República de Corea por acogernos y darnos su gentil hospitalidad, y agradezco a la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, por su alocución de apertura.

En nombre de ONU Mujeres, me complazco en presidir esta Sesión Especial sobre Género. Agradezco especialmente a nuestros colaboradores, el Banco Mundial y GENDERNET de la OCDE, y a los coanfitriones, los Estados Unidos y la República de Corea. Esta sesión es el resultado de un esfuerzo conjunto por dar prioridad a las mujeres y a la igualdad de género en la agenda de la eficacia de la ayuda.

En estos momentos, todos los países del mundo están pasando por dificultades económicas y sociales, y hay un énfasis cada vez mayor en la desigualdad. Nos encontramos en un mundo donde la mayoría de los pobres ya no viven en los países pobres. Unos 960 millones de personas pobres, o el 72 por ciento de los pobres del mundo, viven ahora en países de ingresos medios. Hace dos décadas el 93 por ciento de los pobres del mundo vivían en países de bajos ingresos. La mayoría de los pobres del mundo son mujeres, lo que da relieve al reto de atender la desigualdad, tanto entre mujeres y hombres como entre y dentro de los países.

En todo el mundo nos encontramos con más reclamos de igualdad y de justicia. En respuesta a ello, como es el caso en esta conferencia, oímos llamados por una mayor transparencia, inclusión, responsabilidad y colaboración. En estos momentos de transición, tenemos la oportunidad de institucionalizar estos principios para alentar un cambio que sea democrático. Creo que la igualdad de género es central en esta transición: es una transición de la eficacia de la ayuda a un desarrollo social y económico que no sea sólo eficaz, sino también justo y sostenible.

El año pasado se creó ONU Mujeres sobre la creencia de que el hacer avanzar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y de las niñas generará un mayor progreso en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en otros objetivos y metas, para beneficio de todos.

Hoy tenemos claras pruebas — del Banco Mundial, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, del Fondo Económico Mundial y de grupos generadores de ideas del sector privado — que demuestran que la discriminación entre los géneros y la desigualdad no sólo violan los derechos humanos sino que son económicamente ineficaces.

Como lo estipula el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2012 del Banco Mundial, la igualdad de género es una medida económica inteligente. Si se adoptan las medidas indicadas para luchar contra la discriminación de género, los países pueden liberar el potencial de las mujeres y hacer mayores progresos sociales y económicos. Es necesario tomar medidas porque las mujeres siguen siendo relegadas. Las estadísticas nos muestran lo lejos que estamos de la igualdad entre los géneros.

De los 1.300 millones de pobres que se estima hay en el mundo, más del 60 por ciento son mujeres. Las mujeres trabajan los dos tercios de las horas laborales del mundo y producen la mitad de los alimentos mundiales y, sin embargo, sólo ganan el 10 por ciento de los ingresos mundiales y son propietarias de menos del uno por ciento de las propiedades del mundo. Además, demasiadas mujeres son víctimas de violencia física o sexual, lo que hace descarrilar a la igualdad.

Por lo tanto, es claro que podemos y debemos mejorar. Si queremos que la ayuda y el desarrollo sean eficaces, la igualdad de género tiene que ser tratada de manera eficaz. Debemos además mirar con ojos críticos la asignación de recursos que se da al empoderamiento de las mujeres y a los asuntos de género. Sobre esto, las cifras son claras.

De manera general, las políticas y los objetivos en materia de igualdad de género no disponen de los recursos adecuados. Se habla mucho y ahora hay una necesidad urgente de pasar a la acción, de pasar de las líneas de un discurso a los rubros presupuestarios y de equiparar las políticas en materia de igualdad de género con los recursos que son necesarios.

En la actualidad, los límites impuestos a la plena participación de las mujeres en la economía enlentecen el crecimiento. Sólo en esta región, los límites sobre la participación de las mujeres en la mano de obra cuestan a la economía de la región de Asia y el Pacífico alrededor de 89 mil millones de dólares por año.

En un mundo que todavía lucha por salir de la inestabilidad económica, ¿cuánto más podemos esperar para dar rienda suelta al potencial de las mujeres y las niñas? ONU Mujeres se complace en ver que varios gobiernos han creado un Plan de Acción sobre Igualdad de Género que aúna los compromisos alcanzados y respalda un proceso para examinar nuestras acciones y progresos. Aquí en Busan tenemos la oportunidad de tomar medidas basadas en los hechos, y querría sugerir tres maneras concretas y prácticas de avanzar.

En primer lugar, tenemos que asegurarnos que las políticas y los programas estén basados en los derechos humanos con un énfasis en la igualdad de género. Tenemos que pasar de la incorporación del género como un tema general o dar prioridad al empoderamiento de las mujeres y a la igualdad de género.

En segundo lugar, tenemos que hacer el proceso de desarrollo más inclusivo y centrado en la colaboración, garantizando la participación plena y equitativa de las mujeres.

En tercer lugar, tenemos que hacer avanzar la transparencia y la responsabilidad mutua para la eficacia del desarrollo usando indicadores acordados para la igualdad de género. Esto promoverá programas y presupuestos sensibles al género y requerirá pruebas y cifras más sólidas para alcanzar la igualdad de género.

ONU Mujeres se enorgullece de su nuevo y prometedor programa EDGE con la División de Estadísticas de la ONU, en materia de Pruebas y Cifras para la Igualdad de Género (Evidence and Data for Gender Equality — EDGE). Este programa responde a la creciente demanda, por parte de los países de todas las regiones, de apoyo para mejorar la disponibilidad y el uso de las estadísticas en materia de género.

Para terminar quiero decirles que espero ansiosamente las conversaciones de hoy para identificar qué cosas funcionan y qué hay que hacer aún para que los compromisos que se hagan aquí en Busan lleven a acciones decididas a favor del empoderamiento de las mujeres y de la igualdad de género.