Mujeres líderes en economía y en política

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Mensaje por vídeo de Michelle Bachelet para la Cumbre mundial de mujeres líderes en el ámbito económico y político. San Petersburgo, 17 de noviembre de 2011.

[Cotejar con el texto pronunciado]

Amigos,

En primer lugar quiero felicitar a los organizadores de esta Cumbre Mundial de Mujeres Líderes. Al hacer avanzar el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, podemos aumentar el éxito empresarial, afianzar la democracia y mejorar el bienestar de toda la sociedad. Esto es importante para Rusia y para toda esta región, como lo es para todos los países y regiones del mundo.

Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos en esta segunda década del siglo XXI es el de establecer sociedades más justas e inclusivas, por lo que tenemos que hacer crecer nuestras economías y garantizar la prosperidad de todas las naciones y de todas las personas. Hay pocas cosas seguras, pero podemos estar seguros de que excluir al 50 por ciento de la población del mundo — o sea a las mujeres y a las niñas — nos privará de su contribución.

Hemos avanzado mucho en lo relativo a la participación de las mujeres en el ámbito económico y político de nuestros países, pero tenemos aún mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad. Sin embargo, hay un gran impulso en este sentido. No hay más que ver la creación de ONU Mujeres este año. Algunos incluso dirán: ¡ya era hora!

Tenemos actualmente indicios claros, del Banco Mundial, del Foro Económico Mundial y de los grupos de ideas del sector privado, que la discriminación de género y la desigualdad son económicamente ineficaces. Como lo indica el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2012 del Banco Mundial, la igualdad de género es una medida económica inteligente. La empresa de consultores McKinsey también declaró este año que las compañías que tienen más mujeres en sus puestos superiores son más rentables y eficaces. En un mundo que está luchando por salir de la inestabilidad económica, ¿cuánto más podemos esperar para sacar provecho del valioso capital humano que tenemos de las mujeres?

En el pasado, la carencia de información certera era parte del problema para hacer que los líderes políticos atendiesen el abismo que hay entre las oportunidades de los hombres y de las mujeres. Ahora las cifras nos muestran la verdad, pero se necesita aún más. Sabemos, por ejemplo, que por cada punto porcentual de aumento en los ingresos de una familia generado por una mujer, las economías de la familia aumentan en alrededor 15 puntos. ¿Qué hace falta entonces para que aprovechemos el vasto potencial que representa el 50 por ciento de la población del mundo?

Permítaseme hacer un par de reflexiones sobre este tema, y por cierto espero ansiosa recibir las deliberaciones de esta importante reunión.

Debemos apoyar el aumento de mujeres líderes tanto en el sector público como en el privado. Sus puntos de vista no sólo agregan valor, sino que son necesarios para garantizar el establecimiento de políticas y programas que no sean únicamente “para mostrar. Necesitamos políticas y programas que creen oportunidades para que las mujeres entren en todas las esferas de la economía a todos los niveles. Desde ya puedo tener la certeza y afirmar que el aumento de la participación de las mujeres en la economía y el potenciamiento de su eficiencia y productividad producirán un impacto dramático en materia de competitividad y crecimiento de nuestras economías.

En una reciente reunión del APEC se declaró que “Si liberamos el potencial de las mujeres por medio de una reducción de la brecha de género obtendremos un aumento del 14 por ciento en los ingresos per cápita para 2020 en varias economías del APEC incluyendo China, Rusia, Indonesia, Filipinas, Viet Nam y Corea.

La incorporación de las mujeres de un modo más eficaz en la manera en que las empresas invierten, venden y contratan también rinde beneficios en términos de rentabilidad y de gobernanza corporativa. En una encuesta llevada a cabo por la empresa McKinsey, un tercio de los ejecutivos dijeron haber tenido mayores ganancias como resultado de inversiones en el empoderamiento de las mujeres en los mercados emergentes. Los estudios también demuestran que hay una estrecha relación entre una mayor diversidad de género en las esferas directivas empresariales y el rendimiento de las organizaciones.

Debemos examinar y reformar nuestros sistemas jurídicos y regulatorios de modo que las mujeres puedan acceder a toda la gama de servicios financieros. Estas reformas también pueden ayudar a garantizar que las mujeres no se vean forzadas a comprometer el bienestar de sus hijos para hacer carrera. Debemos igualmente mejorar el acceso de las mujeres a los mercados de modo que aquéllas que quieran establecer sus propios negocios puedan mantenerlos en funcionamiento. Recientemente pude comprobar cómo los programas como los que ofrecen las Cámaras de Comercio pueden ayudar a las mujeres a crear, mantener y expandir sus empresas.

El siglo XXI tendrá que ser la era de la inclusión y de la participación. Sin embargo, no subestimo la dificultad de conseguirlo. Son cambios que requieren voluntad política. También será necesario hacer cambios culturales y de comportamiento, lo que requiere voluntad social. Todo ello requiere liderazgo, de parte de los gobiernos, de la sociedad civil y del sector privado, por lo que tenemos que ser persistentes y exhaustivos en nuestro enfoque. La persistencia es por cierto algo de que sabemos mucho las mujeres…

Ahora es el momento de pasar de la retórica a la acción concreta, así que, como digo siempre: hacer avanzar la igualdad de género e incluir al 50 por cierto de la población no sólo es lo correcto, sino que es el camino inteligente a seguir, y no hay mejor momento de hacerlo que ahora.

ONU Mujeres ha establecido prioridades estratégicas esenciales para aumentar la participación y el liderazgo de las mujeres y para hacer avanzar la autonomía económica de las mujeres. Trabajamos en todo el mundo, y no olvidemos que también tenemos que erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, priorizar la igualdad de género en los planes y presupuestos nacionales, y asegurarnos que las mujeres tengan un rol fundamental en las conversaciones de paz, la consolidación de la paz, la reconstrucción y la recuperación.

Contamos con socios como ustedes en todo el mundo para que nos ayuden a alcanzar estas metas.

Muchas gracias y les deseo mucho éxito en esta reunión.