Aceleración de la igualdad de género en el mundo: un desafío para ONU Mujeres

Fecha:

Discurso de la Directora Adjunta de ONU Mujeres y Subsecretaria General, Lakshmi Puri, durante la Reunión de los Comités Nacionales de ONU Mujeres en Sídney, Australia, 5 de septiembre de 2011.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Buenos días. Reconozco a los dueños tradicionales de la tierra en la que nos estamos reuniendo y presento mis respetos a sus mayores pasados y presentes.

Representantes de los Comités Nacionales, Miembros del Parlamento, señoras y señores: es un gran placer para mí estar hoy aquí entre líderes tan distinguidos y defensores de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres de todo el mundo. Muchos de ustedes han tenido un papel en la creación de ONU Mujeres, junto a los defensores de los derechos de las mujeres dentro y fuera de los gobiernos que alentaron la creación de esta nueva entidad durante más de cuatro años.

Quiero agradecer al Comité Nacional Australiano en nombre de ONU Mujeres por organizar este evento y patrocinar la reunión anual de los Comités Nacionales de este año. También quiero destacar la participación de la Ministra Ellis en este evento en el día de hoy.

Los Comités Nacionales de ONU Mujeres son organizaciones no gubernamentales independientes que apoyan la misión de ONU Mujeres a través de sus programas de asociación, educación pública sobre ONU Mujeres y sobre temas mundiales relativos a las mujeres, y de recaudación de fondos para apoyar los programas de ONU Mujeres en todo el mundo. En la actualidad, ONU Mujeres tiene comités nacionales en 18 países, y estamos profundamente agradecidos por su compromiso y apoyo infatigables.

Es mi primera visita a Australia y me complazco que sea en un momento tan crucial para ONU Mujeres. Australia es un defensor acérrimo de ONU Mujeres y ha dado muestras de gran liderazgo en la atención de áreas fundamentales de nuestro trabajo a favor de la promoción de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres, para que las mujeres y las niñas tengan libertad, oportunidades y una vida digna, que es el derecho de todos.

El marco de asociación entre ONU Mujeres y el Gobierno de Australia ofrece principios guía compartidos para una colaboración y cooperación prácticas en el futuro. Espero ansiosamente trabajar con su Gobierno para fortalecer los esfuerzos en pro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, que es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y que es fundamental para lograr todos los demás ODM.

El apoyo del Gobierno de Australia se suma al compromiso de los integrantes del Comité Nacional Australiano y de la Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, Nicole Kidman, con la campaña del Secretario General de la ONU Di NO - Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres.

ONU Mujeres reúne la experiencia y la herencia de cuatro organizaciones que existían en la ONU y, sin embargo, es más que la suma de sus partes. Los Estados Miembros de la ONU quieren que sea una multiplicadora de fuerzas y un motor para lograr las muchas tareas que nos esperan para hacer avanzar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. El Secretario General ha declarado igualmente que el hacer avanzar el sistema de la ONU para que apoye decididamente la igualdad de género y el marcar una diferencia en este sentido será una de las prioridades de su segundo mandato.

El nombramiento de la Sra. Michelle Bachelet, muy admirada en tanto que líder nacional e internacional y defensora decidida de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres, al puesto de primera Directora Ejecutiva, reforzó ese reconocimiento, enviando el mensaje de que el logro de la igualdad de género está entre los imperativos mundiales más urgentes, al mismo nivel que la erradicación de la pobreza y el hambre, y la garantía de un futuro pacífico y sostenible.

La creación de ONU Mujeres representa el respaldo a ese imperativo por parte de los Estados Miembros y un nuevo mandato institucional y una nueva oportunidad de coordinar el trabajo de igualdad de género en todo el sistema de la ONU. Ello requerirá que creemos una nueva estructura y nuevas capacidades de organización. Para ello, ONU Mujeres se apoya casi enteramente en contribuciones voluntarias de los Estados Miembros, que le permiten cumplir con las esperanzas y expectativas de la mitad de la población mundial.

Nuestra misión es global, y nuestra presencia programática en los países dependerá de la necesidad y del requerimiento de los gobiernos. Nuestra visión principal es que todos los países del mundo hoy, sea cual fuere su nivel de desarrollo, tienen que tener acceso a los conocimientos técnicos y al apoyo necesarios para hacer avanzar la igualdad de género, de acuerdo a sus prioridades nacionales.

Las dificultades a las que se enfrentan las mujeres son considerables. Hay una feminización de la pobreza en los países en desarrollo de todas las regiones, dado que son las mujeres que soportan una carga desproporcionada de pobreza, hambre, analfabetismo y falta de acceso a los servicios esenciales incluyendo la vivienda, el agua, el saneamiento, la salud y la energía.

Aunque la contribución de las mujeres al crecimiento económico y al desarrollo de los países - tanto desarrollados como en desarrollo - es substancial, la mayoría de las mujeres tienen empleos vulnerables y las brechas de género en la remuneración son todavía importantes. En todas las regiones y sectores, las mujeres reciben una paga entre 10 y 30 por ciento inferior a la de los hombres. Ellas constituyen las dos terceras partes de los analfabetos del mundo y siguen siendo discriminadas en el acceso a la educación. A la discriminación por causa del género se suman las discapacidades, la raza y el origen étnico.

En muchos países, incluyendo a muchas democracias, las voces, participación y liderazgo de las mujeres en todas las áreas se ven reprimidas por los tabús y prejuicios sociales, culturales y religiosos. Hasta ahora, sólo 28 países han logrado o sobrepasado el 30 por ciento de masa crítica de representación de las mujeres en el parlamento y en otros foros políticos y de gobierno.

Además, las mujeres sufren aún más a causa de los desastres naturales, del cambio climático, del estrés medioambiental, de las crisis alimentaria, de combustible, de salud y económica, ya que llevan la carga de prestar cuidados, por ejemplo en el caso del VIH/SIDA. La situación en Somalia es también una crisis de las mujeres, ya que la mayoría de los refugiados son mujeres que tienen la responsabilidad de cuidar a sus hijos y de cuidarse a sí mismas.

En lo relativo a los países desarrollados donde se han hecho muchos progresos, la prosperidad económica no ha garantizado que se cumpla plenamente la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y de las niñas. La violencia contra las mujeres es una pandemia que durante mucho tiempo ha quedado relegada sin que importase el sufrimiento y la desesperación de millones de mujeres y de niñas.

La violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos, y se traduce además en costos muy altos de salud, productividad, educación y esfuerzos por reducir la pobreza y alcanzar todos los objetivos de desarrollo. En muchos países se manifiesta en creencias y prácticas dañinas a las que se somete a las mujeres, que van del infanticidio a la selección del sexo, la mutilación genital femenina, los casamientos tempranos y la violencia doméstica. El Gobierno de Australia ha sido uno de los pocos en estudiar este tema en detalle. Su investigación mostró que la violencia contra las mujeres y sus hijos costará a la economía australiana aproximadamente 13,6 mil millones de dólares australianos por año.

Esta cifra es superior al plan por 10,4 mil millones de dólares que tiene el Gobierno australiano para estimular la economía ante la crisis financiera mundial, y más de los 5,9 mil millones de dólares de la Revolución Educacional del Gobierno. Básicamente, los costos por no atender este tema son mucho mayores que los esfuerzos concertados para poner fin a la violencia contra las mujeres.

En más de 30 países en conflicto o que están saliendo de un conflicto, las mujeres y las niñas se vuelven el objetivo de los grupos en contienda. Desde Nepal a Afganistán o Sudán, los conflictos dañan a las mujeres de varias maneras: violaciones en masa y desplazamientos masivos. Las mujeres están al frente en la guerra pero luego son las mujeres las que vuelven a reunir a las familias y a las comunidades. Al mismo tiempo, se les niega una función en el establecimiento y consolidación de la paz, además de no tener acceso a la justicia de retribución o de reparación.

El primer informe insignia de ONU Mujeres - El Progreso de las Mujeres en el Mundo: en busca de la justicia - se centra en el acceso de las mujeres a la justica, producto del reconocimiento de que las leyes y los sistemas de justicia que funcionan bien son la base de la igualdad de género. Las leyes pueden cambiar a la sociedad y los sistemas de justicia pueden ofrecer el medio para que las mujeres exijan que se les rinda cuentas poniendo punto final a la violencia en sus relaciones, exigiendo los derechos de ciudadana, de casarse y divorciarse sobre las mismas bases que los hombres, o tener derecho a la tierra, la herencia o el pago de lo que se les debe.

ONU Mujeres no puede trabajar en todas las áreas y en todos los problemas ya que son muy complejos, requieren muchos recursos, tiempo, sensibilidad y experiencia técnica y substantiva en varios frentes. Para atender los desafíos y apoyar a las mujeres en la realización de su potencia, que es exponencial, ONU Mujeres identificó, en su primer Plan Estratégico, seis áreas prioritarias para sus programas, y metas concretas para guiar y medir los impactos sobre el terreno. Ellas son: aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres, dar autonomía económica a las mujeres, poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, integrar a las mujeres plenamente en todas las partes de la agenda de paz y de seguridad, e incorporar a las mujeres y las prioridades de la igualdad de género en la planificación y en los presupuestos nacionales de desarrollo. La sexta área de interés es la de fortalecer y actualizar las normas, políticas y estándares internacionales en materia de igualdad de género y de empoderamiento de las mujeres.

Permítanme presentarles cada una de estas áreas de programas.

En primer lugar, en lo relativo al liderazgo y a la participación de las mujeres, ONU Mujeres está trabajando con los socios de la ONU para ayudar a los países a aumentar la cantidad de mujeres en las legislaturas nacionales, los consejos locales y los partidos políticos, y para apoyar a las administraciones públicas para poner a las mujeres al frente de los servicios públicos. Los diferentes países pueden establecer diferentes metas con respecto a este objetivo, y la responsabilidad de ONU Mujeres es ayudarlos a lograr dichas metas.

A título de ejemplo, en Timor-Leste, donde la participación política de las mujeres es del 28%, seguiremos apoyando la educación de las votantes y de las mujeres elegidas a puestos oficiales para garantizar que tengan el mismo acceso a la información y que participen activamente en las próximas elecciones presidenciales y legislativas.

La primavera árabe y la considerable ola de cambios a la que se enfrenta también hablan de la necesidad de fortalecer a los grupos de mujeres para que participen en los diálogos y en los procesos políticos. De otro modo, perderán ante grupos mejor organizados que quizá no tengan a la igualdad de género entre sus prioridades.

Gracias a fondos otorgados por Australia, ONU Mujeres está implementando el programa “Adelanto de la igualdad de género en la gobernanza política en el Pacífico, que atañe a seis países del Pacífico y que se espera sea expandido a 15 países. Veremos a más mujeres presentándose a las elecciones, un mayor liderazgo y participación de las mujeres en los distintos sectores del gobierno, así como estructuras, operaciones y procedimientos de gobernanza sensibles a los asuntos de género.

Para complementar estas actividades tenemos el trabajo del Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres, que es un fondo de varios donantes que proporciona subsidios de hasta US$ 5 millones a los grupos de mujeres para hacer avanzar el empoderamiento político y económico de las mujeres. En su ciclo inaugural de subsidios 2009-2010 el fondo otorgó $37,5 millones a 40 programas en 35 países.

Como ejemplos de las iniciativas del Fondo para la Igualdad de Género, las mujeres de siete naciones del Pacífico están estableciendo e implementando planes de acción en materia de empoderamiento político y económico de las mujeres, de acuerdo con sus Planes Nacionales de Desarrollo respectivos. Las consultas dieron lugar a debates sobre los derechos políticos de las mujeres y a recomendaciones para cambiar las leyes electorales, incluyendo la adopción de sistemas de cuotas. Un beneficiario de Sri Lanka se ha centrado en aumentar los nombramientos de mujeres de los partidos políticos de un 2 a un 20 por ciento en las elecciones de los consejos locales de 2011.

En segundo lugar, la agenda del empoderamiento económico de las mujeres trata de establecer los hechos sobre el terreno y destacar cómo el empoderamiento económico de las mujeres es un factor público positivo y económico inteligente. ONU Mujeres trata de movilizar el apoyo coordinado - del sistema de la ONU, incluyendo el Banco Mundial y otros bancos multilaterales de desarrollo - para los países que dan prioridad a este objetivo.

Esto ayudará a poner la igualdad de género en el centro de los programas para promover el pleno acceso a los empleos decentes, ofrecer medidas de protección social que reduzcan la pobreza y la vulnerabilidad, y para aumentar el acceso de las mujeres y el control sobre los bienes productivos como la tierra y la propiedad e incrementar su capacidad de producción.

ONU Mujeres cree que el sector privado tiene un rol crucial y pretendemos trabajar con éste a través, por ejemplo, de una buena implementación de los Principios de Empoderamiento de las Mujeres. Además, trabajaremos con el sector privado para proporcionar y aumentar los programas específicos que tienen el objetivo de hacer avanzar la autonomía económica de las mujeres sobre el terreno sacando partido de las capacidades de movilización de recursos financieros y técnicos del sector privado.

En tercer lugar, muchos de nuestros interlocutores quieren un liderazgo de ONU Mujeres y una acción del sistema de la ONU más firmes para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas. Estamos trabajando con un número creciente de socios nacionales, incluyendo a gobiernos, grupos comunitarios, grupos de hombres y de jóvenes y, por supuesto redes y organizaciones de mujeres, para hacer avanzar las estrategias primarias de prevención y garantizar que se ofrezca servicios integrados de salud, jurídicos y de protección a las supervivientes de la violencia.

También es necesario trabajar con los niños y con los hombres para lograr un cambio real para las niñas y las mujeres en el Pacífico. Hemos visto cómo los hombres australianos han estado a la cabeza de la Campaña Cinta Blanca para poner fin a la violencia contra las mujeres.

En el próximo año, ONU Mujeres expandirá su trabajo del programa Ciudades Seguras para las Mujeres y las Niñas, con la intención de dar a las autoridades locales de 35 ciudades del mundo modelos de enfoques para incrementar la seguridad de las mujeres y de las niñas en los espacios públicos para 2017. Ellos incluyen diseñar y planificar las ciudades y sus infraestructuras para que sean más propicias para las mujeres.

Una de las ciudades participantes en esta iniciativa insignia es Port Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea. Trabajaremos en cooperación con ONU-HÁBITAT y con el gobierno municipal para ayudar a reducir y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas en los mercados de la ciudad, donde son la mayoría entre vendedores y clientes.

La violencia contra las mujeres es uno de los principales desafíos para los países de la región del Pacífico. Hay que felicitar al Gobierno de Australia por brindar dos décadas de apoyo continuo a los esfuerzos por hacer frente a ese desafío, incluyendo 5,2 millones de dólares australianos adicionales al “Fondo del Pacífico para erradicar la violencia contra las mujeres, que permite asistir a más de 100 organizaciones en toda la región.

Otra fuente importante de apoyo en el área es el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, que desde que entró en operaciones en 1997 ha dado más de US$ 77 millones a casi 350 proyectos en 126 países y territorios. Una iniciativa del Fondo Fiduciario de la ONU en las Islas Salomón, por ejemplo, resultó en la revisión de la Ley de Evidencias para eliminar las cláusulas discriminatorias relativas a las víctimas de violencia de género y presentar una nueva ley para proteger a las víctimas de los supuestos agresores durante los interrogatorios directos.

Nuestra cuarta área prioritaria trata de mejorar el rol de las mujeres en la paz y la seguridad. La guerra ha tenido siempre un impacto diferente sobre los hombres y sobre las mujeres, pero quizá nunca más que en los conflictos contemporáneos. Mientras las mujeres siguen siendo la minoría de los combatientes y responsables de las guerras, son las que soportan, cada vez más, los mayores daños.

ONU Mujeres apoya proyectos que se centran en aumentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones, promoviendo el uso de perspectivas de género en la creación de políticas, el fortalecimiento de la protección de las mujeres afectadas por conflictos, la lucha contra la violencia sexual relacionada con los conflictos, y la amplificación de los llamados de responsabilidad y de adelanto de la condición de las mujeres en las situaciones de post conflicto.

Con el objetivo de hacer participar a las mujeres en todos los aspectos de la paz y la seguridad, ONU Mujeres puede ahora trabajar en estrecha colaboración con todas las partes relevantes del sistema de la ONU y con la Representante Especial del Secretario General sobre la Violencia Sexual.

Conjuntamente con la Oficina de Apoyo para la Consolidación de la Paz y con ocho entidades de la ONU, hemos creado un Plan de Acción de siete puntos sobre la consolidación de la paz sensible a los asuntos de género que nos compromete a todos a alcanzar resultados concretos. ONU Mujeres también ocupará un puesto esencial en la promoción de la responsabilidad en la implementación de este plan de acción. Por ejemplo, los compromisos con el plan de acción incluyen el requisito de que por lo menos el 15 por ciento de los gastos de la ONU en las situaciones de conflicto y de post conflicto estén destinados a inversiones en el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, y que las mujeres y las niñas reciban el 40 por ciento de los beneficios de los programas de empleo después de un conflicto.

En quinto lugar, y con el fin de incorporar plenamente los asuntos de género en los procesos nacionales de planificación y establecimiento de presupuestos, estamos trabajando estrechamente con los Ministerios de Finanzas y de Planificación y con la oficinas nacionales de estadística para aumentar sus capacidades en materia de análisis de género, presupuestos con una perspectiva de género y uso de estadísticas de género para políticas y presupuestos públicos más sensibles a los asuntos de género.

En la preparación del 4º Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda que tendrá lugar en Busan en noviembre, nos estamos sumando a las oficinas y redes de mujeres y a otros socios para garantizar que haya una voz fuerte a favor de la igualdad de género que inspire las discusiones y cree un compromiso de hacer el seguimiento de los indicadores de las inversiones en la igualdad de género.

La responsabilidad a la hora de garantizar la idoneidad y la calidad de la financiación del desarrollo desde una perspectiva de género es inherente a los gobiernos de los países donde se ejecutan programas y a los gobiernos donantes por igual. ONU Mujeres trabajará con los países donantes y con los países donde se ejecutan programas para dar prioridad a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres.

Finalmente, como parte integrante de impulsar las normas y estándares en pro de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres, ONU Mujeres fortalecerá y actualizará activamente las normas y estándares intergubernamentales e incorporará la dimensión de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres en los debates y resultados internacionales relevantes. Por ejemplo ayudaremos a garantizar que haya una relación visible entre los acuerdos concluidos relacionados con la CEDAW y las recomendaciones del Comité de la CEDAW, y las acciones sobre el terreno, gracias al apoyo que se dé a los socios nacionales.

Seguiremos teniendo la responsabilidad primordial de ayudar a la Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, en tanto que la principal entidad intergubernamental dedicada a la promoción de la igualdad de género, y seremos sus defensores en los ámbitos regional y nacional también.

A título de ejemplo del trabajo en el ámbito nacional, ocho naciones de la Asociación del Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) adoptaron nuevos y renovados compromisos con la igualdad de género que incluyen generar más información para medir las brechas de género, llevar a cabo auditorías de género y mejorar la implementación de leyes que respeten la igualdad de las mujeres.

A través de nuestras seis áreas prioritarias de programas, quiero destacar que nuestro nuevo rol fundamental como parte de nuestro mandato es dirigir, coordinar y exigir responsabilidad del sistema de la ONU. La coordinación, que es un rol adicional, involucrará la movilización de esfuerzos de todo el sistema de la ONU para lograr la igualdad de género.

El hecho de que ONU Mujeres forme parte ahora de las entidades de toma de decisiones de más alto nivel de la ONU, como el Comité de Políticas del Secretario General y la Junta de Directores Ejecutivos, marca una diferencia, ya que significa que podemos impulsar marcos de políticas de la ONU en materia de igualdad de género que sean más coherentes, y exigir una mayor responsabilidad sobre la igualdad de género en todo el sistema de la ONU.

Ya estamos trabajando sobre un enfoque común de la ONU en lo relativo a los presupuestos de género y con un marco de acción de todo el sistema para erradicar la violencia contra las mujeres. ONU Mujeres también servirá como centro de información y conocimientos, un fondo de las mejores prácticas y un repositorio de las cosas que dan resultado y las que no.

Necesitamos capacidades sobre el terreno para cumplir con nuestro mandato. Con el fin de crear esas capacidades, necesitamos recursos adecuados para llevar a cabo los programas y las tareas que se nos confían y que impulsarán un ciclo positivo de recursos, capacidades, implementación e impacto relacionados con los elementos que afectan a las mujeres y a las niñas.

Hemos establecido metas modestas de financiación de US$ 300 millones, US$ 400 millones y US$ 500 millones para los años 2011, 2012 y 2013 respectivamente, teniendo presente el actual entorno económico y el monto mínimo necesario. Es imperativo que los Estados Miembros, que han aprobado nuestro Plan Estratégico y sus objetivos y que tienen grandes expectativas de nosotros, aumenten su apoyo financiero en fondos tanto generales como destinados a programas específicos.

Por lo tanto, hago un llamado a todos los amigos de ONU Mujeres en el Gobierno, la sociedad civil, las empresas y nuestros Comités Nacionales para que nos ayuden a lograr estas metas. El progreso dependerá que los grupos de países y de otros socios, incluyendo al sector privado, estén dispuestos a financiar la considerable experiencia en materia de igualdad de género que puede ofrecer ONU Mujeres.

Reconocemos que muchas oportunidades nuevas vendrán del aumento mundial de la filantropía privada, por medio de contribuciones de personas que siguen representando el mayor porcentaje de las donaciones caritativas. Más y más países están haciendo de la igualdad de género una prioridad y están pidiendo asistencia en ese sentido. Esto representa una gran oportunidad, y debemos estar en posición de aprovecharla.

Muchos países ya han aumentado sus contribuciones a ONU Mujeres, algunos de manera significativa, lo que agradecemos. Quiero agradecer de forma muy especial al Gobierno de Australia, que ha dado muestras de su firme compromiso político con ONU Mujeres triplicando su contribución a los recursos básicos en el último año, totalizando una suma de 9,4 millones de dólares australianos.

Casi 100 Estados Miembros ya han prometido fondos a ONU Mujeres. España es nuestro principal donante, seguido de Noruega. El Reino Unido recientemente cuadriplicó su contribución a los recursos básicos, pasando de US$ 4 millones a 16 millones. Además de Australia, los otros aumentos considerables en las contribuciones han venido de Canadá, Finlandia, Suecia, los Países Bajos, Dinamarca, la República de Corea y, entre los países en desarrollo, India y Nigeria.

Nuestra principal preocupación es garantizar una masa crítica de financiación que indique que tenemos suficientes recursos para fortalecer nuestras capacidades y alcanzar un nivel que sea necesario y requerido. Hemos propuesto centrarnos especialmente donde el apoyo es más necesario, es decir en los países menos desarrollados, los países que pueden tener economías sólidas pero que todavía tienen enormes niveles de desigualdad y en países en situaciones de conflicto y de post conflicto.

La diversificación de los que nos apoyan también requiere que fortalezcamos las alianzas con el sector privado. Las experiencias exitosas del pasado nos muestran que esas relaciones proyectan un doble dividendo: dan nuevos recursos para el trabajo vital de ONU Mujeres e inspiran un gran compromiso entre las empresas privadas para adoptar medidas corporativas de responsabilidad social y asumir sus obligaciones a la hora de otorgar nuevas opciones para que las mujeres prosperen como líderes, empleadas y empresarias.

Más y más estudios confirman cómo la productividad e innovación de las mujeres contribuyen a mejorar los negocios, las economías y las sociedades en general. Una cantidad creciente de líderes corporativos han reconocido este hecho, incluyendo los que firmaron la Declaración de los CEO en apoyo a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres.

Hay una gran reserva de buena voluntad en el mundo relativa a la formación de ONU Mujeres. Muchas fuentes se alimentan de ésta, por ejemplo, el compromiso de las activistas de los derechos de las mujeres, la voluntad política y el reconocimiento de los beneficios producidos por las inversiones en la igualdad entre los géneros.

Australia tiene una larga historia de contribuciones a las luchas y logros universales de las mujeres para que sean partícipes, beneficiarias y líderes sobre una base de igualdad en la familia, la sociedad, el país y el mundo. Agradecemos el hecho de que el Gobierno australiano haya puesto a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres en el centro de su política de asistencia.

En esta reunión en esta histórica y hermosa ciudad, quiero terminar con el noble pensamiento de una famosa defensora y pionera de los derechos de la mujer, Elizabeth Evatt. “En última instancia, tenemos que ser juzgados no por nuestras más altas ambiciones y logros sino por nuestra habilidad de elevar el nivel más bajo de los que tienen más necesidades. Las necesidades de las mujeres y de las niñas del mundo son enormes actualmente, así que asegurémonos de dejar un legado de haberlas elevado a un futuro de igualdad y empoderamiento.

Muchas gracias.