Declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka con ocasión del Día Internacional de la Niña, 2019

Una fuerza poderosa que se debe tener en cuenta

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No hay duda del empeño imparable que tienen las jóvenes y las niñas de hoy en día para defender sus derechos y el futuro que quieren. Son una fuerza poderosa que se debe tener en cuenta. Veo las manifestaciones, escucho sus voces nítidas y presencio cómo cuestionan impacientes las sociedades y los sistemas que son demasiado lentos para tomar medidas acerca de cuestiones que les preocupan tanto a nivel personal como mundial. Desde la lucha contra la violencia contra las mujeres y la acción por el clima hasta la reivindicación de los derechos de mujeres y niñas con respecto a sus cuerpos, ONU Mujeres se solidariza con ellas y trabaja para amplificar su poder y sus llamados a ejercer el cambio.

No todas las niñas pueden expresarse de este modo o tener tanta confianza en sí mismas. Muchas de ellas no han tenido ocasión de adquirir conocimientos que les abran la puerta a un futuro con más posibilidades. A nivel mundial, 15 millones de niñas en edad de asistir a la escuela primaria están sin escolarizar y muy probablemente nunca aprenderán a leer o escribir. Cada año, 12 millones de niñas se casan antes de cumplir los 18 años de edad, prácticamente una cada dos segundos. Para millones de niñas, la violencia —y el miedo a sufrirla— es una amenaza acechante que las limita, y un peligro presente para las niñas tanto en casa como en los espacios públicos. 

Trabajamos con muchachas adolescentes en algunas de las comunidades más pobres del mundo para fomentar sus conocimientos y sus competencias mediante programas que se basan en sus aptitudes. Uno de estos programas consiste en nuestra asociación con el Comité Olímpico Internacional en países de América Latina por la cual conectamos a las niñas con el deporte, promoviendo las habilidades de liderazgo de las adolescentes mediante programas deportivos e impartiendo información fundamental que influye en sus vidas a todos los niveles.

Marcelly Victória, de 15 años de edad, se unió al programa deportivo “One Win Leads to Another” (Una victoria lleva a otra) de Río de Janeiro, Brasil. Nos dijo: “Sé que el deporte es una puerta a través de la cual puedo conquistar otras cosas en la vida”. Las niñas de este programa juegan a deportes en equipo y descubren cómo utilizar su voz tanto en el campo como fuera de él. Aprenden tácticas de liderazgo: el 89 por ciento de las niñas que participaron en el curso de Río de Janeiro afirmaron ser líderes, en comparación con el 46 por ciento que lo creía antes del programa; el 93 por ciento de las niñas sabían dónde denunciar actos de violencia; y el 79 por ciento de las niñas habían aprendido a prevenir el embarazo, en comparación con el 25 por ciento anterior. Estas competencias son básicas para las niñas. Marcelly y su equipo ahora conocen sus derechos. “Espero que las niñas de mi país no renuncien a sus sueños por las opiniones de terceros o limitaciones impuestas. Quiero que lleguen a ser lo que quieren ser, como mujeres empoderadas”, afirmó.

Nadie sabe todo esto mejor que nuestra Embajadora de buena voluntad Marta, cuya trayectoria estelar desde jugar al fútbol descalza en la calle hasta pisar los estadios mundiales es una inspiración para todas las niñas. Afirmó: “El deporte cambió mi vida por completo. Gracias a él pude ayudar a mi familia, conocer a otras personas, ver otros países y enriquecerme con otras culturas. El deporte es una herramienta para el empoderamiento de las niñas, ya que te brinda la oportunidad de hacer lo que quieres y aprender a respetar las diferencias entre las personas”.

En la generación de niñas de hoy en día veo importantes modelos a seguir que ya han encontrado su voz y suben al escenario internacional a ejercer su poder como nuevas líderes. Mi deseo en este Día Internacional de la Niña es que trabajemos urgentemente para conseguir una nueva Generación Igualdad, para poner fin a las circunstancias que actualmente limitan a las niñas y los niños menos privilegiados del mundo, y para prestar todo nuestro apoyo a los movimientos que les permiten desarrollarse.