Lo que pasó tras el brote de COVID-19: Nepal

Dhana: “Puse mis ahorros para comprar tierras. Quiero la parte que me corresponde”.

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Incluso antes de la aparición de la pandemia de COVID-19, 243 millones de mujeres y niñas en todo el mundo habían sido maltratadas por sus compañeros sentimentales en el último año. Desde el inicio de la pandemia, con las medidas de confinamiento, los países de todo el mundo han presenciado un aumento alarmante de las denuncias de violencia contra las mujeres y, en especial, de violencia en el ámbito privado. ONU Mujeres trabaja con mujeres que están en primera línea día a día, dando respuesta a la pandemia en la sombra: la violencia contra las mujeres y las niñas. La serie “Lo que pasó tras el brote de COVID-19” refleja algunas de sus historias, y cómo nuestros programas prestan apoyo a soluciones que no dejan a nadie atrás.

Dhana in her home.
Foto cortesia de Dhana
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Todo se desmoronó después de un viaje improvisado con mi marido a Jhapa, una ciudad cercana a mi casa en el este de Nepal. Mientras estuvimos allí, mi marido me pidió que firmara documentos en la oficina encargada de aplicar impuestos sobre la tierra, bajo el pretexto de que estaba transfiriendo tierras recientemente compradas a mi nombre. Al regresar a casa, me informó de que había dividido nuestra tierra y que tenía previsto casarse con otra mujer. Se fue y nunca regresó.

Me quedé confundida. Estaba asustada. Nuestro matrimonio no era perfecto, pero tenía la esperanza de que pudiéramos encontrar la felicidad de nuevo. Recordé sus negativas después de ver fotos de la otra mujer en su teléfono y el historial de llamadas con ella. Me acordé de cómo se enfadaba cada vez que subía fotos de nosotros dos en las redes sociales.

Yo me había sacrificado mucho por la familia. Dejé mi trabajo para criar a nuestras dos hijas sin ningún apoyo de mi marido. Puse mis ahorros para comprar tierras. Él no habría podido comprar tierras sin mi contribución económica ni mi trabajo en casa. Quiero la parte que me corresponde.

No quise que mi marido me engañara, así que pedí ayuda a mi hermano. Me habló del Foro para las Mujeres, el Derecho y el Desarrollo y llamé a su línea de ayuda gratuita. Abrieron un expediente y me representaron ante el tribunal del distrito. Espero un resultado positivo”.


ONU Mujeres responde con programas sobre el terreno

Los derechos de las mujeres a la tierra son fundamentales para su independencia económica y para mejorar el poder de decisión dentro de las familias. En muchas partes del mundo, los datos demuestran que la falta de derechos a la tierra hace que las mujeres sean más vulnerables a la violencia de género. Dhana*, de 38 años, se encuentra entre las 218 sobrevivientes de violencia de género que han recibido ayuda para salvar vidas del proyecto “Prestación de asistencia jurídica de emergencia a sobrevivientes de violencia de género en el contexto de la COVID-19”, dirigido por el Foro para las Mujeres, el Derecho y el Desarrollo en Nepal. Desde septiembre de 2020, ONU Mujeres ha apoyado el proyecto como parte de su respuesta de emergencia a la crisis del coronavirus que ha provocado un aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas.

La vulnerabilidad de las mujeres y las niñas ante la violencia se ha visto agravada por interrupciones de los servicios públicos, incluidos los servicios sociales, el acceso a teléfonos y líneas de ayuda, la policía y los tribunales. Dichas interrupciones, junto con las restricciones de circulación para detener la propagación de la COVID-19, han creado obstáculos adicionales para que las sobrevivientes accedan a los servicios esenciales. En un hito importante, el Gobierno de Nepal está facilitando el registro por Internet de los casos de violencia de género ante la policía y los procedimientos judiciales en línea.

El proyecto también proporcionaba consultas legales, asistencia en la denuncia de casos ante la policía y representación de las sobrevivientes en los tribunales, todo ello de forma gratuita. Ahora las sobrevivientes pueden acceder a los servicios jurídicos por teléfono, la aplicación de mensajería de Facebook, el correo electrónico o formularios de Google.

*Nombre ficticio, modificado para proteger la identidad de la sobreviviente.