Alocución de Michelle Bachelet en ocasión de la conmemoración oficial del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Fecha:

Alocución de Michelle Bachelet en ocasión de la conmemoración oficial del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una promesa es una promesa. 28 de noviembre de 2012.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

No hay ninguna excusa para la violencia contra las mujeres y las niñas, en ninguna parte y en ningún momento. Ninguna.

Estoy segura que todas y todos aquí conocen muchas cifras o estadísticas deplorables que nos recuerdan por qué debemos tomar tan en serio la violencia contra las mujeres y las niñas. Detrás de esas cifras estamos hablando de historias reales, acerca de mujeres reales cuyos derechos humanos básicos se violan y quienes son víctimas de estos aterradores crímenes en todas las partes del mundo. Quiero que estas mujeres y niñas sean oídas hoy aquí, y esto es lo que tienen que decir.

Cada vez que oigo historias de víctimas y de sobrevivientes de todo el mundo, me impresiona profundamente tanto lo horrible que son sus experiencias como el valor que muestran al contar sus historias, además del valor de hacer frente a los ataques y la violencia a las que se les sometió. Admiro su determinación y la fuerza que encuentran en sí mismas para seguir adelante.

Estas sobrevivientes a las que acabamos de oír son la razón por la que estamos aquí hoy y la razón por la que sólo hablar no es suficiente. Dado lo deplorable que es su existencia diaria, no nos podemos permitir perder la batalla contra la violencia y debemos ir más allá de las estadísticas y de las palabras.

Es por estas mujeres que debemos lograr un cambio real y liberar las oportunidades para todas las mujeres y las niñas del mundo.

Cada día las/os oficiales de policía responden a llamados de ayuda por violencia sexual a manos de un compañero íntimo o de violencia que termina en una fatalidad. Cada día y en todos los países, hay mujeres —nuestras amigas, vecinas, hermanas, hijas, tías y madres— que son golpeadas, a quienes se les tira ácido a la cara, que son acosadas en las escuelas y en las calles, violadas en los parques o en el camino al mercado.

No tengo duda de que habría muchísimas mujeres y niñas en peligro si no fuera por el trabajo que todas y todos hemos hecho hasta ahora. Hoy se sabe mucho, más que nunca antes, y hay acuerdos y tratados internacionales específicamente pensados para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Sin embargo, debemos ir más allá de los compromisos y de las palabras; las promesas tienen que ser cumplidas, hay que adoptar las medidas pertinentes.

El año pasado presenté el programa de políticas de 16 etapas de ONU Mujeres para poner fin a la violencia contra las mujeres.

Este año envié una carta a todas y todos las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno Miembros de las Naciones Unidas, instándolos a anunciar compromisos específicos para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Aplaudo a los que ya lo han hecho y aliento a los demás a hacer lo propio, en honor a las mujeres a las que hemos oído hoy.

Debemos hacer cumplir e implementar leyes y planes de acción nacionales nuevos y mejores que prevean el suministro de refugios, de líneas telefónicas de emergencia gratuitas y de asistencia jurídica y médica gratuita para las sobrevivientes. Debemos garantizar el derecho a la salud sexual y reproductiva. Necesitamos programas educativos que enseñen acerca de los derechos humanos, la igualdad y el respeto mutuo. Necesitamos un mayor número de mujeres en la vida política, en las fuerzas del orden y del mantenimiento de la paz. Necesitamos oportunidades económicas equitativas y trabajos decentes para las mujeres y las jóvenes graduadas.

El próximo mes de marzo, las/os líderes mundiales de gobiernos y de las organizaciones de la sociedad civil se reunirán en la 57ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU para acordar medidas de prevención y respuesta efectiva en lo relativo a la violencia contra la mujer. Hay grandes expectativas, como debe ser.

La violencia contra las mujeres y las niñas es un atropello y una seria violación de los derechos humanos. Debe erradicarse a través de la implementación de los tratados, estándares y acuerdos internacionales existentes. Esto requiere que líderes decididas/os y valientes plasmen estas promesas internacionales en acciones nacionales tangibles que marquen una diferencia verdadera en las vidas de las mujeres y las niñas a las que hemos escuchado en el vídeo.

Esto requiere voluntad, determinación y el compromiso de implementar medidas específicas a nivel nacional.

Confío en que juntas y juntos podemos poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas y mantener nuestras promesas.

Muchas gracias.

Vídeo de interés

Una promesa es una promesa

“Una promesa es una promesa es el vídeo oficial de la campaña del Secretario General de las Naciones Unidas, ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres.