Alocución de Michelle Bachelet en la Asociación de Ejecutivos Corporativos de Japón

Fecha:

Alocución de Michelle Bachelet en la reunión con la Keizai Doyukai - Asociación de Ejecutivos Corporativos de Japón. 12 de noviembre de 2012

[Cotejar con el texto pronunciado]

Buenas tardes. Agradezco a la Keizai Doyukai por esta oportunidad de reunirme personalmente con los eminentes líderes empresariales de Japón. También agradezco a la Sra. Kimie Iwata, defensora de larga data de la igualdad de género y miembro del Comité Nacional de ONU Mujeres en Japón, por su apoyo.

Vivimos en una época económica difícil, pero todos estamos de acuerdo en que podemos hacer algo. Si fortalecemos el rol económico de las mujeres, podemos hacer que la recuperación sea más rápida, más profunda y más justa. ONU Mujeres se ha comprometido a eliminar las barreras que limitan la participación económica de las mujeres, y el sector privado es esencial para hacerlo realidad.

La Keizai Doyukai fue fundada sobre la premisa de que los líderes empresariales pueden atender los temas más urgentes del momento y encontrar soluciones que beneficien a todos los ciudadanos japoneses. Ustedes están comprometidos a mirar al futuro y a tomar medidas concretas para dar seguridad a la economía japonesa. Existe una real esperanza para que en la economía japonesa del futuro, las mujeres sean contribuyentes plenas sobre un pie de igualdad a un crecimiento económico sostenido y a una sociedad japonesa productiva y próspera.

Como todos saben, una serie de estudios, inclusive el más reciente Libro Blanco del FMI, hablan de Japón como uno de los países que tiene mucho que ganar si subsana la brecha de género en su economía. Me gustaría hablar de algunas áreas donde ustedes, en cuanto que líderes de la comunidad empresarial, pueden contribuir a ese futuro y a la igualdad de género en todos los aspectos de la sociedad.

La participación de las mujeres en el mercado laboral mundial ha ido en aumento. Al día de hoy, 4 de cada 10 trabajadores del mundo son mujeres. Sin embargo, persisten muchos obstáculos y desventajas que les impiden desarrollar su pleno potencial económico. Todos estos son problemas que Japón padece en diversos grados, donde el índice de participación laboral de las mujeres es bajo dentro de los países de la OCDE. Ahora, más que nunca, es urgente que los líderes japoneses examinen todos los recursos disponibles para revitalizar la economía. Se sabe que Japón enfrenta una dificultad demográfica a causa del envejecimiento de la población y una mano de obra que decrece rápidamente.

Múltiples estudios muestran que aumentar la participación laboral de las mujeres puede tener un enorme potencial para el crecimiento económico japonés. Una encuesta realizada por el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones muestra que hay 3,4 millones de mujeres en Japón que están dispuestas a trabajar pero que actualmente no lo hacen. De incluir a esas mujeres, el PIB de Japón aumentaría en un 1,5 por ciento. Los estudios llevados a cabo por Goldman Sachs, la OCDE y el FMI indican que si se subsana la brecha de género en el empleo es posible aumentar considerablemente la productividad y el crecimiento del país. Algunas proyecciones sugieren que dichos aumentos en la participación laboral de las mujeres podrían, por sí solos, rescatar la economía japonesa.

Cada vez más mujeres japonesas entran en la economía, el reto ahora es mantenerlas dentro. Conciliar la vida profesional y personal es un problema para las mujeres en casi todos los países del mundo, y las pruebas evidencian el alcance del problema en Japón: más del 60 por ciento de las japonesas dejan de trabajar después de tener a su primer hijo. Al alcanzar la edad de tener hijos, las japonesas pasan hasta ocho veces más tiempo haciendo tareas no remuneradas que remuneradas, lo que les deja poco tiempo para una carrera.

Quisiera mencionar algo que dijo el Presidente de la Keizai Doyukai, el Sr. Hasegawa. Él señaló que es necesario tener una cultura laboral más flexible que ponga menos énfasis en las horas extras, de modo que las madres puedan permanecer en sus puestos de trabajo desempeñando su carrera. Las empresas no pueden cambiar la cultura de un día para el otro, pero sí pueden ejercer su influencia mejorando las políticas en materia de licencias parentales y mostrando mayor flexibilidad con los empleados. Es fundamental que tomemos en cuenta cómo los cambios en las políticas y en las actitudes pueden cambiar la realidad de los que tienen un primer hijo, de modo que tener un hijo ya no sea equivalente a tener que dejar de trabajar.

El potencial de crecimiento y de cambio es particularmente importante en el sector empresarial, donde las mujeres están mal representadas y donde incluso menos llegan a puestos superiores de dirección. En Japón, las mujeres representan sólo el 5 por ciento de los puestos superiores de dirección, lo que dificulta lograr un cambio fundamental dentro de la cultura corporativa.

Felicito a la Keizai Doyukai por reconocer y asumir este reto creando su propio plan de acción para nombrar a más mujeres jefas y ejecutivas, fijándose la meta de alcanzar el 30 por ciento o más para 2020. Su compromiso es un ejemplo para todas las empresas en Japón, de modo que apoyen activamente a las mujeres para que se sobrepongan a las barreras del sistema y asciendan profesionalmente. Las mujeres que ocupan puestos superiores son también modelos de conducta para las mujeres que recién comienzan a trabajar, alentándolas a proseguir sus carreras y a no abandonarlas.

La compañía del Sr. Hasegawa, Takeda Pharmaceuticals, ha decidido dar el ejemplo y anunció que tiene el objetivo de promover a las mujeres sobre la base del mérito a los puestos directivos en un 3 por ciento en 2013, en un 5 por ciento en 2015 y en un 30 por ciento en 2020.

ONU Mujeres también reconoce el rol importante que tiene el sector empresarial a la hora de cambiar la dinámica de los puestos de dirección y ejecutivos de alto nivel. Ésa es la razón por la que nos hemos asociado con el Pacto Mundial de la ONU en torno a los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, los cuales ofrecen medidas prácticas que pueden tomar las empresas para empoderar a las mujeres en el trabajo, en los mercados y en las comunidades. Al igual que el plan de la Keizai Doyukai, el Principio 2 fija la meta del 30 por ciento de participación de las mujeres en la toma de decisiones y en la gobernabilidad a todos los niveles.

Me complace decir que hay muchas compañías en Japón que ya han manifestado su apoyo a los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres. De los 450 ejecutivos del mundo que se han comprometido con el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, suscribiendo la Declaración de Apoyo de los CEO, el 33 por ciento son japoneses. Es el grupo más numeroso de directores ejecutivos de un país hasta la fecha.

Los siete Principios para el Empoderamiento de las Mujeres se basan en los aportes de las empresas de todo el mundo. Estos alientan a las empresas a establecer objetivos y metas en sus compañías con apoyo de alto nivel y a dar información acerca de sus progresos al público y a otras empresas. Incluyen la garantía de igualdad salarial y de beneficios para todas las mujeres y hombres empleados, comprendiendo opciones de trabajo flexibles, la creación de un entorno seguro y de una política de tolerancia cero relativa a todas las formas de violencia en el trabajo, así como la inversión en la capacitación y en la creación de capacidades de las mujeres empleadas para que pueden avanzar dentro de la compañía.

Aplaudo a todos los que ya han firmado los Principios e insto a los que aún no lo han hecho a que los firmen. Esperamos poder trabajar con ustedes para hacer avanzar estos Principios. La Oficina de igualdad de género del Gabinete ha dado un gran paso con la creación de un equipo de promoción de los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres. Es alentador que la Oficina apoye tan firmemente esta iniciativa. ONU Mujeres está ansiosa por trabajar con ese equipo para garantizar que todas las compañías saquen el mayor partido de los recursos existentes.

La revitalización de la economía japonesa y la plena recuperación de la sociedad se vislumbran en el horizonte. Es un privilegio para mí poder ser testigo de cómo la igualdad de género se ha hecho prevalente, especialmente la participación de las mujeres en cuanto que actores y responsables de la toma de decisiones fundamentales de la economía, en la visión de hacer avanzar el país. Ésta es una visión compartida por el Tercer plan básico para la igualdad de género, adoptado en 2010, por la estrategia de la Keizai Doyukai, y por el sentir y pensar de muchas personas que tendré el gusto de conocer durante mi estadía en Japón.

Agradezco a todos los miembros de la Keizai Doyukai por defender la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres dentro de la sociedad japonesa y por su liderazgo responsable en nombre del pueblo japonés. ONU Mujeres ansía cooperar estrechamente con ustedes en el cumplimiento de los objetivos concretos que se han establecido con el fin de construir un nuevo sendero en el liderazgo empresarial japonés.

Muchas gracias, y gracias por su liderazgo a favor de las mujeres y de la igualdad.