Pasamos el micrófono: Mujeres en la primera línea para atender la violencia contra las mujeres durante la COVID-19
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La pandemia del coronavirus es mucho más que una crisis sanitaria. Se trata de una crisis humana que corre el riesgo de revertir décadas de progreso en los derechos y la igualdad de las mujeres. Además, la crisis pasa mayor factura a las mujeres y niñas de todo el mundo que se enfrentan a un alarmante aumento de la violencia de género.
Durante los 16 Días de activismo contra la violencia de género (25 de noviembre – 10 de diciembre), el llamado de las Naciones Unidas a “pintar el mundo de naranja” se acompaña de la reivindicación urgente de “financiar, responder, prevenir y recopilar”, es decir, subsanar las brechas de financiación, asegurar servicios esenciales para las sobrevivientes de la violencia, y centrarse en la prevención y en la recopilación de los datos que necesitamos para adaptar y mejorar los servicios que salvan vidas de mujeres y niñas.
¿Y quién mejor que las mujeres que están en primera línea para explicarnos cuáles son las necesidades sobre el terreno? Este año les pasamos el micrófono para escuchar sus relatos.
Junto con ONU Mujeres, nuestras entidades asociadas de las Naciones Unidas están trabajando para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Escuchemos a mujeres líderes que forman parte de los programas de las Naciones Unidas desde Kosovo hasta Kenya, que nos explican lo que necesitan para detener la escalada de violencia, y alcanzar la recuperación y reconstrucción en la etapa posterior a la COVID-19.
Aplicar una respuesta adecuada de la justicia penal
“Estamos atravesando una situación difícil. [Las sobrevivientes de la violencia doméstica] no se deciden a presentar una denuncia a la policía porque viven aisladas y, a veces, en familias numerosas, conviviendo con la madre y el padre de su esposo y otros parientes en una sola casa. Además, saben que la policía arrestaría al agresor durante apenas tres horas y después este regresaría a su hogar.
El hecho de que la violencia doméstica no constituya un delito penal en Kazajstán está perjudicando a las mujeres durante la crisis de la COVID-19. Lo que de verdad cambiaría las cosas sería que, por ejemplo, el incumplimiento de una orden de protección por parte del agresor se tipificara como delito penal con una pena más larga”.
Dina Smailova es conocida en Kazajstán por su inquebrantable defensa de la justicia para las personas sobrevivientes de la violencia sexual. Lidera el movimiento NeMolchi (No te quedes callada), que inició un diálogo público sobre la violencia sexual y brinda asistencia jurídica gratuita a las sobrevivientes. Habló con ONU Mujeres en abril, poco después del brote de COVID-19 en Kazajstán.
Escuchar a las mujeres que se enfrentan a formas de discriminación interrelacionadas
“Como mujer con discapacidad, y en mi trabajo, veo que el mayor problema para las personas con discapacidad [durante la pandemia] es acceder a la información y satisfacer sus necesidades básicas. Las personas con ciertas afecciones dependen de quienes les cuidan o de sus familiares, que pueden no estar disponibles o no prestar apoyo… La mayoría de las personas entrevistadas reveló que habían sufrido violencia y discriminación por parte de su familia y la comunidad.
[Debemos] trasladar las inquietudes y las voces de las personas con discapacidad a los debates que se llevan a cabo en la comunidad y en el gobierno. Nuestras opiniones importan. Esta situación afecta a todas las personas, y con la ayuda de todas las personas la superaremos”.
Norberta V. Soares da Cruz es Directora Interina de la Red de Rehabilitación Comunitaria de Timor-Leste (CBRNTL), una organización con sede en Dili que defiende la salud, la rehabilitación, la educación y otros servicios para las personas con discapacidad. Es voluntaria del Grupo de Referencia Nacional de la Sociedad Civil de la Iniciativa Spotlight, financiada por la UE y las Naciones Unidas, en Timor-Leste.
Aumentar el número de mujeres en puestos de liderazgo
“Las mujeres líderes de todo el mundo han demostrado que saben gestionar eficazmente la pandemia. Cuando las mujeres participan en círculos políticos y estatales de alto nivel, contribuyen a crear políticas más equilibradas, sensibles al género, respetuosas con el medio ambiente y con visión de futuro. Sólo con este enfoque de formulación de políticas tenemos la oportunidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer que esta sea una verdadera Década de Acción (#DecadeOfAction) y una Generación Igualdad (#GenerationEquality)”.
Vjosa Osmani es la primera mujer presidenta de la Asamblea de Kosovo. Ha sido elogiada por su liderazgo durante la crisis de la COVID-19 en el país. En junio de 2020, la Sra. Osmani habló con ONU Mujeres sobre la importancia del liderazgo de las mujeres, especialmente durante la actual pandemia de la COVID-19.
Escuchar a las niñas, aprovechar todas las oportunidades
“Siempre había soñado con conocer el mundo de la cámara, porque cuando era pequeña y veía películas no sabía qué había detrás. Siempre he tenido curiosidad por saber quién se encargaba de la cámara y qué hacía para producir esas imágenes”. Oumou toma su cámara y se adentra en las calles, enfoca su lente hacia cuestiones que conoce bien. Dirige debates en grupo con adolescentes de su comunidad. Cuando un joven del grupo advierte a las mujeres que se vistan de manera decente para no provocar violencia sexual, Oumou mantiene la calma. “No importa lo que lleve puesto una mujer, nadie tiene derecho a violarla”, explica.
Incluso antes de que la pandemia de la COVID-19 restringiera las actividades de la población, los estereotipos de género ya restringían a muchas niñas y sus perspectivas de futuro, afirma el UNICEF. Oumou Kalsoum Diop, de 18 años, utiliza su cámara para ayudar a las mujeres y niñas a hablar en contra del acoso sexual y de otros problemas que les incumben. Diop siempre ha soñado con ser cineasta y, ahora, como estudiante en Summer Pencc, tiene las herramientas y la oportunidad de mostrar temas relevantes que afectan directamente al bienestar de las niñas en todo el mundo. Para escuchar más opiniones de niñas de todo el mundo, visite Teen. Girl. Activist.
Más ayuda para sobrevivientes de la violencia de género
“En mi país [Sudán del Sur], como consecuencia de la cultura predominante, siempre se considera a las mujeres inferiores y nadie escucha sus opiniones. Por eso decidí trabajar codo a codo con cualquier organización [que respaldara] los derechos de las mujeres y escuchara sus reivindicaciones. El problema de la violencia doméstica empeoró mucho durante el confinamiento. Las mujeres a las que ayudamos nos explicaron que su situación es ahora más peligrosa, que no se sienten seguras porque los agresores siempre están ahí. También nos consta que hay casos de matrimonios forzados. Se han cerrado las escuelas y las madres y los padres no quieren que sus hijas se queden en casa, por lo que muchas niñas se ven obligadas a regresar a su país para contraer matrimonio. Creo que debería haber más ayuda para las sobrevivientes de violencia de género, por ejemplo, centros de mujeres”.
Sarah Nyajuok Guk, de 24 años, es refugiada de Sudán del Sur. Vive en el campamento de Kakuma, en Kenya. Trabaja para la entidad asociada del ACNUR, el Consejo Danés para los Refugiados, como consejera sobre la violencia de género. En el momento en que el riesgo de COVID-19 llegó a los campamentos de personas refugiadas, se hizo aún más urgente la necesidad de contar con espacios y servicios seguros para las mujeres que sufren violencia doméstica. Descubra cómo trabaja el ACNUR con mujeres y niñas refugiadas durante la crisis de la COVID-19.
Los servicios esenciales deben llegar a las mujeres que viven con el VIH
“La COVID-19 nos ha demostrado que la solidaridad internacional es posible, que uniendo esfuerzos podemos ganar la batalla contra el estigma y la violencia. La violencia contra las mujeres y las niñas es un crimen y una violación de los derechos humanos. Muchas mujeres marginadas —incluidas las que viven con el VIH— que sufren violencia no pueden denunciar su caso ni pedir ayuda. Todas y todos tenemos el deber de saber cómo se encuentran las personas que puedan estar en riesgo de sufrir violencia de género”.
Yousra, actriz y cantante egipcia, ha sido Embajadora de Buena Voluntad del ONUSIDA para Oriente Medio y África del Norte desde 2016. En su labor como embajadora, Yousra se centra en promover la respuesta al SIDA en la región, donde algunos países carecen de servicios esenciales para las sobrevivientes de la violencia, especialmente en las zonas rurales. Cuando existen los servicios, no siempre llegan a las personas que los necesitan, y la policía y el sistema judicial a menudo no priorizan la violencia de género. El ONUSIDA trabaja para prevenir la violencia de género, apoyar a las sobrevivientes y generar conciencia sobre los riesgos a los que se enfrentan las mujeres y las niñas, y cómo contrarrestar la violencia de género.
Más asociaciones para empoderar a las mujeres
“CSR Ucrania trabaja para lograr la igualdad de género en Ucrania aumentando el número de niñas en profesiones STEM, involucrando a las empresas en cuestiones de igualdad de género y previniendo la violencia doméstica... Nuestra labor es imprescindible ahora que los confinamientos y las cuarentenas como consecuencia de la pandemia afectan al bienestar de las niñas y las mujeres. Para cambiar la situación, necesitamos más asociaciones —entre empresas, organismos públicos, organizaciones no gubernamentales y [entre] países— [para que] la igualdad de género se convierta en una nueva norma en nuestra vida y en nuestros negocios”.
Maryna Saprykina es la Directora de la Junta Directiva de CSR Ucrania. El UNFPA está trabajando con entidades asociadas como CSR para continuar los programas de promoción y empoderamiento de las mujeres y las niñas en el contexto de los confinamientos.
Garantizar la salud y la dignidad de las mujeres migrantes
“Una de las primeras cosas que una mujer pierde cuando migra de manera irregular es el acceso al [saneamiento]... Por ejemplo, la ducha y artículos de aseo. Estas circunstancias han empeorado debido a la emergencia sanitaria de la COVID-19... Las mujeres deben priorizar el acceso a los alimentos y al agua, y el cuidado personal pasa a un segundo plano. Los artículos que se proporcionan en los kits de dignidad, como las compresas, son clave para las mujeres migrantes, para que puedan hacer frente dignamente a las condiciones más difíciles y garantizar su cuidado personal. La migración en la región se ha convertido en un fenómeno que causa dolor en muchas mujeres... Una vez vi en la frontera, en uno de los refugios para migrantes, a una chica que no se levantaba de la cama, lo que me hizo pensar que tenía alguna discapacidad... Más tarde, me di cuenta de que la chica tenía el período y no podía levantarse porque no tenía paños sanitarios y estaba sentada encima de una bolsa de plástico que su madre había colocado para recoger la sangre”.
Dildar Salamanca ha trabajado como parte del equipo humanitario del UNFPA en Colombia. Durante los últimos cinco años, Salamanca ha trabajado en la frontera entre Colombia y Venezuela, donde el UNFPA proporciona kits de dignidad a las migrantes y tiene como objetivo empoderarlas y preservar sus derechos y dignidad.
Respetar las identidades diversas, ahora y siempre
“Todo el mundo negó mi identidad y, con ello, mi existencia. Lo recuerdo todo como si fuera hoy. Recuerdo cuando mi jefe, por lástima, me dio un billete de 50.000 dong el Día Internacional de la Mujer, mientras a otras mujeres de la empresa les entregó un bonito billete de 500.000 dong. Tuve que compartir una habitación y vivir con 12 hombres extraños en un trabajo. Me tocaron de manera inapropiada porque no sabían si era hombre o mujer. Cuanta más gente se niega a aceptarme, más reivindico mi identidad. A pesar de que cada día sigo luchando contra el estigma y la violencia, todavía tendré que seguir luchando por los derechos de las personas transgénero como yo misma”.
Lo Kim Thuy es una activista transgénero de Viet Nam, que sueña con organizar un desfile del orgullo en la comunidad donde creció. Junto con las Naciones Unidas en Viet Nam, trabaja por un mundo en el que todas las personas puedan vivir su vida abiertamente con reconocimiento y respeto.
Aplicar leyes para poner fin al matrimonio infantil
“Durante la pandemia, los matrimonios infantiles han aumentado en mi país, República Dominicana. Veo a muchachas como yo que están casadas con hombres que duplican y triplican su edad. En la mayoría de los casos, esta es la manera de escapar de entornos familiares donde hay maltrato y pobreza. Las niñas creen que si se niegan a casarse o si dejan al hombre, sus condiciones de vida empeorarán. Ya estamos presenciando las consecuencias de esta forma de violencia: embarazos de adolescentes y abandono escolar por parte de las niñas. Necesitamos leyes que prohíban los matrimonios infantiles, sentencias severas para quienes vulneran la ley, así como apoyo a las niñas por parte de instituciones y programas educativos. De lo contrario, no podremos detener este ciclo de violencia y pobreza en el que están atrapadas las niñas”.
Samanta Carreras Martínez es una activista por las niñas de Monte Plata, República Dominicana. Ha participado en seminarios web con ONU Mujeres sobre la participación de las niñas en la igualdad de género, así como en una profunda conversación con la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres realizada con ocasión del Día Internacional de la Niña 2020.