Una mujer que deberías conocer: Les presentamos a Caroline Fattal, una de las “empresarias árabes más poderosas”, dedicada a apoyar a emprendedoras libanesas
Caroline Fattal, empresaria libanesa de 49 años, fue nombrada “Empresaria Árabe más Poderosa” por Forbes Oriente Medio en 2014, 2015, 2017 y una vez más el año pasado, en 2020. Cofundadora de Stand for Women, una ONG con sede en Líbano, ha dedicado buena parte de su tiempo desde 2017 a ayudar a otras emprendedoras a introducirse en el sector privado y a ocupar puestos de liderazgo. Desde la explosión que sacudió Beirut en agosto de 2020, Fattal y Stand for Women han colaborado con ONU Mujeres para ofrecer apoyo a mujeres propietarias de pequeñas empresas.Fecha:
“A mi juicio, la resiliencia económica y la reactivación empresarial son dos elementos cruciales ahora mismo; por ello, es fundamental ayudar a las mujeres a permanecer en el mercado de trabajo”, señala Caroline Fattal.
Los hechos
- El progreso de la representación de mujeres en la vida pública y la adopción de decisiones ha sido excesivamente lento. Tan sólo 22 países están dirigidos por una mujer, sólo 3 tienen un 50% o más de mujeres en sus parlamentos y únicamente un 7,4% de las empresas incluidas en el índice Fortune 500 están gestionadas por mujeres.
- Las cuotas de género elevan la representación de mujeres en el poder legislativo y el sector privado, siempre que estén correctamente diseñadas y se apliquen de forma eficaz.
- Pese a que las mujeres suponen un 70% del total de trabajadoras y trabajadores sociales y sanitarios, están insuficientemente representadas en la toma de decisiones en el sector de la salud y en la respuesta a la COVID-19. Un estudio llevado a cabo en 87 países sobre los grupos de trabajo dedicados a la COVID-19 constató que tan sólo un 3,5% de ellos presenta paridad de género. La respuesta a la pandemia ha sido particularmente eficaz en varios países en los que las mujeres han ostentado puestos de liderazgo.
- En muchos países las organizaciones de mujeres se encuentran en la primera línea de las respuestas comunitarias a la pandemia, pero experimentan muchas dificultades por la reducción de la financiación, el aumento de la demanda de servicios, las restricciones de movilidad y la disminución del espacio cívico. La financiación directa para las organizaciones de mujeres representa menos del 1% de la asistencia oficial para el desarrollo que se destina a la igualdad de género a escala mundial (198 millones de dólares de los Estados Unidos); la mayor parte de estos fondos se canaliza a través de grandes organizaciones, que pueden no dar respuesta a las necesidades locales.
En 25 años, Fattal ha adquirido una amplia experiencia en empresas multinacionales y en su propio negocio familiar, en el que empezó desde la base hasta llegar a convertirse en miembro de la junta. Firme partidaria del empoderamiento de las mujeres, Fattal creó la organización sin fines de lucro Stand for Women para mejorar la inclusión de las mujeres en la población activa.
“El objetivo de Stand for Women es lograr la igualdad entre mujeres y hombres en el mundo laboral mediante sesiones de capacitación y concienciación”, explica. “Entablamos relaciones muy estrechas con cada beneficiaria a través de consultas individualizadas con el fin de ayudarlas en su búsqueda de medios de vida y en su proceso de integración en una empresa equilibrada desde el punto de vista del género. Promovemos una relación de hermandad y animamos a las mujeres que forman parte de la fuerza de trabajo a apoyarse unas a otras”.
El 4 de agosto de 2020 se produjo una terrible explosión en el puerto de Beirut que acabó con la vida de más de 200 personas y destruyó miles de edificios, incluidas pequeñas empresas. Stand for Women fue la primera ONG que comenzó a salvar y reconstruir pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres.
Desarrollar la resiliencia de las mujeres empresarias
En colaboración con otra ONG, Live Love Beirut, financiada por ONU Mujeres, Stand for Women proporcionó a las empresas titularidad de mujeres maquinaria, computadoras y suministros adaptados a las necesidades de cada compañía con objeto de ayudarlas a reanudar su actividad. Con el apoyo de ONU Mujeres, ambas organizaciones promovieron asimismo la visibilidad de dichas empresas en Internet.
Las propietarias de pequeñas empresas esperaban que sus ventas se recuperaran durante la temporada festiva de diciembre de 2020. Sin embargo, el impacto de la COVID-19 y la explosión siguió dejándose notar, de modo que a las pequeñas empresas les resultaba casi imposible permanecer abiertas.
“Cuando se decretó un nuevo confinamiento en enero a causa de la COVID-19, estos negocios se enfrentaron a tensiones adicionales”, explica Fattal. “[Estas pusieron en peligro] su flujo de tesorería y su capacidad para pagar los alquileres y los suministros. Una de nuestras beneficiarias es propietaria de una tienda de fotocopias con la que solamente gana 60.000 libras libanesas (7,50 dólares de los Estados Unidos) al día; ¿cómo puede llevar dinero a casa en una situación de confinamiento?”
Desde agosto de 2020, Stand for Women ha ayudado a reabrir 109 empresas titularidad de mujeres.
Invertir en el liderazgo de las mujeres
“Antes de la explosión del puerto de Beirut, las mujeres trabajadoras y empresarias ya se encontraban en una situación precaria debido a la pandemia de COVID-19, sobre todo las que tienen hijas e hijos en edad escolar, pues tuvieron que dejar de trabajar para ayudarles con sus estudios en línea”, reflexiona la Representante de ONU Mujeres en Líbano, Rachel Dore-Weeks.
"Promovemos una relación de hermandad y animamos a las mujeres que forman parte de la fuerza de trabajo a apoyarse unas a otras.”
Un estudio recientemente publicado por ONU Mujeres pone de manifiesto que la tasa de desempleo de las mujeres aumentó desde un 14,3% antes de la crisis hasta un 26% en septiembre de 2020.
Para Caroline Fattal, es esencial invertir en el liderazgo de las mujeres en las empresas, en la esfera política y en la vida en general. Cuando se incorporó al negocio familiar, llegó a convertirse en la primera mujer en la junta. Esto sucedió en 2003, 105 años después de la fundación de la compañía. Según nos explica Fattal, en la actualidad las mujeres representan el 66% de este órgano.
“Podemos mejorar la educación y la sensibilización, pero el único modo de aumentar la inclusión de las mujeres en las salas de juntas es establecer cuotas”, afirma.
Fattal ha asesorado e instruido a mujeres en su empresa familiar, que además fue una de las tres primeras empresas piloto que llevaron a cabo una auditoría de género en la región árabe con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La auditoría incluyó estudios cualitativos y cuantitativos, así como un examen de los sitios web, las ofertas de trabajo y las políticas internas de la compañía con el fin de detectar posibles sesgos de género. Tras la auditoría, Fattal y su equipo elaboraron un plan de acción en materia de género para mejorar la inclusión de las mujeres y la igualdad de género en el lugar de trabajo.
“Si hubiera más mujeres en puestos de responsabilidad en los diferentes sectores, tanto en el ámbito político como empresarial, el Líbano sería un país completamente distinto”, manifiesta Caroline Fattal. “Creo que muchas mujeres se presentarán como candidatas a las elecciones parlamentarias de 2022, dado que representan el cambio que necesita el país. Es preciso ayudar a las mujeres a asumir cargos de liderazgo y a cumplir sus sueños, porque pueden marcar la diferencia en su comunidad”.