Discurso de Michelle Bachelet en la Reunión de Estudio con ONU Mujeres – Liga Parlamentaria para la Mujer y el Desarrollo

Fecha:

Discurso de Michelle Bachelet en la Reunión de Estudio con ONU Mujeres - Liga Parlamentaria para la Mujer y el Desarrollo. Tokio, Japón. 13 de noviembre de 2012.

[Cotejar con el texto pronunciado]

Buenas tardes. Es un placer sumarme a ustedes en este encuentro de hoy. Quisiera agradecer y felicitar a tres mujeres que hacen un gran trabajo diario para las mujeres y que son quienes hicieron posible esta reunión. Me refiero a la Sra. Yoko Komiyama, Presidenta de ONU Mujeres - Liga Parlamentaria para la Mujer y el Desarrollo, la Sra. Kumiko Hayashi, Vicepresidenta de la Ligua, y la Sra. Yuko Obuchi, Secretaria General de la Liga. Muchísimas gracias.

Felicito a la Liga por todo lo que hacen para acercar las voces de las mujeres al Parlamento Japonés. Hoy tengo el orgullo de traerles los saludos y expresiones de buena voluntad de mis colegas de ONU Mujeres de todo el mundo.

Somos la agencia más nueva de las Naciones Unidas. ONU Mujeres se creó en 2010 para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Fue establecida con el apoyo de los grupos de mujeres y de los Estados Miembros de la ONU. Las esperanzas son muchas. Su objetivo es cumplir una promesa de la Carta de la ONU: la igualdad de derechos de hombres y mujeres.

ONU Mujeres tiene un mandato universal y estamos trabajando con los asociados, incluido Japón, en distintas prioridades clave. Trabajamos en conjunto para promover el liderazgo político y la participación económica de las mujeres. Trabajamos juntos y juntas para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Todos y todas debemos Decirle No a la violencia contra las mujeres.

Estamos trabajando en conjunto para lograr la plena participación de las mujeres en las conversaciones de paz y la consolidación de la paz. No puede haber paz ni seguridad cuando las mujeres están al margen de la mesa de paz y padecen violencia sexual.

Y estamos trabajando para promover la planificación y los presupuestos para la igualdad de género. Esto se debe a que las políticas y los programas deben aportar iguales beneficios a hombres y mujeres y contar con un presupuesto sólido que respalde tales medidas.

Mis amigos y amigas, estamos trabajando juntos y juntas para cumplir una promesa, una promesa escrita por los fundadores de las Naciones Unidas en la Carta de la ONU, la promesa de igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Aplaudo a cada individuo, cada gobierno y a cada organización que trabaja por el empoderamiento y la igualdad de las mujeres.

Hoy me referiré a tres de nuestras prioridades: promover la participación y el liderazgo político de las mujeres, aumentar las oportunidades económicas para las mujeres y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas.

Durante estos tiempos de crisis económica, agitación social y transformación política, ya no podemos darnos el lujo de dejar a las mujeres de lado. La participación y los derechos plenos e igualitarios de las mujeres son fundamentales para lograr sociedades económica, ambiental y socialmente sostenibles.

La representación de las mujeres es esencial para la justicia y la democracia. Ellas constituyen el 51% de la población mundial y deben tener una representación igualitaria en los órganos electivos de adopción de decisiones.

La participación política de las mujeres es central para la labor de ONU Mujeres en todo el mundo, y nos complace saber que Japón se nos une en el esfuerzo de convertir esa participación en una prioridad. Quiero felicitar al país por su liderazgo al copatrocinar la resolución sobre participación política de las mujeres que adoptó por consenso la Asamblea General de las Naciones Unidas el año pasado.

El mundo necesita más mujeres líderes. Hoy las mujeres representan menos del 10 por ciento de los líderes del mundo y uno de cada cinco miembros parlamentarios. Aquí en Japón, las mujeres representan el 13,5 por ciento de los parlamentarios.

ONU Mujeres alienta a Japón y a los gobiernos del mundo a adoptar medidas temporales especiales como las cuotas para aumentar el número de mujeres en los parlamentos y cargos de decisión para promover la igualdad.

Hoy son 33 los países que han alcanzado una masa crítica del 30 por ciento de mujeres en los parlamentos y 26 de esos países lo lograron con medidas temporales especiales como las cuotas.

ONU Mujeres tiene el privilegio de ser parte de dicho proceso en la mayoría de esos países. Los países han aumentado la participación política de las mujeres aprobando leyes y reformando sus constituciones, forjando coaliciones, capacitando a las mujeres dirigentes y apoyando a los movimientos de mujeres y las mujeres electoras.

Nuestra posición se ajusta a los principios internacionales: el tratado internacional de las mujeres, la Convención de la ONU sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Plataforma de Acción de Beijing emanada de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer.

La plena representación de las mujeres en la política es una cuestión de justicia directa y es además una cuestión de mejorar la calidad democrática de la representación. Al haber más mujeres legisladoras, aumentará las preocupaciones, diferentes preocupaciones, que serán colocadas en la arena pública para responder a las distintas necesidades de la sociedad.

Las mujeres líderes han demostrado ser firmes defensoras de numerosas cuestiones, incluyendo la energía sostenible, el trabajo decente, la igualdad salarial, el cuidado infantil, la atención médica y las pensiones para la tercera edad. Un estudio efectuado sobre 19 países de la OCDE desde 1970 a 1990 encontró que la representación de las mujeres en los parlamentos tuvo un correlato significativo con el fortalecimiento del cuidado infantil y políticas de permisos de ausencia laboral.

Un mayor número de mujeres en la política también produce efectos positivos como son la creación de modelos de conducta positivos y una nueva visión de futuro y de lo que es posible lograr.

He aprendido que cuando una mujer es líder, eso la cambia. Cuando más mujeres son líderes, eso cambia el quehacer político, las políticas y las esperanzas para el porvenir.

Mis amigos, mis amigas:

En una democracia con elecciones libres y justas, generalmente nos centramos estrechamente en las cifras. Si bien una masa crítica de mujeres es necesaria para garantizar su representación, la calidad de la representación y su eficacia como dirigentes políticas son igualmente importantes para sostener ese liderazgo y para promover la igualdad de género como funcionarias electas.

Conocemos por algunas investigaciones recientes, así como por nuestra propia experiencia en ONU Mujeres, que para que las parlamentarias sean líderes efectivas y defensoras de la igualdad de género, deben trabajar mancomunadamente con los aliados de la sociedad civil, con los movimientos de mujeres, con los hombres y con aliados del ámbito académico. Solamente trabajando en alianza se logra un cambio verdadero y sostenible.

También sabemos que el cambio perdurable requiere de parlamentos que respondan a las necesidades de hombres y mujeres en sus estructuras, operaciones, métodos y formas de trabajo. Las leyes y políticas para promover la participación política de las mujeres son necesarias pero no suficientes. Debe haber un desarrollo de las capacidades, no sólo mediante la capacitación, sino además mediante mentorías y trabajo en red, y sensibilización para enfrentar los estereotipos perjudiciales de género y aumentar la capacidad electoral y la legitimidad percibida de las candidatas.

Y debemos reconocer de una vez por todas que la igualdad de género y la eliminación de la violencia y la discriminación contra las mujeres no son sólo temas que preocupen a las mujeres. Hay temas que pueden y deben ser recogidos por todas las personas. La igualdad de género beneficia a hombres, mujeres, niños y niñas y a la sociedad en su conjunto.

Ahora y en el futuro, nuestras economías y sociedades dependerán cada vez más de la capacidad de las mujeres para desplegar su potencial. El Foro Económico Mundial informa que una mayor igualdad de género repercute positivamente en el producto bruto nacional per cápita. Los países con mayor igualdad de género entre mujeres y hombres tienen economías que son más competitivas y crecen más rápido.

Se estima que si aumentara el número de mujeres que se suman a la fuerza laboral de Japón, el PIB aumentaría en 1,5 por ciento. Al fortalecer el rol y los derechos económicos de las mujeres, la recuperación económica puede ser más rápida y el crecimiento puede ser más inclusivo y sostenible.

Por mi propia experiencia en Chile, sé que las políticas que ayudan a las mujeres y los hombres a equilibrar la vida laboral y familiar, como son el cuidado infantil y los permisos por paternidad, tienen efectos positivos.

La creación de igualdad de oportunidades para las mujeres en la economía potencia y además contribuye a la protección social y las pensiones para la tercera edad.

El siglo XXI es el momento de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Y los parlamentarios desempeñan un papel central en la formulación de leyes para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y en velar por la rendición de cuentas del gobierno respecto del cumplimiento de sus compromisos con su pueblo y las mujeres en todo el mundo.

Los parlamentarios además tienen un rol fundamental en las garantías del respeto de los principios de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, al debatir y adoptar legislaciones que se ajusten a la Convención, al garantizar la producción oportuna de informes para la Convención y la supervisión de las observaciones finales del Comité de seguimiento.

En todo el mundo estamos logrando avances y podemos hacer incluso mucho más con mayores recursos. En ONU Mujeres contamos con el aporte de los Gobiernos y agradezco a Japón por su apoyo. Espero que podamos robustecer esta colaboración.
Felicito a Japón por sus logros en la promoción de igualdad de oportunidades para que mujeres y hombres puedan adoptar decisiones genuinas sobre su participación en la economía, la sociedad y el hogar.

Hoy más que nunca existe en todo el mundo una mayor comprensión de que el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género no son sólo metas por derecho propio; son también un medio fundamental para alcanzar un fin: la paz y un progreso justos y sostenibles.

Esperamos con ansias trabajar con todos ustedes para fortalecer la igualdad, la justicia y la democracia.

Muchas gracias.