Declaraciones de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, en el evento “Apoyemos a Malala: la educación de las niñas es un derecho” en la sede de la UNESCO

Fecha:

Declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, en el evento “Apoyemos a Malala: la educación de las niñas es un derecho en la Sede de la UNESCO, París, Francia, 10 de diciembre de2012.
[Cotejar con el texto pronunciado.]

Asumamos hoy un nuevo compromiso con los innumerables niños y niñas de nuestro planeta.

Sí - puedo adquirir una educación libre de miedo, libre de discriminación y libre de violencia.

Sí - puedo ser quien quiero ser.

Esto es lo que le debemos a Malala. Esto es lo que le debemos a todas las personas que defienden los derechos humanos.

Hace unos 700 años, una mujer de esta ciudad escribió que: “No todos los hombres (y especialmente los más sagaces) son de la opinión de que es malo que las mujeres sean educadas, pero es muy cierto que muchos hombres tontos lo han declarado porque no les gusta que las mujeres sepan más que ellos.

Estas palabras son de Christine de Pizan. Desde entonces la educación se ha consagrado como un derecho humano básico. Hoy, Día de los Derechos Humanos, celebramos el derecho de todos los hombres y mujeres a hacer oír sus voces y a participar plenamente en la vida pública.

Este día se lo dedicamos a Malala y su voz clara, una voz que hizo sentir en nombre de tantas niñas del mundo, una voz de esperanza de tener acceso a la educación. El derecho de toda niña de vivir una vida de oportunidades, de dignidad y libre de violencia, y el derecho de poder hacer oír su voz en su sociedad se ven amenazados si la niña no puede ir a la escuela. La educación la protege contra las amenazas a su futuro: matrimonio y embarazo temprano, infección de VIH, pobreza, y violencia doméstica y sexual. La educación es la oportunidad de ganarse la vida decentemente y de invertir en el bienestar de sus hijos y su familia. La educación es la oportunidad de participar plenamente en la sociedad y de forjar un futuro mejor.

Por cada año de educación que recibe una mujer después del cuarto grado, el riesgo de que su hijo muera de una causa que se puede prevenir se reduce en un 10 por ciento. Un niño hijo de una madre que sabe leer tiene 50 por ciento más probabilidades de sobrevivir.

Cuando hablé en el primer aniversario de la Alianza Mundial para la Educación de las Niñas y Mujeres de UNESCO en mayo pasado, hablé de los progresos que hemos hecho a la hora de aumentar el acceso a la educación, y de la cantidad de países que han logrado la paridad de género en la escuela primaria y secundaria, pero también hablé del camino que nos queda por recorrer.

Necesitamos algo más que paridad; necesitamos algo completamente nuevo. Necesitamos una igualdad en la educación que lleve a oportunidades y elecciones en aras de un futuro mejor, una educación que permita a los hombres y a las mujeres ser participantes iguales en el desarrollo social, económico y político de sus sociedades.

ONU Mujeres se enorgullece de formar parte de la Primera Iniciativa Educativa del Secretario General. Trabajamos conjuntamente con UNESCO y con nuestros socios para hacer que las niñas asistan a la escuela y que permanezcan escolarizadas. Sin embargo, también reconocemos que no sólo importa la cantidad sino también la calidad de la educación. La educación debe ser accesible, relevante para los desafíos del futuro, y dar a cada niño las herramientas para forjarse un futuro saludable, pacífico y gratificante.

En todos los lugares que he visitado en tanto que Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, hay algo que siempre me impacta: el entusiasmo y las ganas que tienen las niñas de aprender, de tener la oportunidad de terminar su educación, de ser activas en el seno de sus comunidades y naciones, de desarrollar todo su potencial. Esto se puede ver en los ojos de las niñas de todo el mundo, lo pueden ver en los ojos de Malala, y en sus palabras y acciones llenas de coraje.

No necesitamos más argumentos, necesitamos ACCIÓN. Malala espera ACCIÓN de nosotros, como lo esperan millones y millones de niñas y niños que son el presente y el futuro de nuestro mundo.

Muchas gracias.