Este es el rostro del liderazgo: Les presentamos a Fanta Diamande, mediadora local de paz en Côte d’Ivoire

Fanta Diamande, una líder comunitaria de 32 años procedente del norte de Côte d'Ivoire, ha estado involucrada en la Red de Mediadoras de Paz, respaldada por ONU Mujeres, desde su creación. En la actualidad, es Presidenta de la sección de esta red en Touba e instructora para vigilantes de alerta temprana, que señalarán riesgos relacionados con las elecciones con vistas a los comicios parlamentarios que se celebrarán el 6 de marzo.

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Fanta Diamande. Foto: ONU Mujeres/Irad Gbazale

“Me comencé a interesar en participar de forma más activa en mi comunidad tras la crisis política de 2011. Pude presenciar cómo afectaron la violencia y el conflicto a las mujeres en mayor medida que a los hombres”, comenta Diamande.

Los hechos

  • En contextos frágiles y de conflicto, las organizaciones de mujeres y los movimientos feministas a menudo asumen la responsabilidad de la provisión de ayuda, la cohesión social y la prevención de conflictos. Sin embargo, en promedio, las mujeres representan tan sólo un 13% de las personas implicadas en las negociaciones, un 6% de las implicadas en la mediación y un 6% de las personas signatarias en los principales procesos de paz en todo el mundo.
  • Las mujeres más jóvenes, a pesar de ser activas y hacer oír sus voces en una serie de cuestiones, como la acción por el clima, la pobreza, el racismo y la violencia contra las mujeres, continúan enfrentándose a una doble discriminación: por su género y por su edad. Las mujeres jóvenes están especialmente infrarrepresentadas en la política y en la toma de decisiones: en 2018, las mujeres menores de 30 años representaban poco más del 1% de los miembros de los parlamentos en todo el mundo.
  • Es esencial transformar el equilibrio de poder para resolver los desafíos urgentes de nuestra época. Además, una exposición temprana a las mujeres líderes, así como a espacios legislativos y de formulación de políticas, proporciona a las jóvenes y las niñas una experiencia inestimable, amplía sus redes y refuerza sus oportunidades de que sus voces sean escuchadas en la toma de decisiones presente y futura.
  • La violencia contra las mujeres en la política y en la vida pública impide que las mujeres accedan al poder y silencia sus voces en la toma de decisiones. Tan sólo Bolivia cuenta con una ley específica que tipifica como delito la violencia contra las mujeres en la política. Es preciso continuar trabajando para asegurar que todas las instituciones públicas apliquen la tolerancia cero frente a la violencia, la discriminación y el abuso, incluso mediante la ratificación del Convenio sobre la Violencia y el Acoso de la OIT (núm. 190).

Para obtener más datos sobre el liderazgo de las mujeres, consulte el Informe del Secretario General de las Naciones Unidas.

Como parte del proceso de consolidación de la paz en Côte d'Ivoire, ONU Mujeres y el UNICEF, en colaboración con el Ministerio de Mujer, Familia e Infancia (MFFE, por sus siglas en francés), pusieron en marcha un proyecto en 2017 para convertir a las mujeres y niñas en agentes para la prevención de conflictos mediante redes de información y alerta temprana. El objetivo del programa era reducir las tensiones políticas y étnicas a nivel comunitario, al mismo tiempo que se capacitaba a las mujeres y a las jóvenes en materia de mediación, diálogo, cohesión social y prevención de la violencia de género.

La mediación como herramienta para prevenir la escalada de violencia en las familias y comunidades

De esta manera, nació una red de más de 500 mediadoras de paz que reunió a mujeres de todas las edades y contextos en diez regiones diferentes de todo el país. Un gran número de ellas ya eran reconocidas líderes comunitarias o miembros de organizaciones de la sociedad civil de base. Otras descubrieron aquí su potencial mientras participaban en las sesiones de capacitación.

“En general, las mujeres están marginadas y no participan en las reuniones importantes donde los hombres toman las decisiones. Supone un enorme desafío que las mujeres entiendan que pueden y deberían participar en estas reuniones y que los hombres deben dar cabida a las mujeres en estos espacios”.

La red comenzó como una iniciativa del sistema de las Naciones Unidas que pronto cobró impulso. Las mujeres comenzaron a organizarse a nivel regional y nacional, lo que les permitió ganarse el respeto y el reconocimiento dentro de sus comunidades como agentes de paz y estabilidad. Las autoridades tradicionales, las y los representantes del MFFE, el Gobierno, la comisión electoral, los partidos políticos y las y los periodistas comenzaron a recurrir a ellas para pedirles consejo, información y ayuda en casos de conflictos locales o problemas comunitarios.

“Mi trabajo es escuchar a todo el mundo, intentar brindar apoyo y evitar que conflictos menores se agraven”, explica Diamande, a quien las autoridades acuden a menudo.

De manera paulatina, la red también se convirtió en un punto de referencia clave para las sobrevivientes de violencia de género y sus familias, especialmente en los casos de violaciones a menores.

“A menudo los progenitores no quieren presentar una denuncia por miedo o por vergüenza”, explica Diamande. “Sin embargo, estamos observando que las actitudes empiezan a cambiar. Algunas madres se ven alentadas y nosotras las acompañamos para que puedan hacer oír sus voces, presentar su caso ante las autoridades... Conversamos con las jefas y los jefes locales y con las autoridades religiosas. Estamos a su lado y, en ese sentido, las funciones y responsabilidades que desempeñamos como mediadoras de paz son muy importantes”.

“El matrimonio infantil supone otro problema. En ocasiones, ni siquiera es la familia quien impone el matrimonio, sino la adolescente de 13, 14 o 15 años que [quiere casarse] porque su familia ya no le brinda ningún tipo de ayuda. En nuestra cultura se dice que la única titulación importante para una mujer es el certificado de matrimonio. Por ello, las niñas abandonan la escuela y terminan en relaciones con hombres que, más adelante, se acaban marchando y las dejan desamparadas. Como resultado, se quedan solas con hijas e hijos de corta edad al mismo tiempo que ellas mismas todavía no han superado la infancia”.

Diamande ofrece asistencia a niñas que se ven atrapadas en este tipo de situaciones y genera conciencia entre las comunidades contra el matrimonio infantil.

Vigilantes de alerta temprana

En 2020, ONU Mujeres, el PNUD y la UNESCO, en colaboración con la Comisión Electoral Independiente, el Consejo Nacional de Derechos Humanos y la Red de África Occidental para la Consolidación de la Paz, establecieron una Plataforma para la Alerta Temprana y la Coordinación de Respuestas en torno a los riesgos relacionados con las elecciones, incluida la violencia de género.

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“Estamos observando que las actitudes empiezan a cambiar. Algunas madres se ven alentadas y nosotras las acompañamos para que puedan hacer oír sus voces.”


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Diamande fue una de las 50 mediadoras de paz que participaron en un curso de formación de formadoras/es organizado en septiembre de 2020 por ONU Mujeres en Abiyán.

Desde entonces han capacitado a más de 600 vigilantes de alerta temprana.

“ONU Mujeres nos ha acompañado durante una gran parte de nuestro recorrido y nos ha ayudado a crecer y a comprender nuestra función”, explica Diamande. Considera que las sesiones de capacitación y los kits de visibilidad que les ofrece el programa son especialmente útiles.

Los kits proporcionan camisetas, chalecos y teléfonos móviles que les permiten comunicarse entre ellas.

“Espero que la próxima generación de mujeres en mi país desarrolle su potencial y pueda participar activamente dentro de sus comunidades”.