Voces de l@s participantes

Chi Yvonne Leina (Camerún)

Chi Yvonne Leina
Foto: Ernest Chi

Premiada periodista y defensora de los derechos humanos de Camerún, Chi Yvonne Leina es fundadora y coordinadora de Gender Danger, una organización comunitaria de mujeres que lucha por poner fin a la práctica del planchado de senos en su país. En 2007, Leina recibió un premio de la Asociación de Parteras de Camerún por su trabajo en materia de salud de las madres y de las niñas y los niños. También ha ganado el premio Las mujeres tienen alas, Premios al Valor, 2012 que rinde honor a las mujeres líderes que son valientes y pioneras. Leina asistirá a la reunión de la CSW este año en calidad de corresponsal de World Pulse y de su propio centro de medios de comunicación para las mujeres camerunesas. Espera crear conciencia y alianzas para ayudar a que su ONG amplíe su trabajo de prevención del planchado de senos en Camerún. “Me gustaría ver una mayor colaboración entre los diferentes involucrados para poner fin a estas horribles prácticas como el planchado de senos, la mutilación genital femenina, los rituales de la viudez, la violencia de género, entre otras. Sería muy bueno contar con el compromiso y el apoyo de las iniciativas comunitarias que trabajan para poner fin a estas prácticas.” Si desea leer toda la declaración de Leina acerca de la práctica del planchado de senos en la serie de ONU Mujeres “Palabras de…”, pulse aquí.

May Louise Mooka (Australia)

May Louise Mooka
May Louise (la segunda a la izquierda, en la fila superior) con sus colegas en el tribunal Kowanyama en Australia. Foto: Dallis Gledhill

Para May Louise Mooka, todo comenzó con su deseo de ser más que un número, quería ser más que una simple estadística de la violencia doméstica y ayudar a las demás a seguir su ejemplo. May es descendiente de aborígenes y de isleños del Estrecho de Torres de Queensland, Australia. En su calidad de Oficial de Enlace Comunitario, trabaja con 50 comunidades indígenas para ayudar a un suministro sostenible y culturalmente respetuoso de los servicios y para establecer relaciones con las comunidades aborígenes e isleñas del Estrecho de Torres. “Para mí es una manera de contribuir a mis comunidades con los conocimientos y la información que he adquirido. Si hubiese tenido estos conocimientos cuando estaba en mi relación, hubiese terminado antes y me hubiese podido escapar de años de violencia”, cuenta. Hoy su trabajo es su salvación; ha recibido un premio de Legal Aid por su trabajo sobre la violencia doméstica y la prevención del suicidio. Asistirá por primera vez a la reunión de la CSW y piensa absorber la información procedente de todo el mundo y llevarla de vuelta a su comunidad, y ver cómo se pueden adoptar las estrategias exitosas en ella, especialmente en lo relativo a la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas. May asistirá a la CSW gracias al generoso financiamiento de la beca Yvonne Hebert.

Elizabeth Gbah (Liberia)

Elizabeth Gbah se siente inspirada por un grupo al que por lo general no se le considera vulnerable y un tema del que no se habla mucho. “La cantidad de mujeres que realizan estudios superiores en Liberia está aumentando gradualmente, y ellas provienen de diversos sectores, inclusive de comunidades pobres y rurales. Por lo general se les niegan oportunidades como becas a estas estudiantes que no tienen un cierto nivel económico; “el sexo de transacción o sexo por notas, en el que un profesor acosa sexualmente a las estudiantes sin que se tome ninguna medida, se ha vuelto la norma”, comenta. Elizabeth forma parte de ActionAid Liberia, que trabaja con la iniciativa Ciudades Seguras centrándose en las estudiantes jóvenes y en su seguridad y movilidad. ActionAid trata de cambiar el status quo a través de un proyecto de Acceso a la Justicia y Apoyo a las sobrevivientes de violencia hacia las mujeres y las niñas en la parte sureste de Liberia. En la CSW, Elizabeth presentará las inquietudes de estas jóvenes e instará a los responsables de las políticas a priorizar la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas en los espacios públicos en la agenda de desarrollo urbano y en el marco posterior a los ODM. Espera que la Comisión adopte estándares concretos que permitan mejorar el acceso a la justicia y a los servicios de apoyo para las mujeres y las niñas, independientemente de su condición o de su origen, y que facilite una mayor colaboración entre los países del Norte y del Sur sobre temas relativos a la seguridad de las mujeres en los espacios públicos. “Después de todo”, señala, “una ciudad pertenece a todos, incluyendo a las mujeres y a las niñas más pobres y marginadas.” ActionAid cuenta con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres, que es un mecanismo entre organismos establecido por la Asamblea General de la ONU y administrado por ONU Mujeres en nombre del sistema de la ONU.

Rosalina Tuyuc (Guatemala)

Rosalina Tuyuc comenzó a trabajar desde los años setenta luchando por la justicia, la paz y el respeto por los derechos humanos de los pueblos indígenas, de las mujeres y otros grupos, con la motivación de que las nuevas generaciones crezcan en libertad y sin violencia. Rosalina es cofundadora de la organización de mujeres indígenas Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA) y MOLOJ, además de ser miembro activo de la Comisión Nacional de Justicia. Actualmente acompaña a un grupo de mujeres que sufrieron violencia y violación sexual durante el conflicto armado interno, a través de talleres de Salud Mental. Desde el enfoque de la cosmovisión Maya y en colaboración con otras organizaciones, impulsa la búsqueda de justicia para que los crímenes de genocidio y delitos de lesa humanidad cometidos no queden impunes. A través del Programa Nacional de Resarcimiento, ha sido promotora de importantes esfuerzos para garantizar la igualdad de derechos y aumentar la compensación por los daños sufridos durante el conflicto armado en Guatemala.

Beatrice Some Mwimbele (Burkina Faso)

Beatrice es una sobreviviente de mutilación genital femenina (MGF) que ha trabajado para poner fin a esta práctica desde su delegación de la Asociación Mundial de las Guías Scouts. Su trabajo de activismo incluye una campaña de sensibilización en algunas áreas de Burkina Faso para difundir información sobre la realidad de este procedimiento. Su objetivo es garantizar que las sobrevivientes de MGF puedan conseguir ayuda médica a través de la colaboración con sistemas hospitalarios, de modo que las niñas tengan acceso a medicamentos de bajo costo. “Es muy importante para mí seguir luchando por aquellas que han sufrido y también para impedir que se produzcan casos como estos. Las mujeres y niñas de mi país han comenzado a hablar sin miedo, y yo quiero ayudar dándoles voz”. Su misión en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer es sensibilizar y presionar al Gobierno de Burkina Faso para que cree una nueva ley que condene a las personas que practican la MGF. “Soy una chica y quiero que esto no vuelva a ocurrir. También soy una niña scout y puedo ayudar a detener esta práctica”, afirma. Beatrice está asistiendo a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer como delegada de la Asociación Mundial de las Guías Scouts.

Susannah Sirkin (EE.UU.)

Susannah Sirkin
Susannah (tercera de la izquierda) durante una visita al programa SAFE en el Hospital Kenyatta en Nairobi, Kenya, donde trabaja la asociación Médicos por los Derechos Humanos. Foto por cortesía de Susannah Sirkin..

Susannah Sirkin es una asesora superior de Médicos por los Derechos Humanos, que trabaja con socios en las zonas en conflicto para crear una red de primeros auxilios —incluyendo policías, abogadas y abogados, médicos, enfermeras y juezas y jueces— capacitados para brindar apoyo a las sobrevivientes de la violencia sexual. “Es una inspiración ver cómo estas y estos profesionales, que son los primeros en responder, llegan a comprender el daño que la violencia sexual causa a las mujeres, a los hombres, a las familias y a sus comunidades, y se dedican de lleno no sólo a tratar a las sobrevivientes sino a documentar sus heridas y a promover la rendición de cuentas por parte de los culpables”, expresa. Su mensaje principal a la CSW será que es necesario contar con un movimiento fuerte, coherente y coordinado que incluya una amplia colaboración entre las/os profesionales, quienes suministran los servicios y las comunidades, para atacar el problema de la violencia contra las mujeres en todas sus formas. Cree que sólo cuando se atiendan de manera seria y sistemática las condiciones sociales, económicas, legales y políticas que facilitan la violencia sexual, se comenzará a observar una reducción de la violencia. “Es necesario encontrar una solución definitiva a esta lacra, no sólo con el propósito de garantizar a las cientos de miles de sobrevivientes que recibirán el tratamiento y la justicia que merecen, sino para ofrecer un futuro mejor a las próximas generaciones, un futuro donde el cuerpo de las mujeres no sea un campo de batalla.” La organización de Susannah cuenta con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres.

Tim Shand (Sudáfrica)

Tim Shand

Foto por cortesía de Tim Shand

Hace una década la vida de Tim Shand cambió cuando comenzó a trabajar como voluntario en un Centro de Crisis para violaciones. Hoy es Director de los programas internacionales de la Red Sonke para la justicia de género en Sudáfrica, proyecto que cuenta con el respaldo del Fondo Fiduciario de la ONU. Sigue sintiéndose motivado por el desafío de hacer avanzar los derechos de las mujeres, trabajando con las/os numerosas/os defensoras/es y líderes dedicadas/os en materia de justicia de género en el continente africano. Su puesto lo lleva a trabajar con personas, ONG, gobiernos y organismos de la ONU en toda la región con el fin de fortalecer las investigaciones, los programas y las políticas para hacer participar a los hombres en la lucha contra la desigualdad de género y la prevención del VIH y la violencia de género. “Muchos hombres como yo buscan modos de luchar contra la violencia porque daña la vida de las mujeres que queremos y porque hace que todos los hombres parezcan potenciales culpables. Si se quiere prevenir la violencia hacia la mujer, es esencial trabajar con los hombres y con las mujeres para cambiar las normas sociales que perpetúan la violencia de género, declararse en contra de la violencia y de la cultura de impunidad, y ofrecer roles alternativos y no violentos para los jóvenes y los niños.” Espera que la CSW finalice con un acuerdo sobre conclusiones firmes cuyo lenguaje destaque la necesidad de centrarse en la prevención y en las respuestas disciplinarias fuertes, y que incluya compromisos de inclusión de los hombres como agentes del cambio. “También tiene que haber mecanismos acordados para exigir que los Gobiernos rindan cuentas sobre los compromisos asumidos para poner fin a la violencia contra las mujeres.”

Olga Segovia (Chile)

Investigadora de SUR Corporación de Estudios Sociales y Educación (Chile) y Coordinadora de la Red Mujer y Hábitat de América Latina, Olga Segovia es experta en los temas de espacios públicos, seguridad ciudadana, género, participación, desarrollo urbano y vivienda social. Durante su trayectoria ha realizado trabajos para instituciones chilenas como el Fondo Nacional de Investigación y Tecnología (FONDECYT), el Ministerio de Obras Publicas y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo así como para la Unión Europea, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), UN-HABITAT, UNIFEM y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Actualmente es Coordinadora del Proyecto: “Colombia, Chile, El Salvador: Un nuevo paso en la implementación de políticas contra la violencia, con actores policiales. Mujeres más seguras”, el cual cuenta con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres, mecanismo entre organismos de generación de subsidios establecido por la Asamblea General de la ONU y administrado por ONU Mujeres en nombre del sistema de la ONU. Olga espera que la Comisión avance en el lineamiento de políticas públicas que reconozcan las diversas violencias que atentan contra los derechos de las mujeres: directas, estructurales y culturales, que se expresan en el ámbito social, político y económico; y debata propuestas y prácticas innovadoras que puedan contribuir a una mejor convivencia de género y ciudadana.

Leentje Kilipi Be’Soer (Papua Nueva Guinea)

Leentje Kilipi Be’Soer trabaja en Voz para el Cambio, una organización no gubernamental de derechos de las mujeres que ayuda a las sobrevivientes de la violencia doméstica, de la violencia relacionada con la brujería y a las personas desplazadas internamente por conflictos tribales. Ella misma sobrevivió a una lucha tribal y a la violencia doméstica, y ha sido testigo de serios abusos contra las mujeres. Cree que el movimiento de mujeres está adquiriendo impulso y que las organizaciones están haciendo un importante trabajo de difusión. “Sin embargo, todavía nos queda mucho por hacer hasta llegar a las vidas de todas las mujeres.” Voces para el Cambio cuenta con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres, mecanismo entre organismos de generación de subsidios establecido por la Asamblea General de la ONU y administrado por ONU Mujeres en nombre del sistema de la ONU.

Agnes Leina (Kenya)

Agnes trabaja a favor del cambio en las vidas de las comunidades pastorales, especialmente de las mujeres de esas comunidades, en Kenya y en otros países de África oriental. En su trabajo con Inquietudes Comunitarias Il’laramatak y en cuanto que representante del Comité Coordinador de los Pueblos Indígenas de África, se centra en cambiar la condición de las pastoras comenzando con las niñas y, a través de la educación, llevarlas a ser líderes y guardianas del futuro. La violencia contra las mujeres y las niñas, incluyendo la mutilación genital femenina, daña su progreso. Agnes formó parte del grupo nacional que abogó por las leyes que hoy tipifican como ilegal la mutilación genital femenina en Kenya. La lucha no ha llegado a su fin con respecto a estas prácticas tradicionales dañinas. Ella declara que “las pastoras todavía son víctimas de mutilación genital femenina y de todo tipo de violencia contra sus cuerpos y sus almas; debemos instar a los hombres a unirse a la lucha contra la violencia sexual y de género. El tiempo apremia; las pastoras de Kenya tienen que estar representadas en los procesos de la ONU.” Agnes espera que la reunión de la CSW sea el lugar indicado para presentar estos temas y para hacer que los gobiernos se comprometan a cambiar la condición de las mujeres para mejor en todo el mundo. Agnes asistirá a la CSW gracias al generoso financiamiento de la beca Yvonne Hebert.

Dalí Ángel Pérez (México)

Dalí Ángel Pérez 
Dalí Angel Pérez durante un taller de capacitación para jóvenes indígenas. Foto: Jorge Angel Pérez

Dalí Ángel Pérez es coordinadora de la Comisión de Jóvenes y Niñez Indígena de la Organización Mujeres Indígenas por Ciarena. También coordina la articulación de los procesos organizativos de la Red de Jóvenes Indígenas como parte de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México. Trabaja con mujeres, jóvenes y niñas como defensora indígena dando capacitación, asesoría y acompañamiento psicológico y jurídico en casos de violencia. A través de su trabajo promueve que las normas comunitarias de sus pueblos originarios conozcan y reconozcan los derechos de las mujeres a participar en las asambleas e incidir en las decisiones de las mismas. Asi, busca generar un cambio para ir transformando la realidad en la que le ha tocado vivir. Al exterior de sus comunidades busca la creación de mecanismos plenos y efectivos de protección a defensoras indígenas y jóvenes acordes con su cultura e identidad.

Annie Banda (Malawi)

Annie Banda
Foto por cortesía de Annie Banda

“Soy parte de ellos, vivo positivamente, comprendo sus necesidades mejor y más rápidamente que alguien que no es seropositivo. Tengo pasión por servir a los seropositivos, especialmente a las mujeres y a las niñas. Me alegra cuando sus vidas mejoran, me alegra y quiero hacer más y más por ellas”, señala Annie, coordinadora nacional de la Coalición de Mujeres que viven con VIH y SIDA en Malawi. Esta Coalición cuenta con el financiamiento del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres para su proyecto “utilización de las estrategias a favor de una acción positiva para reducir la violencia contra las mujeres que viven con VIH”. Annie asistirá a la reunión de la CSW para dejar oír las voces de las mujeres para quienes y con quienes trabaja, y para crear conciencia sobre los tipos de violencia a los que se enfrentan las mujeres que viven con VIH. Presentará los resultados del estudio “Violencia a manos de un compañero íntimo” realizado por la Coalición con el apoyo del Fondo Fiduciario. Espera que la Comisión inste a que los hombres y líderes varones se involucren más para poner fin a la violencia contra las mujeres, y para garantizar la erradicación de la impunidad para los culpables de infligir violencia a las mujeres.

Shimreichon Luithau-Erni (India)

Shimreichon Luithau-Erni
Shimreichon en su escritorio en la Red de Mujeres Indígenas de Asia, en Chiang Mai, Tailandia. Foto: Pirawan Wongnithisathaporn

La motivación de Shimreichon está en la gente que va conociendo y en la gente con la que trabaja a diario. La inspiran las mujeres indígenas que trabajan a nivel comunitario y que, pese a todas las dificultades que enfrentan, permanecen firmes y son una fuerza constante que nutre a las familias y al medio ambiente, al tiempo que mantienen la paz y la cohesión en la comunidad. Originaria de la región noreste de India, es miembro de la organización comunitaria tribal de mujeres Tangkhul Shanao Long y una de las fundadoras de la Red de Mujeres Indígenas de Asia y de la Unión de Mujeres Naga en Manipur, India. Actualmente es coordinadora del programa sobre las mujeres indígenas del Pacto de los Pueblos Indígenas de Asia en Tailandia. Entre las muchas responsabilidades que tiene, supervisa un proyecto para incrementar la participación de las mujeres en las instituciones tradicionales de gobierno, con el fin de atender la violencia contra las mujeres y las niñas, que cuenta con el financiamiento del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres. Declara: “la resistencia de las mujeres indígenas me da ánimo, y al mismo tiempo su vulnerabilidad me lleva a querer hacer más, a promover sus derechos a las tierras, al medio ambiente y los medios de vida”. Espera que en la CSW los gobiernos reconozcan las diversas formas de discriminación a las que se exponen las mujeres indígenas y que adopten sistemas de consulta con las mujeres y con los hombres indígenas, de modo de garantizar que sus opiniones formen parte de la toma de decisiones. Espera que la Comisión reconozca igualmente el rol crucial que tienen las mujeres indígenas en la preservación de los conocimientos tradicionales y en la gestión sostenible de los recursos. Shimreichon asistirá a la CSW gracias al generoso financiamiento de la beca Yvonne Hebert.

Itumeleng Komanyane (Sudáfrica)

Itumeleng Komanyane
Foto por cortesía de Itumeleng Komanyane

Itumeleng Komanyane ha trabajado para poner fin a la violencia contra las mujeres desde que tenía 13 años. Comenzó como educadora y consejera de sus compañeros, trabajando en temas relacionados con la juventud, el VIH y el SIDA en Sudáfrica. “Mi pasión por la justicia social fue creciendo y el alcance de mi trabajo también se amplió para incluir el desarrollo de las/os jóvenes, la salud sexual y reproductiva de las adolescentes en África, el cuidado y el apoyo de las/os niñas/os huérfanas/os y vulnerables y el desarrollo de las mujeres y de las niñas. Me di cuenta desde un principio que, a pesar de tener intereses aparentemente diferentes, el vínculo común era el impacto de las desigualdades de género, de cómo éstas impactan considerablemente sobre todo lo demás.” Su propia experiencia de mujer, madre y esposa africana siguen alimentando la pasión por su trabajo. En la actualidad es coordinadora del proyecto sobre violencia de género de la Red Sonke para la justicia de género. Dirige el proyecto que tiene el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU destinado a alentar a los hombres y a los niños a trabajar para poner fin a la violencia contra las mujeres en Kenya, Rwanda y Sierra Leona. La Red Sonke forma parte de la alianza Hombres que participan, que es un grupo de ONG que hace participar a los hombres y a los niños de maneras eficaces para reducir las desigualdades de género y promover la salud y el bienestar de las mujeres, de los hombres y de las niñas y los niños. Señala que esta sesión de la CSW tendría que ir más allá de los acuerdos. “Ojalá sea una sesión donde los gobiernos se comprometan ante el mundo a implementar las conclusiones acordadas y a comenzar a proteger a las mujeres, niñas y niños, y a trabajar con los hombres para erradicar el patriarcado en todas sus formas.”

Sostena Romano (Ucrania)

Sostena Romano ha pasado casi 30 años asegurándose de que las mujeres seropositivas y las y los niños seropositivos o afectados por el VIH tengan un acceso equitativo y respetuoso a los servicios. En su calidad de Directora Ejecutiva de HealthRight International, ha sido testigo de cómo las y los más vulnerables son también por lo general las y los más discriminados. Ella trabaja conjuntamente con las organizaciones comunitarias y con las instituciones gubernamentales locales, ayudando a influenciar a la comunidad y alentándolas a manifestarse a favor del cambio. Con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres y conjuntamente con la Fundación Ucraniana para la Salud Pública, trabaja para garantizar el acceso a cuidados para mujeres y niñas sin hogar que han sido víctimas de violencia y que también están afectadas por el VIH. Se hace participar a las mujeres y a las niñas, empoderándolas y brindándoles asistencia personalizada para hacer frente a la violencia que han sufrido, y para ayudarlas a establecer y alcanzar metas. A los hombres que han sido culpables de violencia, así como a los hombres y a los niños que son los compañeros o los amigos de las sobrevivientes, se les hace participar en cursos de cambio de comportamiento y de consolidación de las relaciones, de modo que ellos también formen parte de la solución y hagan frente a sus propias experiencias con la violencia. Sostena cree que es importante no sólo empoderar a las mujeres y brindarles servicios, sino también ayudarlas a crearse sus propias oportunidades de desarrollo. Su propósito en la vida es trabajar cada día para ayudar a las personas más marginadas y garantizar que tengan acceso a una vida sana y próspera.

María de la Luz Estrada (México)

María de la Luz ha sido testiga del profundo dolor con el que viven los familiares de las víctimas del feminicido a quienes frecuentemente se les niega el derecho a la verdad y a la justicia sobre sus seres queridos. Con un profundo compromiso por la defensa de los derechos de las mujeres, trabaja con la organización Católicas por el Derecho a Decidir para promover y defender una vida libre de violencia y dar seguimiento al proceso de impartición de justicia en casos de feminicidio. Su trabajo ha tenido importantes repercusiones en la creación de instancias de participación ciudadana basada en los derechos humanos con perspectiva de género que buscan contribuir al acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia, feminicidio y discriminación. Su trabajo ha ido más allá del territorio mexicano, participando en iniciativas y esfuerzos colectivos en la región como la “Campaña Regional por el Acceso a la Justicia para las Mujeres”, integrada por organizaciones de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras.

Marthe Muhawenimana (Rwanda)

Marthe Muhawenimana trabaja a favor de los derechos de las mujeres indígenas en Rwanda y ha estado a cargo de las intervenciones de género y educativas para la Comunidad de Alfareros de Rwanda (COPORWA). Ha trabajado para aumentar la participación de las mujeres indígenas en la administración de los bienes públicos y en los procesos de paz. La Sra. Muhawenimana también ha participado en actividades educativas para las niñas batwa de Rwanda, con el fin de crear estrategias de promoción y cabildeo.