ODS 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas y todos

Foto: ONU Mujeres/Joe Saad
Foto: ONU Mujeres/Joe Saad

Metas

  • Para 2030, lograr el empleo pleno y productivo y garantizar un trabajo decente para todos los hombres y mujeres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
  • Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
  • Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y protegido para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios.
  • Mantener el crecimiento económico per capita de conformidad con las circunstancias nacionales y, en particular, un crecimiento del producto interno bruto de al menos un 7% anual en los países menos adelantados.
  • Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otras cosas centrando la atención en sectores de mayor valor añadido y uso intensivo de mano de obra.
  • Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de empleo decente, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y alentar la oficialización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, entre otras cosas mediante el acceso a servicios financieros.
  • Mejorar progresivamente, para 2030, la producción y el consumo eficientes de los recursos mundiales y procurar desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, de conformidad con el marco decenal de programas sobre modalidades sostenibles de consumo y producción, empezando por los países desarrollados.
  • Para 2020, reducir sustancialmente la proporción de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación.
  • Para 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.
  • Fortalecer la capacidad de las instituciones financieras nacionales para alentar y ampliar el acceso a los servicios bancarios, financieros y de seguros para todos.
  • Aumentar el apoyo a la iniciativa de ayuda para el comercio en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, incluso en el contexto del Marco Integrado Mejorado de Asistencia Técnica Relacionada con el Comercio para los Países Menos Adelantados.
  • Para 2020, desarrollar y poner en marcha una estrategia mundial para el empleo de los jóvenes y aplicar el Pacto Mundial para el Empleo de la Organización Internacional del Trabajo.
ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico

El crecimiento económico contribuye al desarrollo sostenible cuando beneficia a todas las personas, reduce activamente las desigualdades y evita daños al medio ambiente. Para que el crecimiento sea inclusivo, las mujeres y los hombres deben poder acceder al empleo decente en condiciones de igualdad. Dado que las mujeres siguen teniendo menos probabilidades de formar parte de la población activa y más probabilidades de ocupar los peores puestos de trabajo —peligrosos, inseguros y mal pagados—, estamos aún muy lejos del crecimiento inclusivo.

Brecha salarial de género en la fuerza laboral: 23% hoy. Si se mantienen las tendencias actuales, esta brecha salarial no se cerrará hasta 2086.

Apenas el 63 por ciento de las mujeres de 25 a 54 años están representadas en la población activa mundial, frente a un 94 por ciento de hombres del mismo grupo de edad. El índice de participación de las mujeres en el mercado laboral apenas ha aumentado en los últimos 20 años, excepto en América Latina y el Caribe, donde pasó del 57 al 68 por ciento. En Asia Central y Meridional, el índice ha descendido hasta el 37 por ciento.

Con las tasas actuales de cambio, la brecha salarial de género, que se sitúa en el 23 por ciento a nivel mundial, no se subsanará hasta 2086, o incluso más tarde. Las cifras sólo tienen en cuenta los mejores empleos de la economía formal y no el empleo informal de peor calidad, en el que siguen trabajando muchas mujeres. Las tendencias de segregación profesional implican que algunos puestos sigan estando dominados por hombres y otros por mujeres; estos últimos a menudo conllevan una posición y un salario inferiores.

ONU Mujeres actúa para lograr los derechos económicos y el crecimiento para todas y todos mediante el fomento del empleo decente, la igualdad de remuneración por igual trabajo, el acceso igualitario a los bienes económicos y las oportunidades, y la justa distribución del trabajo de cuidado no remunerado. El apoyo específico brindado a las personas que trabajan en la economía informal les ayuda a reivindicar sus derechos y a expresarse, incluso a través de los sindicatos. La colaboración con el sector privado, en particular, mediante los Principios para el empoderamiento de las mujeres, permite transformar las prácticas empresariales en apoyo a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres.

Historias

Shirley Pryce. Photo: UN Women/Ryan Brown

Desde mi perspectiva: "Dormía en la casa del perro porque quería ir a la escuela"
Shirley Price es una antigua trabajadora doméstica en Jamaica cuyos empleadores dejaban fuera de la casa cada noche porque asistía a clases nocturnas, un recuerdo que parece asediarla hasta la fecha. Hoy defiende los derechos del personal doméstico en todo el Caribe, y lleva a cabo una campaña en favor de una ley nacional que proteja los derechos del personal doméstico en Jamaica.


Timor-Leste, 2013. UN Women/Betsy Davis

Ensayo fotográfico: Mundo cambiante, trabajo cambiante
Si bien el mundo del trabajo está cambiando vertiginosamente, debe cambiar más rápido para empoderar a las mujeres. El empoderamiento económico de las mujeres requiere cambios transformadores, tales como igualadad de remuneración para las mujeres, aumentar la participación laboral de las mujeres, dividir equitativamente el cuidado no remunerado entre hombres y mujeres, mejorar las condiciones de las mujeres en el sector informal, y protegerlas contra el acoso en el trabajo.


Soledad Rotella and daughter Kiara at the Child and Family Care Center of Tres Ombúes, a neighborhood northwest of Montevideo. Photo: UN Women/Agostina Ramponi

En Uruguay, la ley de la atención cataliza cambios, inaugurando servicios y eliminando estereotipos
Soledad Rotella, que no podía permitirse mandar a sus dos primeros hijos a la guardería, y a veces los dejaba solos en casa para poder ganarse la vida, ahora puede enviar a su hija de dos años a una guardería de calidad y gratuita, gracias a la Ley de Cuidados de Uruguay. Bajo la nueva ley, todos los menores de edad, las personas con discapacidad y las personas de edad tienen derecho a recibir atención gratuita. Esto ha ayudado a muchas mujeres a obtener empleos de tiempo completo sin renunciar a ofrecer bienestar a sus hijas, hijos o familiares.